Compra de páramos en Tungurahua, una estrategia para proteger el agua
La Prefectura de Tungurahua propone adquirir páramos a las comunidades con el fin de asegurar el recurso hídrico para el consumo y evitar racionamientos de electricidad en la provincia.
En la actualidad, 60 comunidades de Tungurahua trabajan en la protección de páramos, pero no todas respetan el límite de conservación.
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En Tungurahua, una iniciativa ha logrado protagonismo en los últimos meses: la compra de extensiones de páramo como una medida para proteger el recurso hídrico vital en la provincia.
Los páramos son ecosistemas frágiles y cruciales, que actúan como esponjas naturales, capturando y almacenando agua de lluvia que luego se libera gradualmente.
Estos ecosistemas son fundamentales para la provisión de agua dulce para consumo humano, agricultura y generación de energía hidroeléctrica en la provincia.
Requieren al menos 300.000 hectáreas de páramos para conservar y así proveer de agua sin problema a la provincia.
La compra de páramos
La Prefectura de Tungurahua trabaja para adquirir tierras de páramo con el objetivo de conservar y proteger estas áreas.
Estas compras no solo preservan los ecosistemas de páramo, sino que también aseguran la protección de las fuentes de agua que alimentan los ríos, arroyos y, por ende, de las represas.
Carlos Tabares, director de Recursos Hídricos y Conservación Ambiental, asegura que en la actualidad el Gobierno provincial no es dueño de ninguna franja de páramo, pero han logrado realizar convenios con las comunidades para ayudar a conservarlas.
Trabajan en 60 comunidades con convenios sustentables, las cuales se han comprometido a respetar la zona de páramos a partir de los 3.800 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, en 2023, en zonas como Llangahua, en la parroquia de Pilahuín, no respetaron el acuerdo. De 12.000 hectáreas que tenían para el cuidado del páramo, 9.000 se repartieron para el cultivo y cría de animales y apenas 3.000 destinaron para el cuidado.
“La idea es empezar desde 2025 a ejecutar esta opción. El precio del páramo lo plantea cada dueño de terreno. Estamos analizando la normativa jurídica para la adquisición”, recalca Carlos Tabares.
Para el cuidado de los páramos existe un fondo especial denominado Fondo de Páramo, que lo integran el Gobierno Provincial, Celec (Corporación Eléctrica del Ecuador), Movimiento Indígena de Tungurahua y la Empresa de Agua Potable (Emapa).
Este año, el presupuesto es de USD 2.300.000 que lo distribuyen en los 40 proyectos en las comunidades. De este presupuesto se espera destinar recursos para la compra de páramos y así el agua no falte en el futuro.
Vicente Chato, de la parroquia Ambatillo, contó que uno de los problemas que han tenido es que la sobrepoblación de chanchos y el ganado han destruido los humedales.
A eso se suma la reforestación con pino que contribuyó a la desaparición de muchas vertientes. Eso los hizo organizarse y colaborar en la protección de los páramos hace 16 años.
Cubrir demanda de electricidad
La adquisición del páramo es un plan a mediano y largo plazo. Para Tabares, los páramos son vitales para las reservas de agua a escala mundial, ya que son las fuentes de los recursos hídricos que también ayudan a las represas hidroeléctricas.
“Mediante convenio con Celec, existe la posibilidad de generar energía eléctrica en dos años máximo desde las dos represas de agua, Shuyurco y Mulacorral, que generarían al menos siete megavatios y que cubrirían la demanda de medio Ambato”, sostuvo el director.
Para la ambientalista Helen Espinoza, es necesario seguir invirtiendo en la conservación de estos ecosistemas y promover prácticas sostenibles para el agua.
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