80.000 hectáreas agrícolas amenazadas por la caída de ceniza del Sangay
Miles de hectáreas de cultivos en Chimborazo están cubiertas de la ceniza lanzada por el volcán Sangay. Los cantones más golpeados son Alausí, Chunchi y Pallatanga.
Un campesino camina con su burro por una carretera cubierta por la ceniza del volcán Sangay, en Alausí provincia de Chimborazo, el 21 de septiembre de 2020.
EFE
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La caída de ceniza ocurrida el domingo 20 de septiembre de 2020, producto de la erupción del volcán Sangay, ha puesto en peligro cultivos, así como al ganado y animales de granja de seis provincias ecuatorianas.
Aunque la situación es más compleja en Chimborazo y Bolívar, por su cercanía con el volcán ubicado en la provincia amazónica de Morona Santiago, también se sienten los efectos en Los Ríos, Guayas, Santa Elena y Manabí.
Según un reporte de la Vicepresidencia de la República, entidad que encabeza la atención de esta emergencia, 80.000 hectáreas de cultivos de papas, maíz, fréjol, frutillas y trigo estaban en riesgo de perderse hasta la mañana del 21 de septiembre de 2020.
A esto se suman los casi 45.000 cabezas de ganado y otros animales de granja en riesgo. Según una estimación de la Alcaldía de Alausí (Chimborazo) solo en ese cantón más 38.000 vacas se están alimentando de pasto contaminado con ceniza.
Esas reses sirven de sustento a miles de familias, cuyos ingresos económicos dependen principalmente de la ganadería, según el alcalde de Alausí, Rodrigo Rea.
En su cantón, la producción lechera, una de las principales actividades productivas, está amenazada directamente por la caída de ceniza.
"Si las reses continúan consumiendo ese pasto, van a enfermarse y pueden morir, lo que significa una caída de la producción de leche y, por lo tanto, en los ingresos de los campesinos", dice Rea.
Luis Lema tiene un pequeño terreno en el que cría una decena de vacas. Dos de ellas presentaron cuadros de intoxicación la mañana del lunes. Sus cálculos inmediatos son que su ganado pase de producir 80 litros diarios, a menos de 50.
El ministro de Agricultura, Xavier Lazo, asegura que se enviarán 240.000 kilos de alimentos para el ganado de Chimborazo y 200.000 kilos para Bolívar, además de atención veterinaria para evitar que los animales mueran.
Sin productos para vender
La dirigente del Movimiento Indígena, Carmen Tiupul, sostiene que la inversión que realizan los agricultores en los sembríos es mayor a la de los ganaderos.
"Para preparar una hectárea de papas son necesarios USD 3.500, preparar un terreno para sembrar maíz cuesta USD 1.500". Según Tiupul, si esos cultivos se dañan, la inversión se convertirá en pérdidas económicas.
"Las comunidades cuentan con alimentos para subsistir. Lo que nos preocupa es el mediano y el largo plazo. Los campesinos se quedará sin productos para vender y sin ingresos para trabajar la tierra", señala la dirigente.
Agrega que "es posible que todo el país sienta este golpe porque Chimborazo es una de las provincias con mayor producción agrícola y provee de alimentos a todo el país".
Los cultivos de maíz de María Calahorrano, una agricultora de Alausí, están completamente cubiertos de ceniza. "Lo único que espero es que el maíz no se dañe porque de eso vive mi familia".
Para mitigar los efectos de la caída de la ceniza, la vicepresidenta, María Alejandra Muñoz, anunció que el gobierno evalúa "una ampliación en el fondo de garantía que permita acceso al crédito productivo para la agricultura familiar campesina y la mujer rural, además de la reestructuración de créditos por parte de BanEcuador".
¿Qué pasa con el volcán Sangay?
La actividad del volcán Sangay, ubicado en Morona Santiago, es monitoreada constantemente por el Instituto Geofísico Militar y una de las vulcanólogas que sigue de cerca el comportamiento del Sangay es Silvana Hidalgo.
"El volcán ha estado activo desde mayo de 2019, pero el fin de semana pasado su actividad aumentó por primera vez de "moderada-alta" a "muy alta", dice la vulcanóloga.
"Tuvimos dos horas de emisión constante de ceniza que formó una nube de 10 kilómetros que, con la fuerza del viento, llegó a provincias como Chimborazo, Bolívar y Guayas", puntualiza Hidalgo.
A esto se suman cientos de sismos, además de expulsión de material piroclástico, de lodo y de pequeñas cantidades de lava. Hidalgo dice que las proyecciones señalan que la actividad disminuirá en el corto plazo, es decir, durante los próximos días o semanas.
El Instituto Geofísico envió equipos a recopilar información para determinar el tamaño de la erupción.
"Macas está olvidada"
A pesar de que Macas es una de las ciudades más cercanas al volcán Sangay no ha recibido visitas de las autoridades nacionales.
Su alcalde, Franklin Galarza, dice que "por el aumento de la actividad volcánica y la presencia de lahares, la confluencia del río Upano y del río Volcán se encuentra parcialmente represada con material volcánico".
Esto ha hecho que más de 200 agricultores tengan que ser reubicados y que dejen de lado la pesca, su única fuente de ingresos.
"Estas acciones traen más pobreza para familias que ya vivían en situación de vulnerabilidad", dice el funcionario.
Galarza dice que el Sangay ha formado un "lahar de 900 metros de largo por 300 metros de ancho que pone en riesgo a los puentes que hay en la ciudad y a las viviendas de los alrededores".
Para evitar que los puentes colapsen, los pobladores realizan continuas mingas para limpiar "lo que más se pueda del río".
El alcalde insiste que es necesario que las autoridades de gobierno actúen en esos ríos, pues otra erupción fuerte del Sangay pondría en riesgo a Macas.
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