"La vigilancia epidemiológica en Ecuador es débil desde 2009"
Funcionarios del Ministerio de Salud realizan campañas para prevenir el coronavirus, el 30 de enero de 2020.
@Salud_Ec, Twitter
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El posible caso de coronavirus en Ecuador ha puesto en aprietos a las autoridades sanitarias, cuya reacción ante la posibilidad de que un paciente esté infectado con el virus ha sido ambigua.
Tres días de falta de certezas sobre el caso de un ciudadano chino en particular y de publicaciones en una línea de prevención, fueron el antecedente de una intensa jornada el jueves 30 de enero, en la que los recorridos de las autoridades se intensificaron, así como las acciones preventivas "en territorio".
Esto ocurrió justo después de una peculiar rueda de prensa, convocada por el Ministerio de Salud la noche del 29 de enero de 2020, para admitir que Ecuador no ha logrado confirmar ni descartar la infección del paciente chino, que se encuentra en estado crítico en el hospital Eugenio Espejo de Quito.
La ministra de Salud, Catalina Andramuño, dijo que no puede adelantar la fecha en la que el país conocerá los resultados de las pruebas enviadas al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (Estados Unidos).
Al epidemiólogo de la Dirección de Sanidad de la Armada de Ecuador, Mario Paredes, esa falta de resultados no le sorprende, pues dice que la vigilancia epidemiológica se ha debilitado desde 2009.
¿Por qué dice usted que se debilitó el sistema epidemiológico ecuatoriano?
En 2009 inició un proceso de centralización del sistema de salud. Esto originó que, por ejemplo, los epidemiólogos pasaran a ser parte del personal administrativo de las zonas distritales del Ministerio de Salud.
Estos profesionales dejaron de trabajar en campo y muchos de ellos renunciaron o fueron reemplazados por personas que tienen escasa formación en vigilancia epidemiológica.
¿Cuáles fueron las consecuencias de eso?
El golpe más duro fue la pérdida de autonomía, debido a la implementación de procesos burocráticos que limitaron el trabajo de los epidemiólogos en su área de acción.
Hasta antes de 2009, actuábamos en coordinación con las autoridades del Ministerio de Salud, pero manteníamos la independencia.
La centralización ocasionó una caída en la investigación y la producción de medicamentos, sueros y vacunas que elaborábamos en el país, con lo que hacíamos frente a los brotes de algunas enfermedades.
El debilitamiento del sistema de vigilancia lo hemos verificado con el coronavirus, ya que hasta el momento no sabemos si el virus está o no en el país.
Esto es una muestra de que Ecuador no está capacitado para afrontar una crisis epidemiológica y que es necesario recuperar la autonomía de las instituciones adscritas al Ministerio de Salud para eliminar la centralización.
¿Cómo debería funcionar un sistema de vigilancia epidemiológica?
El Ministerio de Salud y sus direcciones provinciales y zonales deberían contar con profesionales de experiencia, que no respondan a intereses políticos. Solo de esta forma se podrá hacer un trabajo técnico para mejorar el sistema de vigilancia.
Además, el país debe reforzar sus equipos clínicos para notificar casos de influenza, coronavirus y cualquier otra enfermedad. Es necesario que mejoren los procesos de prevención y de diagnóstico para evitar la propagación de cualquier virus.
En los hospitales deberían construirse y equiparse cámaras y salas de aislamiento para que una persona infectada no ponga en riesgo a quienes están en su entorno.
También es importante que se instalen equipos de vigilancia permanentes en las fronteras aéreas, marinas y terrestres, con equipos especializados que detecten anomalías.
Esto no significa que el Ministerio de Salud pierda su rol de entidad rectora del sistema de vigilancia epidemiológica, pero debe hacerlo con un trabajo descentralizado.
¿Hay presupuesto destinado a ese tipo de vigilancia?
No conozco que haya un presupuesto orientado a este tipo de vigilancia ni a la capacitación de personas que se dediquen exclusivamente a esto.
El país debe invertir en esta área para hacer frente a eventuales epidemias.
¿Los funcionarios del Ministerio de Salud están preparados para afrontar este tipo de emergencias?
No lo sé. Eso deben conocerlo las personas que los pusieron en esos cargos. Lo que sí puedo decir es que en el país hay profesionales capacitados para manejar el rumbo del Ministerio de Salud.
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