El centro de Guayaquil cobra vida al 'vapor' de las cocinas
Cerca de una década ha tomado convertir a la calle Panamá en un paseo turístico en pleno centro de Guayaquil, donde ahora la oferta gastronómica es variada.
Imagen de la icónica calle Panamá, en el centro de Guayaquil.
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“Qué chévere está Guayaquil”, dice Mónica Cadena, quiteña que se adelantó un par de días al feriado del 10 de agosto y viajó a esta ciudad para pasar con su familia.
“Está bonito, increíble”, añadió, mientras se tomaba fotos con una de las esculturas de la calle Panamá, en el centro guayaquileño.
Era un viernes 6 de agosto, cerca del mediodía y los comensales y turistas comenzaban a poblar esta calle del centro de Guayaquil, en una dinámica que parece que ha estado siempre en este lugar.
Por las veredas desfilan platos de mar, empanadas, comida mexicana, francesa, comida tradicional y cocina de autor. La calle Panamá cobra vida, pero no siempre fue así.
Hace 10 años, caminar por la calle Panamá era solamente para valientes. Esta zona del centro de Guayaquil era solitaria, estrecha, llena de edificios y locales abandonados.
En el día había algo de movimiento, por una clínica que se encuentra en esta vía. Durante la noche, el panorama era distinto, solamente se veían personas sin hogar, adictos a las drogas y basura.
Un plan que salió del archivo
El exalcalde Jaime Nebot diseñó un plan para recuperar la calle Panamá, y el primer paso fue en 2014 cuando inauguró una serie de esculturas costumbristas en el sector.
Se puso a un cangrejero, a un cacaotero, pero el que pasó a la historia fue el “niño betunero”, que incluso fue el eje de acusaciones entre Nebot y el entonces presidente Rafael Correa.
De ahí en adelante, pasó muy poco del lado oficial. Mientras que del sector privado, la alternativa de tener un bulevar turístico alentó a algunos inversionistas.
“Nosotros abrimos en 2016”, dice Fausto Rendón, propietario de Del Río Resto Bar. Su local queda en Panamá y Luzárraga, a pocos pasos del Mono goloso, una cafetería que según Rendón fue el epicentro del desarrollo de la zona.
“Esta galletería, pastelería y cafetería tenía funcionando un par de años antes y generaba movimiento, la gente venía a la zona”, expresa Rendón.
Por su parte, la presidenta de la Empresa Municipal de Turismo, Gloria Gallardo, corrobora que el proyecto fue un desafío, que inició hace siete años, durante la administración de Nebot.
Los señores del 'gran cacao'
“Aquí está la tradición, la historia, el desarrollo social y la transformación de la ciudad gracias al cacao”, indicó Gallardo sobre la calle Panamá.
Y es que en la época del boom cacaotero en 1890, los ricos hacendados de la Costa tendían la 'pepa de oro' en las veredas para secarla al sol.
Años más tarde, los 'gran cacao' se mudaron del centro al sur de la ciudad, al barrio Centenario y abandonaron la tradicional calle Panamá.
Ahora, la Municipalidad intenta rescatar las siete cuadras de la calle Panamá, sembrando 320 árboles nativos, pintando murales en 11 fachadas y abriendo museos, como el del Cacao, que no podría estar en otro punto de la ciudad.
“El otro día hicieron las personas de la oficina de turismo del municipio nos dijeron que habrá más seguridad, las 24 horas del día, también nos recomendaron que contratemos guardias”, comenta Rendón.
Pero el verdadero renacer de la calle fue el pasado 28 de julio de 2021, según Rendón. Ese día se inauguró el Museo del Cacao, que se levanta en la casa patrimonial que perteneció a Walter Guzmán Aspiazu.
Guzmán fue un importante empresario cacaotero de finales del siglo XIX. En el Museo del Cacao, el visitante encontrará alrededor de 15 salas que cuentan los orígenes, evolución, crisis y renacimiento del cacao.
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