Erradicar la mora en Galápagos cuesta USD 1.500 semanales
La mora es una de las especies introducidas más voraces de Galápagos, que afecta a la flora nativa y ocupa tierras destinadas a la agricultura.
Agricultores de Galápagos recibieron capacitación para combatir a las especies introducidas
Cortesía Fundación Heifer Ecuador.
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Diariamente, los agricultores de la Isla San Cristóbal, en el archipiélago de las Galápagos, batallan con un enemigo silencioso que afecta a la flora local y amenaza sus cosechas: la mora.
Este arbusto frutal, introducido por el ser humano, crece de manera silvestre, sin control. Se ha convertido en una amenaza para las especies endémicas de la isla y un enemigo de los colonos, que ven invadidas las tierras dedicabas para los cultivos.
"Es una especie que tiene espinos, es agresiva. Desplaza a otras especies de flora, es difícil de controlar manualmente", comentó Carlos Ortega, coordinador y representante de la Fundación Heifer en Galápagos.
Guardaparques, colonos, conservacionistas y ONGs luchan para erradicar chivos, roedores y especies vegetales que llegaron con el ser humano y ponen en riesgo la alimentación y permanencia de iguanas, tortugas, lobos marinos, aves y especies vegetales.
"Al igual que el chivo, al igual que los roedores, la mora -en el caso de la flora-, podemos decir que es una de las especies más invasoras de Galápagos", explicó Ortega.
Para complicar más el panorama, la mora tiene un aliado local: el pinzón de Galápagos. Esta ave endémica de Galápagos come la mora y esparce las semillas por toda la isla, a través de su materia fecal.
En San Cristóbal existen zonas tan invadidas por esta especie, que los agricultores perdieron la partida y dejaron de intentar producir en esos terrenos.
Soluciones simples para el problema de la mora
En Galápagos, erradicar la mora en un terreno de una hectárea cuesta entre USD 1.000 y USD 1.500 y requiere una semana de trabajo. Recursos que el agricultor no tiene, por lo que evitaba contratar jornaleros y hacía el trabajo en solitario, lo que le llevaba mucho más tiempo.
Es por eso que se buscó una solución simple, entregar moto guadañas para acelerar el corte de la mora y evitar el uso de herbicidas. Hasta ahora han distribuido 65 equipos a igual número de agricultores.
"A través de la mecanización buscamos controlar la mora y otras especies y evitar que se utilicen agroquímicos", señaló Ortega.
Además de ayudar a acelerar el corte de la mora y a reducir los costos, el programa de Heifer fomenta el trabajo comunitario en minga.
"Con ocho moto guadañas se puede hacer en una hora el trabajo que manualmente toma unos seis meses", detalló.
Ha sido tal el impacto del trabajo comunitario, que muchos agricultores que tenían sus moto guadañas antes del inicio del proyecto, han pedido ser incluidos en el programa, con el fin de participar en las mingas agrarias.
Además de luchar contra la mora, los agricultores buscan mantener la soberanía alimentaria del archipiélago, a través de cultivos amigables con la naturaleza, sin el uso de agroquímicos.
"Trabajamos de capacitación para viveros, erradicación de plagas, apoyo a los feriantes", sostiene Ortega.
140 agricultores, de los 240 registrados en el Ministerio de Agricultura en San Cristóbal, se han beneficiado de estos planes. Sin contar las personas que recibieron las moto guadañas.
"Yo sé que de la agricultura sale la platita para mantenerme", confiesa Zobeida Olaya, conocida como 'Doña Chobe', galapagueña de 71 años, agricultora de toda la vida.
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