Entre el bullicio y el abandono, la avenida 10 de Agosto se ha ido despoblando poco a poco

La 10 de Agosto es una de las principales avenidas de la capital que muestra diferentes realidades en los 20,1 kilómetros que la componen, desde Calderón (al norte de la ciudad) hasta que se funde con la calle Guayaquil, en el centro histórico.

La creación del parque Bicentenario, en los terrenos en donde se localizaba el antiguo aeropuerto de Quito, ha dinamizado esta zona de la ciudad, que comienza en el barrio de El Labrador.

El parque está localizado en la avenida Galo Plaza Lasso, que es una extensión de la 10 de agosto.

Concesionarios de vehículos, ventas ambulantes, gasolineras, tiendas de barrio y una infinidad de locales comerciales conviven en medio de viviendas de clase media.

Luis Játiva tiene un negocio de copias de llaves en un local de las calles José Bustamante y Galo Plaza Lasso. Dice que la salida del aeropuerto no ha disminuido sus ventas gracias a las visitas que ahora tiene el parque Bicentenario.

Andrea Luzuriaga, en cambio, se queja de la crisis económica que atraviesa el país.

Dice que hace 20 años vive en la intersección de las calles Rafael Ramos y Galo Plaza Lasso, en donde tiene también dos departamentos a los que siempre había logrado arrendar sin problemas.

Pero desde hace seis meses ambos inmuebles están vacíos. "Muchas personas han preguntado por el costo del alquiler, pero al final se desaniman. Creo que pagar USD 350 de arriendo es justo", recalca.

La avenida 10 de Agosto cambia de panorama en en el sector conocido como la 'Y', en donde la actividad comercial ha disminuido visiblemente desde que se cerró la terminal del Trolebús.

En un quiosco de venta de comida se encuentra Luisa Gómez. Desde hace cinco años vende guatita, seco de pollo, menestras y gaseosas.

Su suerte cambió en junio de 2018, cuando la terminal del Trolebús se mudó de la 'Y' a El Labrador. De los 150 platos que vendía diariamente, ahora apenas llega a 30.

Su quiosco es el único que permanece en la zona, junto a una parada de bicicletas municipales y a un par de vendedores ambulantes. Ellos se mezclan con locales vacíos que están adornados con letreros de 'se arrienda'.

Kilómetros más adelante, nuevamente la 10 de Agosto cambia de ambiente. Decenas de comerciantes se han adueñado de las veredas que están junto al edificio en el que funcionaba el Ministerio de Finanzas, en la calle Bolivia, en la entrada al centro.

Locales de comida, de ropa, quioscos y vendedores ambulantes ofrecen productos para un sinnúmero de males y enfermedades, además de víveres.

En las inmediaciones de la Caja del Seguro Social también se agolpan personas que ofrecen ayuda a los afiliados del Seguro para llenar los formularios.

Más adelante, en dirección al Centro Histórico, la 10 de Agosto cambia de nombre y pasa a llamarse calle Guayaquil. Lo que no varía es el paisaje de vendedores informales, que buscan cualquier forma de ganar dinero.

El Corredor Metropolitano

Un corredor de al menos 43,8 kilómetros se implementará a lo largo de la 10 de Agosto.

El corredor comenzará en Calderón (en el extremo norte de la ciudad), atravesará la avenida Galo Plaza Lasso, continuará por la 10 de Agosto, seguirá por la calle Guayaquil y finalizará en el sur, en la avenida Maldonado.

El Municipio quiere urbanizar la vía por la que irá el metro y evitar que la población se mude al valle.

La avenida 10 de Agosto será una de las columnas vertebrales de la ciudad con la llegada del metro, según el urbanista Fernando Carrión, asesor del alcalde Jorge Yunda.

Para él, Quito debe ser una ciudad incluyente que se desarrolle de igual forma en el norte, centro y sur.

Su plan es urbanizar los alrededores del trayecto del metro para evitar que más habitantes dejen la ciudad y se muden a los suburbios ubicados en los valles que circundan a Quito.

En el sur, la Alcaldía planea incentivar las construcciones verticales y la creación de espacios verdes.

Carrión dice que esta propuesta empezará a tomar forma en 2020, cuando el metro comience su operación.