Conozca la ruta de las 2.200 toneladas diarias de basura producidas en Quito
Vista del relleno sanitario de Quito, el 15 de febrero de 2020.
Jonathan Machado / Primicias
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Quito produce diariamente alrededor de 2.200 toneladas de basura. El 60% (1.320 toneladas) corresponde a desechos orgánicos, que se originan en su mayor parte en los hogares.
El 40% restante (880 toneladas) son plástico, cartón, vidrio, caucho y desechos considerados como peligrosos.
¿A dónde va toda estos residuos?
El ciclo comienza con los 163 vehículos de la empresa municipal Emaseo recorriendo la ciudad las 24 horas del día, distribuidos en 242 rutas que cubren el Distrito Metropolitano de Quito.
En camiones, camionetas y cargadores viajan 1.455 trabajadores que se encargan de recoger los desechos en los lugares a los que los vehículos recolectores no pueden llegar, es decir, sectores de difícil acceso para camiones de ese tamaño, como las estrechas calles del Centro Histórico de la ciudad.
Cuando los camiones han cubierto sus rutas trasladan la basura hasta las Estaciones de Transferencia Norte y Sur, ubicadas en el exbotadero de Zámbiza (norte de la ciudad) y en la avenida Simón Bolívar, a la altura del barrio El Troje (sur).
En estos dos puntos termina el trabajo de Emaseo para dar paso al de la Empresa Municipal de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs).
Sus 16 camiones y trailers ingresan a las Estaciones de Transferencia para recibir los desechos que no se lograron recuperar para el reciclaje. Según Emgirs, solo se recicla el 0,9% de la basura que llega hasta esas estaciones de transferencia.
Esa tarea está a cargo de un asociación de recicladores de basura, que trabaja de manera autónoma. Ellos encuentran su sustento en el plástico, el vidrio, el cartón y otros materiales que se pueden reciclar y cuya venta les permite generar ingresos para sus familias.
Los camiones viajan desde Zámbiza y El Troje hasta el Relleno Sanitario El Inga, ubicado en el oriente de la ciudad, con una extensión de 63 hectáreas.
El relleno en El Inga
En el Inga, los camiones pasan por una báscula mecánica que le proporciona al conductor un tiquete con el peso de la carga, lo que permite controlar el peso de la basura que ingresa al relleno.
Gabriel Gavilanes, coordinador de Seguridad de Emgirs, explica que la basura llega al Relleno Sanitario es distribuida y extendida en capas, para luego ser compactada por maquinaria pesada que trabaja en lo que se conoce como cubeto.
En este lugar se aplican productos que reducen la emanación de olores y realizar un control de moscas y otras plagas.
Por efecto de la descomposición, los líquidos que genera la basura -conocidos como lixiviados- son captados y conducidos a una piscina en la que se realiza un proceso de descontaminación.
Esta piscina tiene la capacidad de almacenar alrededor de 100.000 metros cúbicos de lixiviados con una capacidad remanente de 33.000 metros cúbicos, tomando en cuenta que cada día se producen unos 450 metros cúbicos de líquido.
Una parte de esos desechos orgánicos, con alto contenido de humedad, se transforma en lixiviados. Los residuos inorgánicos también se confinan en el relleno sanitario.
Esta basura es compactada nuevamente en capas no mayores a 60 centímetros y cubierta con al menos 35 centímetros de tierra.
Al mismo tiempo, el gas metano que genera la basura es absorbido por tuberías que lo llevan hasta una planta de generación eléctrica que provee de 5 megavatios al Sistema Nacional Interconectado (SNI), que es la red de transmisión eléctrica del país.
Por bombeo, los lixiviados son llevados a plantas de tratamiento especializadas que continúan con el proceso químico hasta llegar a la zona de descarga, en donde el agua tratada es descargada al río Inga.
Emgirs calcula que el actual relleno sanitario de El Inga llegaría su capacidad en 2024, en razón de la cantidad de basura que recibe a diario.
Janneth Núñez, coordinadora de Residuos Especiales, señala que “el relleno sanitario opera desde 2003, pero no siempre se trató a la basura técnicamente, ya que antes de esta fecha existía un botadero a cielo abierto. Lo que Emgirs busca es tratar técnicamente e industrializar los desechos”.
Es por eso que gran parte de su extensión ya cumplió su vida útil y calcula que para 2024 se necesitará otro espacio para el tratamiento de desechos.
Gabriel Gavilanes, coordinador de Seguridad de la Emgirs, dice que ya se están llevando a cabo los estudios para encontrar un sitio para abrir un nuevo nuevo relleno sanitario. Aunque aún no sabe dónde podría funcionará, dice que las autoridades consideran la posibilidad de ampliar la vida útil del actual relleno de El Inga.
Aclaración: varios términos técnicos en la publicación original de esta noticia, el lunes 17 de febrero de 2020, fueron corregidos a petición de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs). Esta versión fue actualizada el jueves 20 de febrero, a las 16:43.
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