Cinco irregularidades por las que no hay medicinas en hospitales públicos
La Contraloría auditó 77 informes de exámenes especiales de cerca de 45 hospitales y centros de salud del MSP y del IESS, donde existe desabastecimiento de medicinas.
Bodega del Hospital Abel Gilbert de Guayaquil, 10 de febrero de 2022.
Carolina Mella
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Han pasado siete meses desde que el Ministerio de Salud Pública (MSP) declaró la emergencia para cubrir el desabastecimiento de medicinas e insumos médicos que en algunos hospitales llegaba al 50%. Este problema todavía no se resuelve.
Las autoridades de Salud han dicho que el problema radica en las “mafias enquistadas en los hospitales”, pero que también hay negligencia, según el último reporte de auditoría que hizo la Contraloría a la gestión de insumos y medicamentos en el MSP y el IESS.
Son cinco irregularidades las que impiden que los hospitales del país tengan medicinas e insumos.
De una muestra de 77 informes de exámenes especiales a esas entidades, realizada entre 2013 y 2021, se obtuvieron 317 hallazgos de procedimientos que no se han cumplido correctamente en cerca de 45 hospitales y centros de salud.
Las falencias en la gestión de inventarios representan el 34% de los hallazgos. Las irregularidades ocasionaron que la información esté desactualizada y que se desconozcan las existencias de medicinas e insumos en las casas de salud.
Además, se detectó que no existen procedimientos claros ni documentos que controlen y justifiquen los ingresos y egresos de bodegas, farmacias y sistemas institucionales.
La Contraloría encontró también que las condiciones sanitarias e infraestructura de las áreas de almacenamiento son deficientes y ponen en riesgo la seguridad química de los medicamentos, lo que provocó que en algunos casos se dañaran.
Los medicamentos en los hospitales públicos y del IESS se perdieron porque caducaron y no se cumplió con el procedimiento de canjearlos antes de su fecha de expiración.
Los hospitales e instituciones del MSP y del IESS tienen la facilidad de prestarse medicamentos que deben ser devueltos, pero las administraciones de las instituciones no lo hicieron y así limitaron su capacidad de responder a las necesidades de los pacientes.
Estas fallas fueron encontradas en alrededor de 40 hospitales y centros de salud, como el del IESS de Machala, Teodoro Maldonado Carbo, General de Ibarra, General de Manta; así como en unidades del MSP, Guasmo Sur, Doctor Verdi Cevallos Balda y General de Latacunga.
El informe halló que las comisiones que califican las ofertas de los procesos de contratación, adjudicaron contratos a proveedores que no cumplían los términos contractuales, ni los estándares de calidad.
En algunos casos no existe la documentación que respalde la capacidad técnica o la experiencia de los oferentes.
Por lo tanto, varios contratos se adjudicaron a proveedores que no acreditaron su experiencia, mientras se excluyeron de los concursos a ofertas que sí cumplían los requisitos.
La adjudicación de estos contratos han puesto en riesgo la vida de pacientes de estas casas de salud, porque los proveedores ni siquiera presentaron los certificados de calidad de los medicamentos e insumos médicos, ni su procedencia.
“No tenían registros sanitarios ni permisos de funcionamiento emitidos por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria”, dice el documento de Contraloría.
Las auditorías señalan el incumplimiento de los plazos para la ejecución de los contratos, la entrega incompleta de los insumos adquiridos o la entrega de productos que no concordaron con las especificaciones técnicas establecidas.
“Se establecieron retrasos de entre 10 a 142 días en la entrega de insumos y medicamentos, por la falta de seguimiento y control a los términos de los contratos”, asegura la Contraloría.
Por ejemplo, en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, se devolvieron 22 prótesis de rodilla al proveedor por defectos en el empaque, que ocasionaron que se perdiera la esterilidad del producto, pero el proveedor no las repuso.
Esto ocasionó una pérdida de USD 455.972 y 22 prótesis a las que no pudieron acceder los pacientes.
En esa misma casa de salud, se adquirieron insumos para el área de enfermería donde se concedieron prórrogas injustificadas de 285 días. Tampoco se dispuso la terminación unilateral del contrato, ni se declaró al proveedor como contratista incumplido.
Esto provocó que el Teodoro Maldonado, de Guayaquil, no recupere un anticipo de USD 295.000.
La auditoría encontró que existen inconsistencias en presupuestos referenciales para adquirir medicamentos e insumos médicos.
Los hospitales compraron en mayor precio los mismos productos que en años anteriores.
Además, los presupuestos se fijaron sin cumplir la normativa y con valores que superaron los límites establecidos por el Consejo Nacional de Fijación y Revisión de Precios de Medicamentos de Uso y Consumo Humano.
La contratación por “ínfima cuantía”, es decir, la contratación directa a un proveedor, fue la modalidad recurrente en los hospitales públicos y del IESS.
Según la Contraloría, “el motivo principal para recurrir a esta modalidad fue la falta de planificación previa de las necesidades institucionales”.
Pero varias de las compras se realizaron con los mismos proveedores y se hicieron compras que no eran necesarias, según el stock en las bodegas o farmacias.
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