Solo dos vías interprovinciales en Azuay están habilitadas
En tres de las cinco vías interprovinciales que conectan a Azuay con el resto del país, el paso es intermitente o está cerrado. La única vía transitable hacia la Costa, por Cañar, se satura de camiones y vehículos.
El tramo Zhud-Chunchi, en la Troncal Sierra, está lleno de baches. Imagen del 27 de marzo de 2023.
Xavier Caivinagua
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Salir o entrar a Cuenca se ha convertido en una odisea. Tres de las cinco principales vías interprovinciales están cerradas total o parcialmente. Las vías hacia Cañar y Loja son las únicas habilitadas.
La caída constante de rocas sobre el asfalto, deslizamientos, grietas en la calzada, riesgo de asaltos y largas horas de conducción son los problemas en las principales vías interprovinciales de la aprovincia de Azuay.
En marzo de 2023, Azuay se quedó sin conexión con la Sierra norte y están cerradas, además, las dos principales vías que conectan a la provincia con Guayas y El Oro, en la Costa.
Y existen deslizamientos en dos carreteras que unen a Azuay con la provincia de Morona Santiago, en la Amazonía.
Desde Cuenca hacia la Sierra centro y norte, el viaje es peligroso. Los conductores sortean grietas, baches, rocas gigantes y una espesa neblina en varios tramos.
Los problemas empiezan en Biblián (provincia de Cañar). La calzada está agrietada por fallas geológicas y en algunos sectores hay cintas de peligro junto a rocas que han caído en la vía.
El tramo Biblián-Zhud se deteriora a diario, pese a que a mediados de 2022 se ejecutaron trabajos de mantenimiento.
En marzo de este año, el tráfico aumentó por esta carretera debido a un cierre de la ruta Cuenca-Girón-Pasaje y de la Cuenca-Molleturo-El Empalme. La vía Zhud-El Triunfo es la alternativa para llegar a Guayas y El Oro.
Aunque el tiempo de viaje es mucho mayor. En la Y de Zhud, que divide a las vías que van hacia la Costa y la Panamericana, que atraviesa toda la Sierra, hay días en que el paso de los vehículos y camiones es caótico.
La noche del 22 de marzo, los camiones que se dirigían hacia Quito formaron una doble fila, que impidió el paso a los vehículos que se movilizaban desde y hacia la Costa. La espera para salir de ahí fue de más de 30 minutos.
Desde Zhud a Alausí, la vía está habilitada, pero hay tramos llenos de baches. La neblina es espesa, lo que disminuye la visibilidad de los conductores, quienes de repente se encuentran con rocas gigantes al costado de la vía.
Por el riesgo, la velocidad de circulación debe ser mínima, dada la caída constante de material de la montaña. En la noche, el panorama es peor.
El paso se cierra al llegar a Alausí, en donde ocurrió el macro deslizamiento que hasta el martes 28 de marzo dejaba 11 fallecidos y decenas de desaparecidos.
Los vehículos que se dirigen hacia Sierra centro y norte deben tomar la vía hacia El Triunfo, en Guayas, y de ahí emprender el viaje a la ciudad de Riobamba, por la maltrecha vía que cruza por Pallatanga y Colta.
Este desvío hace que las siete u ocho horas habituales de viaje entre Cuenca y Quito se conviertan en 12 horas.
El riesgo de ir a Machala
La vía más complicada en el Austro es la Cuenca-Girón-Pasaje. A inicios de marzo, un socavón provocó su cierre total en el sector Gramalote, kilómetro 112.
Para llegar a El Oro desde Azuay, la opción es dar la vuelta por Cañar, pero ese trajín toma de siete a ocho horas, cuando por la ruta normal es un viaje de tres horas. Por eso, vehículos particulares y camiones hacen el esfuerzo de avanzar por dos vías alternas peligrosas.
La Prefectura de El Oro colocó un puente bailey en Uzhcurrumi, pero el Ministerio de Transporte advierte que ese tramo no es seguro, por el estado de la calzada y porque los conductores han sido víctimas de robos.
La otra alternativa es una variante en Gramalote, pero es un camino estrecho que se enloda cuando llueve, en el que los vehículos pequeños se han quedado atascados.
La Cuenca-Molleturo es intermitente
Los conductores que todavía prefieren la Cuenca-Molleturo-El Empalme para llegar a Guayaquil se arriesgan a que la vía se cierre en cualquier momento, a causa de los frecuentes deslizamientos.
En los últimos días, la circulación vehicular ha sido intermitente. Las lluvias provocan que rocas y tierra caigan a la calzada y, en algunos casos, bloqueen el paso por completo.
En algunos tramos, los conductores deben manejar sobre una calzada que, cuando llueve, se vuelve resbalosa, con curvas pronunciadas y la presencia habitual de neblina.
Estos problemas con las vías que conectan a Azuay con el resto del país han complicado a diferentes sectores, como el turismo, el comercio y la industria.
Los gremios están a la espera de que el Gobierno concrete su ofrecimiento de intervenir, de emergencia, por lo menos dos vías: Cuenca-Molleturo-El Empalme y Cuenca-Girón-Pasaje, para las que ofreció USD 27 millones.
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