Abraham Muñoz pide libertad a cambio de entregar medicinas robadas
Abraham Muñoz, principal sospechoso en una red que vendía un fármaco donado en la pandemia, fue detenido el 11 de julio.
Policía
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En medio de los escándalos de corrupción en la emergencia sanitaria, hay un caso que sigue pendiente. Se trata de la venta fraudulenta de fármacos robados a dos hospitales públicos.
Estos medicamentos, además, habían sido donados a Ecuador por un laboratorio privado internacional para tratar a pacientes graves de Covid-19.
Los nombres de Abraham Muñoz y de Daniel Salcedo saltan en esta historia. El segundo es un supuesto empresario que es pieza clave en la trama de corrupción en la pandemia.
Mientras que Muñoz era amigo y entrenador personal de Salcedo.
A Muñoz y cuatro personas más, la Fiscalía los acusa de delincuencia organizada. El fiscal a cargo, César Suárez, explica a PRIMICIAS que planea vincular a otros tres ciudadanos una vez que reúnan los elementos suficientes.
La investigación estará abierta durante 30 días más.
Entre los nuevos implicados existe una persona cercana a Muñoz y un exempleado del hospital Teodoro Maldonado Carbo, hospital que pertenece al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Guayaquil.
Hace 10 días Muñoz rompió su silencio y le explicó al fiscal Suárez cómo obtuvo acceso a las ampollas del fármaco llamado Actemra. Es un medicamento que actúa como un desinflamatorio en los pulmones y que era vendido por el acusado en hasta en USD 1.000 por ampolla.
Los clientes de Muñoz eran familiares desesperados de pacientes de Covid-19.
Dos médicos que le compraron las ampollas a Muñoz murieron, porque Muñoz guardaba las ampollas en cajas de cartón y sin los cuidados de refrigeración que indica el fabricante del medicamento.
Ahora el fiscal Suárez asegura que Muñoz ha devuelto seis ampollas de Actemra, pero ya es tarde. "El delito se consumó, es como sin un ladrón pretendiera devolver una cartera robada, el daño ya fue hecho", añade la autoridad.
Suárez explica que la devolución del fármaco no implica que Muñoz vaya a obtener beneficios o que pueda reducir su pena. El procesado se enfrenta a una sanción de siete a 10 años de prisión.
Sin abogado particular
En su declaración, Muñoz dice que un exempleado del hospital Guasmo Sur, de Guayaquil, lo llamó para que ayudara en la bodega. La labor de Muñoz era despachar las cajas y entregar la medicina en los domicilios de los pacientes.
"Hasta ahí era un trabajo lícito por el cual ganaba USD 80 despachando las cajas", dice el Fiscal Suárez.
Lo ilegal ocurrió después, cuando Muñoz consiguió una receta de una clínica privada para retirar las ampollas de la farmacia del hospital.
Según el testimonio entregado, el acusado sustrajo seis ampollas de 80 miligramos y una de 100 miligramos, en diversas fechas.
Ahora la Fiscalía busca al extrabajador del hospital Guasmo Sur quien dio acceso a Muñoz a la bodega.
Por lo pronto, Muñoz sigue recluido en la Penitenciaría a la espera de que terminen las investigaciones. Pero desde hace dos meses ya no cuenta con su abogada particular, Soraya Franco.
Franco abandonó el caso, pero no quiso mencionar a PRIMICIAS las razones.
Nexo con el IESS en la mira
Durante la emergencia, la empresa farmacéutica Roche donó un cargamento de Actemra al IESS. Entre marzo y junio de 2020, las bodegas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social recibieron un total de 1.149 ampollas de Actemra.
Desde allí, las ampollas se despacharon a otros hospitales públicos que necesitaban atender a pacientes de Covid-19.
Uno de estos hospitales es el Guasmo Sur, desde donde Muñoz sustrajo el medicamento. Hasta ahora las investigaciones de la Fiscalía apuntan a exempleados de esta casa de salud, perteneciente al Ministerio de Salud Pública (MSP).
¿Qué pasa con la responsabilidad del IESS? El fiscal Suárez explica que siguen indagando el nexo entre el Instituto y el fármaco vendido ilegalmente. La justicia intenta identificar a otros implicados que también desviaron el medicamento desde las bodegas del Hospital Teodoro Maldonado.
"Sabemos que hay otras personas que se robaban el fármaco del IESS, pero aún no podemos probarlo", añade Suárez.
Pero el propio director provincial del IESS, Ricardo Ron, dijo a PRIMICIAS que los egresos de Actemra en las bodegas se cumplieron bajo los parámetros legales.
Por otra parte, dos de los procesados, Erik Pionce y Víctor Chele, aseguraron en sus testimonios que el funcionario del IESS que sustrajo el fármaco fue Xavier San Jiménez.
Este último está en prisión preventiva por otro caso de corrupción que involucra a los hermanos Bucaram Pulley, hijos del expresidente Abdalá Bucaram.
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