"No se debe repetir el censo, para nada", afirma Roberto Castillo, director del INEC
El costo del censo por persona fue de USD 4,92. El INEC asegura que el proceso no debió suspenderse, pese a la ola de inseguridad que enfrenta el país desde 2022.
El director del Inec, Roberto Castillo, durante una comparecencia en la Asamblea, el 20 de marzo de 2024.
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La mañana del 20 de marzo de 2024, el director del INEC, Roberto Castillo, fue cuestionado en la Comisión de Garantías Constitucionales, de la Asamblea Nacional, donde se criticó el trabajo de la entidad en el Censo de Población y Vivienda 2022.
Entre otras cosas, los legisladores calificaron al censo "como un rotundo fracaso, pues los datos no muestran la realidad del país", dijo la asambleísta Paola Cabezas.
Durante las tres horas de comparecencia, Castillo insistió en que la metodología que utilizó el INEC durante el censo es sólida y los resultados confiables.
Luego de esa comparecencia, Castillo mantuvo una entrevista con PRIMICIAS y reconoció, sin embargo, que el proceso tuvo problemas que retrasaron la entrega de resultados.
¿Cuáles son los resultados del censo que aún no se publican?
De todas las temáticas que se indagaron resta la que está relacionada con la identificación sexogenérica que nos va a permitir identificar la población LGBTIQ+. Estamos coordinando con el Ministerio de la Mujer y hemos tenido reuniones con los colectivos para hacer una socialización previa.
Lo que buscamos en este tema es mostrar las brechas, porque sabemos que es lo más importante, pues es la primera vez que se visibiliza a esta población. El 21 de marzo de 2024 definiremos el día, la hora y el cómo se darán a conocer los resultados.
Hay información del censo que tiene inconsistencias. Por ejemplo, el visualizador muestra diferentes cifras sobre migración. ¿Por qué ocurre eso?
Eso se debe a que las personas no responden algunas preguntas. En este caso puede ser que no recordaron el año en el que salieron del país. Esto siempre pasa en las preguntas de recordación y es normal en las operaciones estadísticas.
¿Cómo calcularon la información de las viviendas que están ocupadas, pero que no tuvieron personas presentes durante el censo?
Nosotros garantizamos el hecho de contabilizar viviendas. Nuestro protocolo contempla que, cuando vamos a visitar una vivienda y no encontramos a personas, el censista debe regresar hasta cinco veces.
Esto se conoce como viviendas ocupadas con personas ausentes y esta fue una de las limitaciones de este censo porque no se paralizó el país como en anteriores procesos.
En total, estas viviendas no superan el 4%.
Lo que hacemos aplicar un modelo que establece el promedio de habitantes que viven en una casa del mismo sector para atribuir esos datos a esa vivienda.
Hay que aclarar que esta información no es parte de la omisión censal.
¿Cuál es la cifra definitiva de la omisión censal?
Son 738.000 personas, que corresponde al 4,2% de la población total.
La mayor parte de estas personas están en Guayas y Esmeraldas. Ahí, la omisión censal superó el 4,2%, pero está dentro del rango admisible. En cantones de la Sierra, en cambio, la omisión es menor al promedio.
La principal razón por las que la omisión es mayor en Guayas y Esmeraldas es por la ola de inseguridad que vive el país.
¿Cuáles son las razones por las que se produce la omisión censal?
En los censos de un día, es porque el INEC no llegaba a determinados lugares.
En este censo, la mayor parte de la omisión está en las áreas urbanas y en niños menores de cinco años, porque las personas suelen olvidar que hay niños en las casas.
Este indicador es el resultado de la resta entre el número de personas contabilizadas en el censo con la que debería haber según las proyecciones de nacimientos, defunciones y la migración.
La omisión censal es una estimación.
Una de las críticas al censo tiene que ver con la reducción de la población afroecuatoriana
En el censo 2010 hubo una autoidentificación del 7,2%, ahora es el 4,8%. En valores absolutos es una reducción de 220.000 personas.
Las encuestas y estadísticas que siempre ha hecho el INEC en los últimos 20 años permiten decir que la población afro ha estado en torno al 5%. El dato distinto es el de 2010, cuando hubo una sobreestimación de la población afro que hay en el país.
El 2010 fue el año del reconocimiento de los pueblos afro. Seguramente hubo una mejor organización de esas comunidades. No es que el INEC no llegó a Esmeraldas ni que se quiere reducir la población afro.
¿Cómo afectará la omisión censal en el desarrollo de políticas públicas en el país?
No afecta porque lo que se hace es contabilizar la población censada más el cálculo de la omisión censal. Esta suma, que se conoce como población proyectada, es la que el INEC le proporciona al Ministerio de Finanzas para la asignación de recursos.
Es falso que las políticas públicas se establezcan con la información contabilizada en el censo. Incluso, la población proyectada es la que se usa en el Plan de Desarrollo o para las coberturas de salud, educación o servicios básicos.
¿Además de la inseguridad, qué otros problemas hubo en el censo?
La inseguridad fue la principal. Tuvimos 3.600 censistas que no se presentaron porque tenían miedo. Nuestra complicación fue reorganizar las brigadas para subsanar este faltante. Y es por eso que tuvimos que extender tres meses más el censo.
También hubo un porcentaje de personas que tuvo resistencia al censo. Pensaban que los brigadistas eran delincuentes o vacunadores y tuvimos que hacer más esfuerzos para ingresar a las viviendas.
En Isla Mocolí (Guayas), por ejemplo, esperamos días para entrar por los protocolos de seguridad y por eso no tuvimos el nivel de rendimiento que hubiéramos querido.
Otro elemento fue el ataque. Han atacado al censo con la desinformación de la cédula. Nos pusieron tres acciones de protección, asesorados por el exdirector Byron Villacís.
Tengo que decir que el ataque fue planificado.
¿Cree que debió paralizarse el país para hacer el censo como ha sido históricamente?
No. La evidencia y los resultados demuestran que la decisión que tomamos fue la mejor.
Si hacíamos el censo el 7 de noviembre, el censo se caía porque los padres de familia no iban a enviar a los estudiantes que históricamente eran los censistas. No teníamos un plan B.
¿No era mejor tener un plan B?
El plan B fue tener un censo por Internet, pensando en que había personas que tenían resistencia a abrir la puerta. En total, 2,3 millones de personas se censaron en línea. También reorganizamos las brigadas con acompañamiento de las Fuerzas Armadas.
¿En ese caso hubiera sido mejor suspender el censo?
Lo pensamos y lo evaluamos. La decisión fue continuar porque teníamos contrataciones en curso y en el sector público hay que rendir cuentas. Había un escenario incierto.
Hasta ahora el país está en estado de excepción y el Presidente declaró el conflicto armado interno. Si postergábamos, hasta ahora no hubiéramos podido hacer el censo.
Los asambleístas dicen que algunas personas fueron censadas por Whatsapp...
No. Nunca hubo una directriz de censar por WhatsApp. Ahora, puede ser que haya existido algún censista que haya hecho esa actividad esporádicamente.
Y si lo hizo puede ser porque la persona no quería abrirle la puerta, pero el censista ingresó la información en la tablet entregada por el INEC. Aunque no le sorprenda que en 10 años sí hagamos el censo por WhatsApp.
Hay voces que abogan por repetir el censo ¿Debería hacerse eso?
Eso es vender humo. No se debería repetir el censo para nada. Los censistas que participaron en este proceso estuvieron en el de 2010.
Si esta institución dio resultados es porque tiene la suficiente confianza para que el conteo de población tenga una cobertura y confiabilidad del 95%.
¿Cuál fue el presupuesto que se utilizó para el censo?
El presupuesto inicial fue de USD 90 millones, pero devengamos USD 83,3 millones. En términos per cápita, significa una inversión de USD 4,92, frente a los USD 3,92 del censo de 2010.
Este dólar de diferencia es por el pago que tuvimos que hacer a los censistas. En promedio, el monto fue de USD 622.
¿Cada cuánto se debe hacer un censo para que entregue resultados confiables?
Es un tema de debate internacional. Los cambios que se producen ahora son agresivos y tenemos que pensar formas más modernas y menos costosas de contar la población.
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