Cinco aspectos que hablan bien de Cuenca y su organización
Cuenca destaca por la calidad de sus servicios y afronta sus 202 años de Independencia con retos como el combate a una creciente inseguridad.
Catedral de la Inmaculada Concepción en Cuenca. Noviembre de 2022
Twitter: @CapturAzuay
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Cuenca cumple 202 años de Independencia como una de las ciudades con mejor calidad de vida de Ecuador. La ciudad destaca por su organización y avances en temas como la movilidad o dotación de servicios básicos.
Es la ciudad con mayor desarrollo industrial por habitante. Aporta con el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Eso explica, en parte, sus buenos indicadores laborales: seis de cada 10 cuencanos tienen un empleo pleno, lo que significa la tasa más alta del país.
Sin embargo, Cuenca aún tiene desafíos importantes, como el acelerado y desordenado de la ciudad, los efectos del cambio climático -que provoca cada vez más desbordamientos de los ríos- y una histórica emigración hacia Estados Unidos.
Pero el problema que más preocupa y es más reciente, es el de la inseguridad, aunque esta ciudad aún mantiene buenos indicadores, en comparación con otras ciudades, incluso más pequeñas.
Avances en movilidad y transporte
Cuenca es reconocida a escala internacional por sus avances en materia de movilidad. Fue la primera ciudad de Ecuador en incorporar un tranvía eléctrico y un sistema de bicicleta pública funcional y operativo.
También fue la primera en establecer un sistema de caja común para el transporte urbano, con el objetivo de evitar las competencias de buses en su pugna por pasajeros. El pasaje de bus, además, se puede pagar con una tarjeta prepago.
En sus primeros dos años de funcionamiento, el tranvía moviliza a 19.000 pasajeros por día y la meta más próxima es llegar a 40.000 diarios. Además, el sistema de bicicleta pública opera desde 2019 con 20 estaciones y 240 unidades.
"Cuenca puede ser un ejemplo para otras ciudades intermedias interesadas en mejorar rápidamente en movilidad sostenible", dice Pablo Osorio, asesor en esa materia de la Corporación Técnica Alemana (GIZ).
El investigador destaca tres aspectos de la capital azuaya que las que otras ciudades pueden ver como un ejemplo a seguir: la electromovilidad, la movilidad activa (transporte no motorizado) y la institucionalidad.
Lo positivo es que estas medidas han podido avanzar independientemente de los cambios en la administración municipal.
Otro de esos avances es el uso de la tecnología es el sistema de estacionamiento rotativo tarifado. En Cuenca existe una aplicación móvil que permite a los dueños de vehículos buscar, medinte una aplicación, un espacio en las zonas públicas de parqueo y pagar virtualmente por su uso, sin necesidad de parquímetros o tarjetas físicas.
"Tenemos muchos problemas todavía, pero comparativamente con otras ciudades, en Cuenca hay una dirección y se tiende a ir hacia allá".
Pablo Osorio
En materia de movilidad hay dos retos importantes: resolver el caos vehicular, que cada vez es más grave por el aumento del parque automotor. Además, falta integrar, tecnológica y físicamente, el tranvía y otras modalidades de transporte urbano.
Tratamiento de aguas servidas y gestión de desechos
Cuenca es la ciudad con los mejores indicadores de servicios básicos del país: tiene una cobertura de 97,46% de agua potable y del 93.99 % en alcantarillado. Además, es de las pocas urbes de Ecuador y Latinoamérica que trata el agua de forma integral.
La Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA) trata el 87.63% de las aguas residuales de la ciudad, explica su gerente, Rubén Benítez. El porcentaje supera a otras ciudades como Quito, que trata apenas el 3.5 % de las aguas residuales.
Para llegar al 100% de cobertura, ETAPA planifica la construcción de una segunda planta de tratamiento. Su adjudicación está prevista para este año y tiene una inversión de USD 70 millones.
