Lo caro que es tener Covid-19 y no hallar cama en el sistema público
Fotografía de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital IESS Sur, el 13 de julio de 2020.
Cortesía: @panchogarces
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Luis Pérez permaneció 11 días en terapia intensiva en un hospital privado de Quito a causa del Covid-19. Llegó a esa casa de salud después de recorrer Quito y no encontrar una cama disponible en los hospitales públicos que, desde hace más de mes, trabajan a su máxima capacidad.
"Tampoco encontrábamos una cama en los hospitales privados pero, gracias a una amiga, pudimos ingresarlo de emergencia", dice su hija, Andrea Pérez.
Cuando Luis salió de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hacia la Unidad de Cuidados Intermedios su hija averiguó en cuánto estaba la cuenta por los 11 días en UCI.
El hospital le informó que, hasta ese momento, la cuenta ascendía a USD 27.000. "Es una noticia impactante porque, por un lado está el agradecimiento a los médicos que le salvaron la vida a mi padre, pero también la preocupación de no saber cómo vamos a pagar", dice la mujer.
La intranquilidad aumentó en esta familia porque el hombre tuvo que permanecer tres días más en el hospital en la Unidad de Cuidados Intermedios. Así que tras 14 días, la factura fue de USD 29.500.
Esta familia ha buscado mecanismos para conseguir dinero que les permita saldar la deuda. Ahorros familiares y el uso de tarjetas de crédito fueron las soluciones que encontraron momentáneamente.
Si la situación económica se complica, la familia está dispuesta a desprenderse de parte de su patrimonio familiar.
Algo similar ocurrió con Andrés Romo. Su esposa ingresó a una clínica privada de Quito por complicaciones respiratorias ocasionadas por el coronavirus.
La gravedad de la enfermedad hizo que la mujer deba ser ingresada a la UCI. Por siete días en esta sala de cuidados, Romo tuvo que pagar USD 20.800.
Con una rifa solidaria y la venta de platos típicos en el barrio en el que vive, Romo pudo conseguir USD 2.000. Su familia aportó con otros USD 2.000 y los USD 16.800 restantes fueron obtenidos a través de un crédito bancario.
"Es una situación muy dura. Cuando mi esposa estuvo internada vi que algunas familias firmaban el alta voluntaria porque sabían que no iban poder pagar las facturas", dice Romo.
Facturas impagables
La directora de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados de Ecuador, Ana Delgado, dice que los costos que se originan en las clínicas y hospitales privados se deben a que "las Unidades de Cuidados Intensivos son áreas de alta complejidad que cuentan con diferentes especialistas".
Delgado relata que "hubo un caso de un paciente de 77 años que permaneció 53 días en cuidados intensivos, por lo que tuvo que pagar USD 107.000". El costo diario que pagó esta persona, dice Delgado, es de USD 2.108, un valor inferior al que cuesta una cama UCI en el sector público.
PRIMICIAS pudo conocer que el costo que asume el Estado por cada paciente que ingresa a las UCI es de USD 2.500 diarios.
La representante de la Tribuna del Consumidor, María José Troya, dice que los pacientes y sus familiares tienen el derecho legal de pedir información sobre los insumos, exámenes, procedimientos y medicinas que utilizan hospitales y clínicas.
"Esta información debe ser entregada detalladamente cuando sea solicitada", agrega Troya.
La Defensoría del Pueblo señala que, en caso de una persona fallezca a causa de Covid-19, una clínica u hospital privado no puede retener el cuerpo de la víctima "bajo el condicionante del pago de una deuda, pues eso vulnera el derecho a la dignidad humana y a una vida libre de violencia en el ámbito público y privado".
¿Qué es una Unidad de Cuidados Intensivos?
La intensivista Karina Marín explica que una Unidad de Cuidados Intensivos es una área hospitalaria en la que se encuentran pacientes en estado crítico.
"Estas áreas multidisciplinares cuentan con equipamiento tecnológico de punta, además de médicos especialistas como internistas e intensivistas".
Además de residentes, enfermeras, auxiliares de enfermería y personal de limpieza preparado específicamente con el objetivo es evitar que los pacientes muy delicados fallezcan", dice Marín.
En el caso de los enfermos de Covid-19, una de las principales funciones que tienen las UCI es ayudar a que los pacientes cumplan con una función vital: la respiración.
Para ello, las UCI cuentan con respiradores mecánicos que reemplazan la función natural de respiración de los pacientes que, por su estado crítico, no pueden hacerlo.
Esta tarea se ha vuelto más importante durante la pandemia porque la enfermedad ataca directamente a los pulmones, provocando que los pacientes no puedan respirar.
Marín dice que las UCI también monitorean electrónicamente la función cardiovascular, la temperatura corporal, la cantidad de oxígeno, la velocidad del flujo sanguíneo, la presión arterial y la función pulmonar.
"Estas tareas requieren equipamientos costosos y procesos complejos que hablan del arduo trabajo que se despliega en las UCI", señala Marín.
La intensivista agrega que los pacientes que se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos requieren constantes exámenes médicos, cultivos, toma de muestras o radiografías que evalúen permanentemente su estado de salud.
"En las UCI pueden ocurrir complicaciones que deriven en nuevas intervenciones quirúrgicas, endoscópicas o diálisis, que elevan los costos".
Karina Marín, intensivista
En los pacientes con Covid-19, los cuidados se incrementan ante el peligro de contagio que corre el personal médico.
Cada especialista, enfermera o auxiliar debe portar un equipo de protección personal que impide todo contacto con el ambiente para minimizar la posibilidad de que contraigan la enfermedad.
"Normalmente, para ingresar a una sala UCI, cada médico utiliza máximo un minuto para prepararse pero, desde la llegada de la pandemia, ese tiempo se ha incrementado hasta los 10 minutos", dice Marín.
Sin embargo, no está de acuerdo en los altos costos que deben pagar los pacientes que ingresan a las UCI para salvar sus vidas.
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