Aluviones alteraron cuencas de cuatro quebradas que alimentan al río Tomebamba
Al parecer el fenómeno no terminó con los aluviones que ocurrieron el 27 de marzo, sino que pueden haber alterado las cuencas de esas quebradas.
Vista aérea del segundo aluvión, que ocurrió en Marianza, en la parroquia Sayausí, de Cuenca, el 27 de marzo de 2022.
Consejo de Seguridad Ciudadana de Cuenca
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El domingo 27 de marzo, cuatro aluviones ocurrieron casi simultáneamente en igual número de quebradas que alimentan al río Tomebamba, el más grande e icónico de Cuenca, en el sector de Sayausí, al oeste de esa ciudad.
Las corrientes de agua y lodo causaron la muerte de cuatro personas y destruyeron una decena de viviendas. Pero al parecer el fenómeno no terminó ese día, sino que pueden haber alterado las cuencas de esas quebradas.
Así lo explica Luis Mario Barsallo, subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, quien asegura que la situación es crítica en la parroquia Sayausí, pues las nuevas lluvias que cayeron el viernes 1 de abril provocaron más deslaves.
“El problema no es sencillo, no es un evento aislado y es probable que sigan ocurriendo deslizamientos”
Luis Mario Barsallo, subsecretario MTOP
Por eso, la es construir muros de piedra, conocidos como de escollera, para retener el material que se desprenda de la montaña. Pero justifica que las soluciones no serán inmediatas, "porque las previsiones de lluvia dificultan los trabajos".
Según Barsallo, las lluvias que cayeron el domingo 27 de marzo fueron inusuales y "cambiaron la geomorfología de esas microcuencas del río Tomebamba, que ahora son grandes quebradas que arrastran material sedimentado desde la zona alta de la montaña hacia la vía y el río".
Lluvias fuera de todo pronóstico
Un equipo técnico y científico investiga las causas de los aluviones que ocurrieron en la parroquia Sayausí de Cuenca el domingo 27 de marzo de 2022, que dejaron cuatro personas fallecidas y decenas de familias damnificadas.
A lo largo de cinco kilómetros, cuatro quebradas que alimentan al río Tomebamba se desbordaron, casi simultáneamente, llevando a su paso vegetación, lodo y piedras.
Ese material destruyó una decena de viviendas, causando la muerte de cuator personas y provocando cuatro cierres viales en los kilómetros 9, 10, 11 y 13 de la vía Cuenca-Molleturo.El Empalme, que es la principal conexión entre Cuenca y Guayaquil.
Un primer análisis del equipo de investigación del Departamento de Recursos Hídricos y Ciencias Ambientales de la Universidad de Cuenca da luces de lo que ocurrió.
Paúl Muñoz, miembro del equipo investigador, dice que la hipótesis que más fuerza tiene es que fue un evento producido por precipitaciones extremas en la zona. Pues el domingo pasado el sector soportó un aguacero de más de cinco horas.
Según el reporte de la Red Hidrometeorológica de la Empresa de Telecomunicaciones y Agua Potable y Alcantarillado (Etapa), el 27 de marzo cayó tanta lluvia entre las 14:00 y 17:00 que el caudal del río Tomebamba pasó de 10 metros cúbicos por segundo a 50 metros cúbicos por segundo.
Según Muñoz, el domingo se acumularon unos 50 milímetros de lluvia en todo el día, cuando lo habitual es seis milímetros por día.
El peor invierno en 10 años
Lo que ocurrió en Sayausí es el desastre más grande provocado por el invierno en la última década en la capital azuaya.
Hace exactamente 10 años, el 27 de marzo de 2012, las intensas lluvias provocaron deslizamientos, el desbordamiento de quebradas e inundaciones en tres sectores: El Salado, Barabón y Huizhil, ubicados a lo largo del río Yanuncay, el segundo más importante de Cuenca.
Esa tragedia dejó dos personas fallecidas, casi 200 casas inundadas o destruidas y más de 1.000 personas damnificadas.
En el transcurso de esta década han existido otros “eventos extremos importantes” provocados por lluvias intensas, explica el investigador Paúl Muñoz.
El académico indica que los eventos extremos ocurren en periodos largos de tiempo, como cinco, 10 o 20 años. Pero en Cuenca cada vez son más frecuentes las precipitaciones fuera de lo normal.
Eso se puede constatar con los datos de la Red Hidrometeorológica de Etapa. Por ejemplo, en mayo de 2021, cuando ocurrieron las últimas inundaciones en la ciudad, los caudales de tres ríos llegaron a cantidades entre 100 y 163 metros cúbicos por segundo (m3s), cuando lo normal es entre 20 y 30 m3s.
Falta ordenamiento en el territorio
Froilán Salinas, director del Consejo de Seguridad Ciudadana del gobierno local, recuerda que el aluvión como tal es un proceso natural, pero se convierte en un desastre “por la mala relación que tiene el ciudadano con el territorio”.
Aunque en la zona todavía hay vegetación abundante, sí hay viviendas al pie de las quebradas y potreros alrededor de los cauces.
La zona del desastre no está poblada por completo y eso evitó que la tragedia sea mayor, asegura Salinas.
“Por la cantidad del material arrastrado, si eso ocurría en medio de una zona densamente poblada, como ocurrió en Quito a inicios de febrero, estaríamos hablando de decenas de muertos”.
Pablo Guzmán, subgerente de Gestión Ambiental de Etapa EP, explica que el entorno de Cuenca está lleno de zonas inestables que son vulnerables a fenómenos como las inundaciones y deslizamientos.
“No estamos aprendiendo la lección. Nos quedamos en la mitigación y atención de la emergencia, que también es importante, pero hay que ir a la prevención”, asegura Guzmán, quien sostiene que Etapa está enfocada en esto último.
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