Ellos sobreviven al éxodo masivo del Centro Histórico de Quito
Tres habitantes del casco colonial se niegan a dejar sus casas en las que han vivido por más de 20 años. Ellos son testigos de los cambios que ha vivido este sector de la capital.
Tres habitantes del Centro Histórico que se niegan a dejarlo.
Jonathan Machado / Primicias
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El ruido, la prisa y la gran cantidad de personas que día a día recorren las calles del Centro Histórico de Quito parecería que corresponden a otra realidad durante las primeras horas de la mañana.
El silencio y el sosiego invaden uno de los lugares más representativos de la capital.
Martes 18 de febrero de 2020, 06:45. La Plaza de la Independencia está casi vacía. Solo hay unos pocos comerciantes que empujan sus carretas en las que llevan los productos para vender. Ellos le dan vida al casco colonial quiteño que, en pocas horas, se transformará en escenario de gritos, protestas sociales, ventas ambulantes, jubilados y oficinistas que se dirigen a sus lugares de trabajo.
Algunas personas se suman al paisaje con voces que se pueden escuchar a lo lejos y que son una clara muestra de la paz que hay en el ambiente.
Martes 18 de febrero de 2020, 09:00. La realidad es otra: negocios que abren sus puertas, vendedores ambulantes, personas que gritan y turistas extranjeros que recorren las estrechas calles del sector.
Esta realidad, sumada a la inseguridad, es una de las razones por las que el Centro Histórico ha vivido un éxodo en los últimos 20 años.
Los cambios en el Centro
Según el Instituto de la Ciudad, alrededor de 60.000 habitantes vivían en el casco colonial en 2001. La cifra cayó a 40.500 en 2010 y llegó a 30.610 en 2017.
La entidad explica que "el despoblamiento es una característica de los centros históricos que paulatinamente dejan de ser habitados y se transforman en espacios de visita".
Las familias biparentales con hijos que se han quedado a vivir en el sector suman el 40,9% del total, mientras que las familias más extensas suman el 17,5%.
Estos dos tipos de familias son las que concentran la mayor cantidad de hogares en el Centro Histórico y en sus zonas aledañas.
Además, el Instituto de la Ciudad dice que la población de hasta 39 años es la que, en su mayoría, aún vive en este sector.
Sandy Campaña, administradora de la Zona Centro, dice que el Municipio trabaja para disminuir los índices de inseguridad, además de controlar el comercio informal.
A estas medidas se suma la creación del Corredor Metropolitano, que busca reactivar el eje de la avenida 10 de Agosto, desde el sector de Calderón (norte de la ciudad) hasta la Panamericana Sur, pasando por el Centro Histórico.
A pesar de los problemas que afronta el Centro Histórico aún hay personas que se niegan a abandonar sus viviendas ya que, dicen, es un lugar que cuenta con todos los servicios.
En lo que también coinciden es en que las autoridades deben aumentar la seguridad y promover el turismo para que el casco colonial no quede en el abandono.
PRIMICIAS le da a conocer tres historias de personas que han vivido en el Centro desde su niñez.
Guadalupe Vilaña
Gustavo Cajilema
Guadalupe Ruiz
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