El arriendo es lo que más agobia a los negocios en Guayaquil
Imagen referencial del patio de comidas del centro comercial Terminal Terrestre de Guayaquil
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Hace una semana Carolina Morales intentó que Verdemaní siga atendiendo. Es un local de comida especializado en desayunos. Aquella jornada iba a vender solo por domicilio y para recoger.
Las ventas fueron bajísimas y había un temor persistente: la exposición de sus colaboradores que debían tomar todos los días transporte público para acudir al trabajo.
Tomó la decisión de cerrar de manera indefinida, hasta que la emergencia sanitaria pase. “No sé cómo pagar las cuentas de fin de mes, no tengo idea”, reconoce.
Ella paga a sus proveedores semanalmente así que por ese lado no hay problema. El valor más alto y su principal dolor de cabeza es el arriendo.
“El alquiler en Urdesa es altísimo, estoy preocupada. Al arrendatario pienso decirle que me ayude porque primero es la salud”, expresó.
En la misma situación está Galo Cedeño, propietario del local Cuchara rústica. Su mayor cliente es una empresa de transporte que le compra almuerzos.
Por eso se esforzó en mantener abierto el local, pero las ventas presenciales son nulas, al igual que las de domicilio. El problema es que su repartidor solo puede circular martes, jueves y sábado.
“El arriendo pienso negociar, va a ser imposible pagarle el 26”, indica. Lamenta "que estaba por llegar al punto de equilibrio" porque su inversión arrancó este año. Ahora está al borde de la quiebra.
Roxana Marcos es dueña del restaurante Tu tierra. Ella cerró en cuanto se decretó la emergencia sanitaria porque teme que sus empleados se contagien, así como su familia.
Tiene cuentas por pagar, pero prefiere no pensar en ello ahora. “Lo importante es cuidar la salud y estoy enfocada en eso”, dice.
En esa línea, la cadena de centros comerciales Riocentro anunció que este mes no cobrará el arriendo a sus locales comerciales, informó el vicealcade Josué Sánchez.
Servicio a domicilio solo para farmacias y supermercados
El servicio a domicilio funciona a medias en Guayaquil. Únicamente para alimentos provenientes de supermercados o tiendas de abasto y medicamentos.
En el primer caso -debido a la alta demanda- los víveres llegan con una semana de diferencia. Llamar a las farmacias resulta imposible porque las líneas telefónicas están saturadas.
Las cadenas de restaurantes y franquicias internacionales operan en todo el país, pero no en Guayaquil. En las redes sociales se multiplican los mensajes de cierre. El servicio a domicilio quedó reservado para lo vital.
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