Cuenca también se destaca por tener un sistema integrado de gestión de los residuos sólidos. Este incluye: un relleno sanitario que funciona desde 2001, el trabajo de las personas dedicadas al reciclaje, además de iniciativas que buscan dar una segunda vida a los residuos.
La ciudad tiene una ordenanza que obliga a la separación de desechos orgánicos y reciclables desde su origen, es decir, los hogares. En ese proceso cumplen un rol importante los cerca de 600 recicladores que hay en la ciudad.
Los desechos reciclables se convierten, por ejemplo, en mobiliario para parques, mientras que los gases que emite la basura orgánica se usan para producir energía eléctrica.
La primera planta de biogás se inauguró en 2017 y produce dos megavatios que se conectan al Sistema Nacional Interconectado. Una segunda planta fue desarrollada por la Universidad de Cuenca, cuya energía también es aprovechable.
Amplia oferta gastronómica y hotelera
La pandemia fue un punto de quiebre para el sector turístico de Cuenca. Aunque al principio paralizó todos los servicios, también impulsó una renovación que se refleja en una diversa oferta de hoteles, restaurantes y otros servicios que dinamizan la economía local.
En los últimos dos años, el sector privado hizo inversiones millonarias para restaurar casas patrimoniales y convertirlas en hoteles, que son a la vez atractivos turísticos.
"Han surgido numerosos hoteles que buscan que los huéspedes se sumerjan en la belleza de su arquitectura y decoración", explica María Rosa Aguirre, directora zonal del Ministerio de Turismo.
En esta ciudad se gesta también una revolución gastronómica. "Nuevos restaurantes proponen experiencias en las que los clientes, además de degustar exquisitos platillos, descubren el concepto y la filosofía que enmarca su oferta", añade Aguirre.
En la capital azuaya convergen restaurantes que ofrecen alta cocina local, una variada oferta de sabores internacionales, mercados, 'huecas' de antaño y nuevas zonas gastronómicas que dan vida a barrios alejados del Centro Histórico.
Espacios verdes bien aprovechados
Cuenca tiene una gran cantidad de áreas verdes, bien aprovechadas por sus habitantes. Los parques lineales en las riberas de los ríos Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara son, quizá, el ejemplo más claro de esto.
El sistema de parques lineales nació hace tres décadas y son un modelo que se ha mantenido y replicado. Están dotados de juegos infantiles, gimnasios al aire libre, camineras, ciclovías, incluso hay zonas para actividades artísticas y culturales.
Para Pablo Osorio, hay un reto importante de cara al futuro: garantizar infraestructura verde de calidad en todos los barrios, sin que la gente tenga deba desplazarse a zonas alejadas para usar los parques.
"Hay zonas de crecimiento y plusvalía, como Challuabamba, por ejemplo, que no tienen un solo lugar público donde la gente pueda ir a descansar", explica el académico.
Un segundo reto para la ciudad es pensar en cómo adaptarse a los efectos del cambio climático a través de los espacios verdes y públicos.
Centro Histórico vivo
Cuenca tiene uno de los centros históricos mejor conservados de Latinoamérica. Además de su atractivo turístico, el centro es también el eje comercial, administrativo y cultural de la ciudad.
Ahí se encuentran las principales dependencias públicas, oficinas privadas, negocios, mercados, instituciones educativas, zonas turísticas y viviendas donde conviven cuencanos y foráneos.
Tras ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, el 1 de diciembre de 1999, el Centro Histórico de Cuenca se mantiene bien conservado. Las viviendas están en constante restauración, aunque eso representa un desafío para sus dueños por los altos costos.
Las actividades comerciales y turísticas, además de la llegada de extranjeros, han desplazado a la mayoría de habitantes del Centro Histórico. Aunque hay iniciativas que buscan que los cuencanos vuelvan a habitar esa zona.
Por ejemplo, la Empresa Municipal de Vivienda (EMUVI) construye un plan habitacional en el Centro Histórico, que consta de 24 departamentos en una antigua casa colonial que data de 1910.
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