Un antídoto para el calor: Bucay ofrece 40 cascadas de agua helada a visitantes de Guayas
Decenas de turistas acuden al bosque húmedo los fines de semana en busca de un escape a las altas temperaturas en la Costa. Bucay se encuentra en la frontera de cinco provincias y registra una temperatura media de entre 18 y 24 grados.
Turistas se turnan para ingresar a una cascada en el bosque La Esperanza, del cantón Bucay, en Guayas.
PRIMICIAS
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Con un inventario municipal de 40 cascadas, una docena de ríos y un clima húmedo, al pie del bosque nublado, el cantón General Antonio Elizalde o Bucay ofrece por estas épocas un escape a las altas temperaturas que viven cantones de Guayas.
Decenas de turistas acuden los fines de semana en busca de un antídoto contra una oleada de calor que cumple un mes y que persistirá en las próximas semanas.
En cantones como Guayaquil, Naranjal, Nobol (en Guayas) o Portoviejo y Chone (Manabí) las temperaturas han superado los 36 grados centígrados a la sombra, desde marzo.
Bucay se encuentra en la frontera de cinco provincias, a dos horas en auto de Guayaquil (107 kilómetros) y registra una temperatura media de entre 18 y 24 grados.
El bosque húmedo protector La Esperanza, a entre 800 y 1.500 metros sobre el nivel del mar, con sus ríos y cascadas, vive por estos días temporada alta de visitas.
Piscinas heladas con aguas del propio río
Pablo Villamarín, de la finca turística El Progreso, dice que la mayor época de turismo en la zona coincide con las vacaciones escolares en la Costa (entre enero y abril de cada año).
Pero reconoce que ante las altas temperaturas en cantones de Guayas las visitas se han incrementado en el último mes, incluso hasta el doble de lo habitual.
“Teníamos un parqueadero para unos 20 vehículos y hemos tenido que ampliarlo para 20 más y a veces nos quedamos cortos los fines de semana. Por los calores está llegando más gente”, indicó Villamarín, quien trabaja hace casi 20 años en el recinto Esperanza Alta.
El recinto Esperanza Alta cuenta con una decena de caídas de agua de más fácil acceso. La cascada Piedra Blanca, con 90 metros de altura, es la más alta de la zona, ubicada a 16 kilómetros del centro de Bucay.
Fincas como El Progreso y La Ponderosa ofrecen rutas de ingreso a las cascadas desde USD 3 por persona (USD 1,50 los niños). En El Progreso, cuatro cascadas se encuentran a entre siete y 20 minutos de camino por senderos del bosque húmedo.
Las fincas cuentan además con piscinas artificiales de aguas canalizadas que corren desde el mismo afluente natural del río, para luego seguir su camino pendiente abajo.
“Con los calores que hacen en Guayaquil place quedarse aquí todo el día”, dice Mariana Jiménez, que el domingo pasado vigilaba a sus nietos mientras se zambullían en una piscina con "agua más helada que la de la nevera”. Unos niños se resisten a salir y otros salen tiritando.
La oferta turística
Según los operadores turísticos la mayor parte de los visitantes llega a pasar el día desde cantones como Guayaquil, El Triunfo o Naranjito, en Guayas. También se ofrecen cabañas para pasar la noche en el lugar, desde USD 12 por persona.
Bucay se ubica en una zona privilegiada entre Guayas, Bolívar, Los Ríos, Chimborazo y Cañar. El cantón pertenece a Guayas, pero es vecino de un cantón más grande, Cumandá, perteneciente a Chimborazo.
La oferta gastronómica consiste en asados, fritada y sancocho de gallina criolla. Villamarín invita a los visitantes de El Progreso a exprimir caña de azúcar en un antiguo trapiche artesanal. Y para templar el ánimo, ofrece el jugo mezclado con licor de caña.
Los operadores turísticos ofertan además prácticas de deportes de aventura. El barranquismo (‘canyoning’) consiste en descensos con cuerdas por caídas de agua de 15 a 45 metros.
En el canoping -USD 10 por viaje de ida y vuelta- los turistas se deslizan entre cañones mucho más altos, sujetos de un arnés, en poleas, a través de cables de acero.
También hay operadores que impulsan el ‘rafting’ (balsismo), un descenso de 10 kilómetros en balsa por ríos como el Chimbo o San Antonio, para los turistas más intrépidos.
El clima primaveral cambia a menudo de una densa niebla que blanquea todo el paisaje a cielo despejado y soleado en las montañas de Bucay, donde se pasa en pocos minutos de los 600 metros hasta los más de 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Compartir: