La pandemia lleva a los hogares pobres a comer poco y mal
Un estudio realizado en Guayas y Los Ríos, provincias que fueron epicentro de la pandemia en 2020, revela que hasta el 63% de hogares pobres redujo el consumo de alimentos nutritivos.
Un hombre camina por las calles de Monte Sinaí, en Guayaquil, el 28 de noviembre de 2021.
Carolina Mella / Primicias
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Dejar de consumir alimentos nutritivos y reemplazarlos por productos enlatados y altos en azúcar han sido las medidas adoptadas por las familias más pobres de Guayas y Los Ríos para sortear los efectos de la pandemia de Covid-19.
Esa es una conclusión del estudio 'Seguridad Alimentaria en tiempos de Covid-19', publicado por el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural en enero de 2022.
Según este informe, en el que participaron 1.475 personas de las dos provincias que fueron epicentro de la pandemia en 2020, el 30% de los encuestados tiene una dificultad moderada para acceder a cualquier tipo de alimentos, ya sean nutritivos, enlatados o altos en azúcar.
Mientras que en el 9% de los casos hay escasez total de comida.
En los hogares con mujeres como cabezas de familia este problema se expresa con mayor fuerza. El 38% tiene una inseguridad alimentaria moderada y para un 8% los problemas son mayores.
Comida poco nutritiva
La autora del estudio, María José Carrillo, explica que el Covid-19 también obligó a que las personas cambien sus hábitos alimenticios: el 63% de los participantes redujo el consumo de frutas y verduras, además de carne o pescado.
Para ella, la pobreza es determinante para que las familias hayan reemplazado los alimentos nutritivos por los calóricos o los enlatados.
A este factor se suman otros como el incremento en el precio de algunos alimentos, la escasez de comida o la distancia para conseguir los productos.
Según los datos recogidos en la investigación, más de la mitad de los hogares de las dos provincias son pobres. La situación es más crítica en Los Ríos, donde el 58% de familias lideradas por mujeres vive en la pobreza.
Estas familias cuentan con ingresos iguales o inferiores a USD 650 mensuales, que no les permiten cubrir el costo de la canasta básica familiar, que actualmente supera los USD 700.
Mujeres sienten más los efectos
Castillo dice que a lo largo de la investigación se demuestra que las mujeres han sentido el mayor impacto de la pandemia. No solo porque en sus familias hay más pobreza y dificultad para acceder a alimentos, sino porque han visto cómo sus ingresos se reducen.
La encuesta concluyó que el 69% de los hogares encabezados por mujeres sintió una caída en los ingresos. En el área rural el porcentaje llega hasta un 82%.
El estudio también sostiene que "estos resultados son consistentes con lo reportado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) respecto al incremento en la brecha en la inseguridad alimentaria entre ambos sexos, como producto de la pandemia del Covid-19, especialmente en la región de Latinoamérica y el Caribe".
¿Como enfrentar la pandemia?
La encuesta detalla que las familias de los quintiles más pobres adoptaron 10 estrategias para enfrentar la pandemia.
Entre las principales están: reducir el consumo de frutas, verduras, carne o pescado y aumentar la ingesta de productos envasados o preparados.
También se vieron abocados a comprar comida a crédito, a vender sus bienes y hasta a migrar al extranjero.
Y la mayoría (el 74,4%) tuvo que gastar sus ahorros para comprar comida, pagar arriendo y servicios básicos.
Sobre la adquisición de alimentos, la investigación señala que "las principales fuentes de abastecimiento fueron los mercados, seguidos por las tiendas de barrio y los supermercados. La producción propia y la compra directa a productores fueron las fuentes menos utilizadas".
También "se observa que el 21% de los hogares urbanos realizaron compras de alimentos frescos a domicilio al momento de la encuesta, lo que implica un importante aumento en el uso de este servicio, ya que antes de la pandemia solo el 4% realizaba compras de alimentos bajo esa modalidad".
Apoyo del Gobierno fue poco
Durante los días más difíciles de la pandemia, aproximadamente el 60% de los hogares encuestados recibió algún tipo de ayuda, ya sea del sector público, del privado, de organizaciones no gubernamentales, de familiares o de amigos.
El documento explica que el porcentaje es del 56% en el caso del área urbana y del 64% para el área rural.
Lo que llama la atención, según la investigadora María José Jaramillo, es que la mayor parte de la ayuda (51%) provino de amigos o familiares.
En segundo lugar, se encuentran las organizaciones comunitarias (14%), mientras que el apoyo gubernamental fue de solo un 12%.
"Estos resultados reflejan el escaso alcance de las políticas del Gobierno Central y los gobiernos locales, debido probablemente a aspectos como la crisis financiera que ya aquejaba al Estado previo a la pandemia".
Pero la encuesta corroboró que la ayuda estatal sí estuvo orientada a los sectores más pobres que, a pesar de haber recibido transferencias monetarias, aún enfrentan dificultades para acceder a alimentos nutritivos.
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