"Bandas vigilan y demuestran su poder" en Socio Vivienda de Guayaquil
Grupos de delincuencia organizada que sembraron el terror y el despojo, ahora dicen “proteger” a la población de un populoso sector del noroeste de Guayaquil. Pero "cualquier discordia puede ser un motivo para que te agredan”, según el testimonio de un vecino de Socio Vivienda.
Policías borran murales de la banda Los Tiguerones, en Socio Vivienda, al noroeste de Guayaquil.
Policía Nacional
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Socio Vivienda, en el noroeste de Guayaquil, pasó de repetidas balaceras nocturnas -hombres con fusiles enfrentados en plena calle- a una extraña calma. Y las bandas delictivas que sembraron el terror y el despojo ahora dicen “proteger” a la población.
Ese es el panorama que describe un vecino de Socio Vivienda 1, que accedió a contar cómo se vive en el barrio tras el clímax de violencia que estalló en el sector hace un año, cuando la zona fue militarizada por un mes.
“Pedro” -así lo llamaremos por seguridad-, tiene 38 años y vive hace casi una década en el antiguo plan habitacional de interés social, creado en 2012 para familias desalojadas de otros sectores.
Desde hace un mes se ha acentuado una “rara tranquilidad”, dice. Pero el sector está proscrito para cualquiera que no resida en el lugar y el forastero que entra por su cuenta se expone al robo o al secuestro.
Pero es precisamente ahora cuando a “Pedro” más le ronda la idea de abandonar su casa y mudarse a otro lugar, como lo han hecho algunos vecinos. Teme por sus dos hijos menores de edad y dice vivir “hostigado”.
La zona de Socio Vivienda se mantuvo en disputa por parte de las bandas Tiguerones y Los Lobos, aliados tras su separación de Los Choneros en 2021, enfrentados contra Las Águilas.
El tráfico de drogas, la usurpación de casas, el asalto y robo a personas, las extorsiones y el secuestro están en su prontuario, según la Policía. Ahora los vecinos temen que se rompa “un pacto” entre los grupos.
Además, Socio Vivienda 2, la zona más peligrosa y con 40 hectáreas de extensión, está rodeada al oeste de canales y terrenos baldíos, lo que facilita el escape de delincuentes y lo que la convirtió en zona estratégica.
¿Un pacto entre bandas?
“En un tiempo, las balaceras se hicieron regla. Estabas viendo televisión y tenías que tirarte al suelo con tus hijos. Lo mismo pasaba en las escuelas y por eso nos convertimos en noticia nacional.
¿Qué pasó tras la intervención de hace un año? Tras la militarización, los fuertes operativos policiales y las detenciones, las bandas firmaron una suerte de pacto porque entendieron que no les convenía para nada tanta atención.
El nivel de la delincuencia ha bajado desde inicios de año a tal punto de que desde hace un mes hemos visto circular de nuevo por las calles camiones repartidores de colas, que habían dejado de entrar desde el año pasado debido a la extorsión.
Pero no es todo. Las mismas bandas que nos expusieron a constantes robos, ahora custodian la entrada de los habitantes.
“Las bandas se han organizado para supuestamente cuidar a la gente que vive aquí. En realidad lo que hacen es vigilar y demostrar el poder que mantienen en el sector".
Hay unos carros particulares que ingresan (como colectivos) desde la vía Perimetral, la poca transportación pública que nos queda porque los taxis ya no quieren ingresar a Socio Vivienda.
Estos carros cobran USD 0,25 por pasajero. Y vemos hombres con chalecos y radio monitoreando la llegada de estos taxis (compartidos). Antes te dejaba el carro en una esquina y más adelante te asaltaban, ahora ellos dicen controlar los robos.
Pero no es más que otra forma de ejercer control sobre quién entra y sale del barrio, a través de estos campaneros. Y es una muestra del poder que tienen sobre el territorio".
Hostigado por la violencia
“La cooperativa de taxis que presta servicio al interior de Socio Vivienda es la única que sale y entra con seguridad del sector porque ya conocen la zona y supongo que pagan también su vacuna.
Mientras que en cada cuadra hay una o dos casas abandonadas. Los dueños se cansaron de tanto robo y tiroteo y se mandaron a cambiar.
En Socio Vivienda 2 las bandas expulsaron a vecinos de su propia casa para apoderarse de ellas, convirtiéndolas en guaridas para cometer delitos.
Yo mismo estoy pensando ahora en mudarme de mi casa, ahora que todo parece estar más “tranquilo”. Cansa estar siempre prevenido, te termina hostigando.
“Lo que nos preocupa es que cualquier pelea rompa este supuesto acuerdo entre las bandas y que entonces toda esa violencia represada a lo largo de este año se libere con más fuerza”.
Mis hijos no pueden salir ni al parque, estamos encerrados a las 20:00, una vez salí por una emergencia a las 22:00 y no había ni un alma.
En el colegio, los chicos tienen que evitar cualquier reclamo a otros niños, porque algunos resultan hijos de traficantes. Tienes que decirle a tus hijos que no digan nada, ‘quedense callados para que no haya problema’.
A mis familiares y amigos les digo que ni se les ocurra venir a visitarme, quienes vivimos aquí entramos porque ya nos conocen.
Y no es que no haya policías, porque los vemos formar por las mañanas y hay un UPC cubierto de sacos de arena. ¿Pero cómo sentirte seguro si a los mismos policías les dan bala?.
Una vez me reventaron el vidrio del carro para robarme la radio. Fue un consumidor (de drogas). Mantener el auto seguro se convierte en otra preocupación. Cualquier discordia puede ser un motivo para que te agredan”.
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