La farra prohibida en Guayaquil se muda al vecino cantón Daule
Bares cerrados en la Víctor Emilio Estrada, al norte de Guayaquil, el pasado 17 de septiembre de 2020.
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Todas las alcaldías del llamado Gran Guayaquil están bajo dominio del Partido Social Cristiano (PSC): Guayaquil, Durán, Daule y Samborondón.
Pese a eso, las ciudades apostadas en la desembocadura del río Daule tienen medidas disímiles para combatir a la pandemia, y reactivar su economía.
La diferencia más clara está en el permiso para los centros de diversión nocturnos.
Mientras la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, aclaró que no se permitirán la apertura de discotecas durante el resto de 2020, su coideario y alcalde de Daule, Wilson Cañizares, hace lo contrario (ver gráfico).
Aunque la cabecera cantonal de Daule está a una hora de Guayaquil, su parroquia satélite, La Aurora, está a media hora de la ciudad y a 15 minutos de La Puntilla, otra parroquia, pero de Samborondón. Este cantón también prohíbe el funcionamiento de bares y discotecas.
Tanto La Puntilla y como La Aurora son lugares de desarrollo inmobiliario, lo que genera la construcción de nuevos locales comerciales.
Además, hay una serie de urbanizaciones que se han levantado en los últimos 20 años, tanto en Daule como Samborondón. Son los polos de desarrollo habitacional más importantes de Ecuador.
Y eso motiva a que en los alrededores se hayan construido centros comerciales y locales de diversión como bares y discotecas.
Por eso, Patricio Pareja, representante de los dueños de centros de diversión nocturna de Guayaquil, cree que las diferencias entre los cantones pueden causar desorden. “Eso perjudica porque la gente se irá por allá. Hay contradicciones”.
La migración de los negocios, sobre todo a Daule, es un escenario recurrente: primero porque pagan menos impuestos. Segundo, porque ese cantón fue el primero en decidir pasar a semáforo verde el 29 de mayo de 2020.
Según el gremio, solo en Guayaquil hay 600 bares y discotecas cerrados desde el 16 de marzo pasado, cuando se declaró la Emergencia Sanitaria y el posterior Estado de Excepción.
En el Gran Guayaquil esa cifra es de 1.200 y en toda la provincia de Guayas son 2.500.
Cambio del modelo de negocio
Los 12 y 13 de septiembre de 2020, el último fin de semana bajo el Estado de Excepción, en Guayaquil se registraron fiestas clandestinas. “Vimos en redes sociales reuniones de 200 personas sin ningún protocolo y eso nos pareció injusto”, señala Pareja.
Eso generó que el lunes 14 de septiembre, los dueños y empleados de los centros de diversión nocturna realicen una marcha hasta el Municipio de Guayaquil.
Allí fueron recibidos por autoridades y la solución que les plantearon fue la misma que, semanas atrás, había esbozado la alcaldesa Viteri: que cambien el modelo del negocio, de discoteca a restobar.
Pero, ¿eso es posible? Se está elaborando un plan piloto que empezará con las 20 discotecas más grandes de la ciudad.
Sus propietarios firmarán un acta de compromiso ante la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio y adjuntarán fotos de la nueva cocina. Además se comprometen a:
- Respetar el aforo y horario de atención dispuesto por el COE cantonal
- Establecer una distancia de dos metros entre cada mesa
- Tomar la temperatura al ingreso de cada cliente
Si el plan tiene éxito, otras 20 discotecas se transformarán cada mes. Pareja cree que Durán y Samborondón también permitirán en octubre la apertura paulatina de los centros de diversión nocturna.
Prostíbulos: sexo sin alcohol
Un permanente foco de conflicto en Guayaquil es la calle Salinas, conocida como La 18 o Barrio de Tolerancia. En otras palabras, el prostíbulo más famoso de Guayaquil.
Para los administradores de estos locales también se aprobó un plan que permitió la apertura desde el viernes 18 de septiembre de 2020.
Solo se podrán ofrecer servicios sexuales por lo que no se expenderá alcohol. El cierre de la calle, en el suburbio, causó problemas en lugares adyacentes.
La calle 17, la principal arteria del suburbio de Guayaquil, oeste de la ciudad, era escenario de peleas entre las trabajadoras sexuales. Además, la Policía notó un aumento de moteles clandestinos.
El Municipio de Guayaquil junto con la Policía harán controles en ese lugar y en las discotecas convertidas en restaurantes. Si se incumple el compromiso, se los clausurará.
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