Brecha inmunitaria, la clave del aumento de infecciones respiratorias en niños
Los niños que se quedaron en casa confinados, durante dos años, crearon una especie de brecha inmunitaria, que estaría detrás del aumento de emergencias pediátricas.
Una niña es vacunada en Cuenca, el 21 de diciembre de 2021.
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No son los efectos de las vacunas ni las escuelas o buses de transporte cerrados. Científicos advierten desde julio que la llamada 'brecha inmunitaria' pondría de cabeza a las salas de emergencias del mundo, en especial las pediátricas.
“La falta de exposición a virus endémicos crearon un vacío o brecha inmunitaria, que se entiende como un grupo de individuos susceptibles a enfermarse porque no tienen inmunidad frente a otros patógenos”, escribían los médicos Kevin Messacar y Rachel Baker en un comentario de la revista The Lancet.
Según estos epidemiólogos y científicos, los hospitales del mundo entero debían prepararse para lo inesperado, tras la disrupción que significó el Covid-19.
Con la pandemia, explican los investigadores, los niños, que normalmente están expuestos a virus en las escuelas o parques, permanecieron confinados.
Por ello los más pequeños nunca desarrollaron inmunidad a enfermedades tan propias de su edad como la gripe.
Ahora son estos niños de la pandemia que están llenando las salas pediátricas con infecciones como la influenza o el virus sincicial respiratorio (VSR).
Por lo general, un niño en edad preescolar (a partir de los dos años) se enferma en un promedio de cinco o seis veces al año. Este proceso forma parte de su memoria inmunitaria.
Además, las madres de los recién nacidos en la pandemia no han podido generar los anticuerpos porque estuvieron encerradas.
Y con estos antecedentes el mundo tiene la fórmula perfecta, dice Baker, para crear una espiral de infecciones: los más pequeños están infectando a los grandes.
“Así es como funciona el mundo de las infecciones”, añade la especialista en su artículo.
Influenza y VSR, patógenos conocidos
La gripe o influenza y el VSR (virus sincicial respiratorio) han estado entre los humanos desde hace décadas.
Lo que sucede, explica el epidemiólogo Messacar, es que fueron atenuados en los últimos dos años por la pandemia.
Con la llegada del Covid-19, hubo distanciamiento social y el uso generalizado de mascarillas. Y estas prácticas ayudaron a que se mantuvieran silenciosos y sin atacar.
“Pero la gente y los niños comenzaron a salir, a reunirse y como no tienen exposición reciente a la gripe o al VSR, son más vulnerables a estas infecciones”, dice la pediatra ecuatoriana Rosario Poveda.
La mayoría de los niños, según Poveda, contraen el VSR en algún momento de sus vidas a partir de los dos años.
Y los recién nacidos tienen una protección pasiva contra el virus a través de la leche materna, siempre que la madre tenga anticuerpos.
Además, son virus que generan brotes por temporadas, según cada país. En Estados Unidos y el hemisferio norte, el VSR se activa en el invierno y porque la mayoría de reuniones ocurre en lugares cerrados.
Y en Ecuador, los encuentros por navidad y fin de año han generado este brote que preocupa a las autoridades, según la neonatóloga Cecilia Massache.
“Es verdad que tenemos casos de niños con cuadros graves e internados” en Guayaquil, agrega la especialista.
Según el Ministerio de Salud, desde mediados de noviembre de 2022 se han reportado más de 130 casos graves de Covid-19, influenza y virus sincicial respiratorio en niños y adolescentes.
¿Qué hacer?
Hasta el momento, no hay vacuna en el mundo para prevenir el VSR, pero sí existe la dosis para la influenza.
De allí la insistencia de los médicos para que las personas, en especial los niños, se vacunen contra la influenza.
Si más personas se aplican esta vacuna, se podría crear una barrera contra el espiral de otros virus respiratorios y parar las emergencias.
Las otras medidas de seguridad como el distanciamiento social al saludar, el uso de mascarillas en espacios cerrados y el lavado de manos también benefician el control de las infecciones.
Y las pediatras consultadas coinciden en otro consejo: los niños que están pasando por un cuadro respiratorio agudo deberían guardar reposo y no visitar lugares concurridos.
“Se los manda de la escuela a la casa para que no contagien a otros niños, pero a veces los vemos paseando en un centro comercial, que es considerado el mayor foco infeccioso”, dice Massache.
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