El confinamiento, un detonante para que más mujeres huyan de sus hogares
Tras la aplicación de las nuevas medidas contra el Covid-19, más mujeres piden ayuda en las Casas de Acogida. Esto ocurre porque en sus hogares viven situaciones de violencia.
Una mujer uy su hija que viven en la Casa de la Mujer, en Quito, el 29 de abril de 2021.
Casa de la Mujer
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El número de mujeres que busca ayuda tras sufrir episodios de violencia se ha incrementado en Ecuador desde marzo de 2021.
Este problema se observa en mayor medida en las nueve casas que conforman la Red de Casas de Acogida de Ecuador.
Su directora, Geraldine Guerra, explica que la violencia contra las mujeres ha explotado a raíz de la implementación de medidas como el confinamiento y el toque de queda.
"Las horas y los días en los que se aplica el toque de queda son un detonante para que las mujeres sean violentadas y deban huir de sus hogares", señala.
Una de las casas de acogida que ha sentido este impacto es Casa Paula, ubicada en la provincia de Orellana. El número diario de mujeres víctimas de violencia que llega a este lugar pasó de ocho a más de 13 entre febrero y abril de 2021.
"Hay mucha demanda en las últimas semanas. Los niveles de violencia también se han incrementado", dice María Inés Ramírez, directora de Casa Paula.
Y es que ya no solo se registran agresiones físicas, sino también sexuales, añade.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la pareja sentimental de una mujer es su principal agresor.
En la Casa de la Mujer de Quito se vive una realidad parecida. Hay días en los que llegan hasta tres mujeres con sus hijos.
Mientras que en meses atrás, hubo días en los que no se recibieron solicitudes de ingreso, dice Carmen Hermosa, coordinadora de este espacio que ha atendido a 144 personas durante la pandemia.
Hermosa coincide con Guerra en que las medidas restrictivas aplicadas para contener el Covid-19 derivan en un incremento de casos de violencia, pues las mujeres conviven más tiempo con sus agresores.
A pesar del aumento, Hermosa dice que quienes han llegado en busca de atención han sido recibidas.
Auditorios como habitaciones
El aumento de casos de Covid-19 en el país ha obligado a que las casas de acogida también creen espacios de aislamiento. De esa forma evitan contagios entre sus ocupantes.
En Casa Paula, por ejemplo, el auditorio se convirtió en una habitación más. "Allí, las mujeres y sus hijos permanecen 12 días antes de ingresar a la casa", dice María Inés Ramírez, coordinadora del lugar.
Durante este período, el personal de la casa les realiza pruebas diagnósticas para conocer su estado de salud. También se determina si necesitan atención médica o si pueden convivir con los demás.
Una medida similar fue adoptada en la Casa de la Mujer de Quito. Algunas habitaciones fueron destinadas únicamente para el aislamiento obligatorio.
Debido a estos cambios y para evitar una sobrepoblación, este centro recibe a un máximo de 30 personas, pese a que tiene una capacidad para 40.
Sin embargo, "en algunas casas las familias comparten una misma habitación, con el objetivo de no dejar de ayudar a otras mujeres", dice Geraldine Guerra, directora de la Red de Casas de Acogida de Ecuador.
Muchas regresan en busca de alimentos
Uno de los principales problemas que enfrentan las mujeres víctimas de violencia es la pobreza, derivada del desempleo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señala que el desempleo golpea al 7,2% de las mujeres. Mientras que el subempleo llega al 20,6%.
Estas cifras ocasionan que "mujeres que salieron de las casas de acogida, se vean obligadas a regresar en busca de alimentos", dice Guerra, directora de la red que agrupa a estos centros de ayuda.
Por ello, Guerra sugiere que el nuevo gobierno debe crear líneas de crédito para mujeres víctimas de violencia, "sin demasiados requisitos ni trámites".
Según esta profesional, la independencia financiera es una herramienta para salir del círculo de violencia.
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