La historia de Alejandro Bueno, el ecuatoriano que rescató a un niño venezolano en el Darién
Unos 118.000 migrantes han cruzado la selva del Darién en 2024, en su intento por llegar a Estados Unidos. Y entre ellos, están el ecuatoriano Alejandro Bueno y el pequeño Keiler, de dos años.
Migrantes latinoamercianos arriban a una sección en el Darién, Panamá, marzo de 2024.
AFP
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El nombre de Alejandro Bueno, un migrante ecuatoriano de 19 años, es noticia en Estados Unidos, donde su valiente historia en la peligrosa selva del Darién lo ha convertido en un héroe sin capa.
Bueno cargó en sus hombros durante 10 horas a un pequeño niño venezolano, llamado Keiler, cuya madre no podía seguir el duro viaje por la selva fronteriza entre Colombia y Panamá.
Según contó en un reportaje a la cadena Telemundo, nunca pensó en dejar al niño abandonado en el camino: "El niño tenía mucha sed, pero yo pensaba en que si no lo ayudaba, no me lo perdonaría nunca".
En su relato el canal, Bueno, quien salió desde Morona Santiago, expresó que muchas veces el cansancio lo vencía, pero que la risa de Keiler le daba ánimos.
"A ratos, el niño lloraba por su mami. Pero no lo quería dejar solo, ojalá algún día lo vuelva a ver", agregó Bueno al canal.
Tras arribar a Panamá, el joven ecuatoriano entregó al pequeño venezolano a los técnicos de las Naciones Unidas y Unicef, que se encontraban en la zona fronteriza.
Luego, él siguió su travesía migratoria y al momento está en México, donde dijo, intentará cruzar hacia Estados Unidos.
Bueno forma parte de los 118.000 migrantes que cruzaron el Darién entre enero y abril de 2024, según informó el Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.
La jungla del Darién, de 575.000 hectáreas, es un parque nacional panameño que une a Suramérica con el istmo centroamericano, y es el único punto en el que se interrumpe la carretera Panamericana, que es la más larga del mundo.
Del total de migrantes que han cruzado hasta ahora, más del 20% de ellos fueron menores de edad.
Las estadísticas oficiales también indican que durante el primer trimestre el 60% de estos viajeros eran de nacionalidad venezolana, como el niño Keiler, cuyo paradero hoy es desconocido.
Los peligros a los que se deben enfrentar los migrantes en la selva del Darién son numerosos, desde los naturales, con crecidas repentinas de ríos o los ataques de animales salvajes, a la presencia de bandidos que roban y violan, o la falta de agua potable, contaminada muchas veces por los excrementos o los cadáveres de otros migrantes.
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