En Atacames nadie quiere dejar su casa por miedo a los invasores
El desbordamiento del río Atacames dejó daños en barrios como 18 de Febrero y 4 de Abril, de Atacames. Unas 500 familias sufrieron pérdidas por las inundaciones.
Una mujer en la entrada de su vivienda en el barrio '18 de Febrero', de Atacames, el 7 de junio de 2023.
Jonathan Machado / Primicias
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Los daños que provocaron por las lluvias y el desbordamiento de siete ríos en Atacames, y en otros cantones de Esmeraldas, son notorios, así como la inseguridad que se siente en las zonas damnificadas.
Barrios como '18 de Febrero' y '4 de Abril' quedaron bajo la corriente del río Atacames, que el 4 de junio de 2023 alcanzó una altura de dos metros.
Para un extraño, ingresar a estos barrios es posible solo con acompañamiento policial por los niveles de inseguridad que sufren. En los ingresos, los vecinos recomiendan no aventurarse en solitario.
En estos dos sectores viven unas 500 familias en cerca de 300 viviendas, pues es común que en una misma casa habiten hasta cuatro familias. La mayoría de inmuebles son de caña y madera y no resistieron el embate del río.
En una de ellas vive Isabel Quiñónez y sus dos hijas. "Lo perdí todo por tercera vez. El río arrasó con lo que se encontró a su paso y se llevó electrodomésticos, ropa y colchones".
Ella vive en el barrio '18 de Febrero' y desde 2021 se niega a salir de allí. "Las autoridades vinieron a decirnos que vayamos a los albergues, pero no quiero dejar mi casa porque los invasores pueden ocuparla y ya nadie los saca", dijo.
Lo mismo piensa Andrea López. Ella también vive en el sector 18 de Febrero y, como Quiñónez, teme perder su casa a manos de los invasores. "Mi casa es pequeña, pero la construí con esfuerzo y no podemos dejar que personas malas nos la quiten".
Pero en Atacames, al miedo de las invasiones se suma falta de servicios básicos, como agua y alcantarillado.
Gilmar Torres vive en la orilla del río Atacames y cada tres o cuatro días gasta USD 3 para comprar agua a los tanqueros que recorren la zona. "Así no se puede vivir. Sin el apoyo de las autoridades no se puede vivir con dignidad", se queja.
Los moradores del sector coinciden en que la ayuda estatal no ha llegado cuatro días después de las inundaciones.
A unos cinco kilómetros de ahí está el barrio El Manglar, ubicado en la parroquia Súa, uno de los balnearios más visitados de la provincia.
Bolívar Briones relata que el desbordamiento del río Súa provocó importantes pérdidas. "Acá no ha venido ninguna autoridad. Hay más de 200 familias que nos sentimos abandonadas y a la espera de ayuda", dice.
Barrios peligrosos
Otro de los barrios afectados es el sector conocido como 'La 13'. Pero la entrada a esa zona está vetada para los extraños a causa de la inseguridad.
Una mujer, que prefirió no identificarse, aseguró que hasta ese lugar "los extraños solo ingresan con resguardo policial o militar porque hay presencia de bandas delincuenciales".
Un policía reveló que el barrio es dominado por la agrupación delictiva Los Tiguerones. La presencia de este grupo se extiende a otros sectores del cantón, como Los Guayacanes y El Coral.
El Estado levanta información
Mientras la ayuda llega a cuentagotas a los damnificados, el gobernador de Esmeraldas, Frickson Erazo, dijo que el Gobierno sigue levantando información para identificar los sectores que requieren kits de alimentos y de productos de primera necesidad.
En la mañana del 7 de junio se desplegó un operativo militar y policial para entregar 750 kits de alimentos en el barrio '50 casas'. Sin embargo, la ayuda fue insuficiente, pues en este sector viven más de 3.000 familias.
La Secretaría de Gestión de Riesgos contabilizó 15.077 personas afectadas en Esmeraldas, hasta la tarde del 7 de junio de 2023.
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Los damnificados que deja a tragedia de Esmeraldas reclaman la falta de ayuda estatal. Las donaciones son la única ayuda que han recibido.
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