El fiscal César Suárez se enfrentó a una red criminal que incluye a los Chone killers
La banda que opera en Durán era investigada por el fiscal César Suárez por atentados contra la Policía. Pero el grupo además fue fundado por el narcotraficante Leandro Norero, vinculado con Daniel Salcedo, también indagado por Suárez.
Foto de impactos de bala en el vehículo que conducía el fiscal César Suárez al ser asesinado, este miércoles 17 de enero de 2024, al oeste de Guayaquil.
EFE
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La lista de investigaciones contra los Chone Killers que llevaba el fiscal César Suárez, asesinado el 17 de enero de 2024 en Guayaquil por presuntos miembros de esa banda, es tan extensa que incluye casos por terrorismo, peculado, delincuencia organizada.
Pero no solo llevaba casos de ese grupo criminal, sino de otras bandas consideradas ahora terroristas.
Además, investigaba a Daniel Salcedo, un escurridizo delincuente con fuertes contactos políticos, involucrado con el caso Metástasis y otros casos de corrupción. Salcedo fue capturado y deportado desde Panamá el mismo día que Suárez fue asesinado.
Es que como fiscal de la Unidad Nacional Especializada de Investigación contra la Delincuencia Organizada, Suárez lideraba decenas de procesos de alto impacto y alto nivel de riesgo.
Eso ha dificultado a los investigadores del crimen establecer el móvil del crimen.
Lo que sí logró la Policía, fue detener a dos sospechosos, presuntos chone killers, que portaban un fusil y dos pistolas. Tras cotejar los restos de balas se confirmó la conexión de las armas con el crimen del fiscal.
Chone killers, una banda criminal que opera principalmente en Durán, era investigada por Suárez por atentados contra infraestructura policial y el asesinato de policías en el referido cantón.
"Lo vendieron", dice su familia
César Suárez fue acribillado la tarde del miércoles 17 de enero del 2024 cuando conducía su auto cuando unos sujetos armados lo interceptaron en la avenida del Bombero, al oeste de Guayaquil.
En el auto atacante viajaban cuatro sujetos. Según la Policía, el copiloto le disparó con una pistola y desde la parte posterior lo atacaron al mismo tiempo con un fusil. La escena del crimen reveló 18 indicios balísticos y decenas de impactos en el auto.
La familia del funcionario denunció que lo “vendieron”, pues tenía prevista una audiencia telemática, pero recibió una llamada de urgencia, al parecer, para sacarlo de su casa y matarlo. Los investigadores también indagan las llamadas del fiscal.
Suárez investigaba casos de alto perfil
César Suárez lideraba procesos como el asalto armado y secuestro a las instalaciones de TC Televisión, ocurrida el 9 de enero. El ataque fue ejecutado por Los Tiguerones, que según investigaciones policiales, actualmente integran una alianza con Los Lobos y Chone Killers.
Además de los ataques a destacamentos policiales en Durán, el funcionario también llevaba procesos por tráfico de drogas, el más reciente la incautación de 4,5 toneladas de cocaína.
Suárez lideró además la investigación por peculado y delincuencia organizada por compras irregulares en hospitales del IESS, en una red en la que participaba Daniel Salcedo.
Salcedo, también es indagado en el caso Metástasis, por su cercanía con el asesinado narcotraficante Leandro Norero 'El Patrón', quien era el eje de una relación de corrupción que involucraba jueces, fiscales, políticos, funcionarios, abogados, policías y personajes como Salcedo.
Salcedo, por ejemplo, adquiría armamento para su protección con 'El Patrón'. Mientras que Norero fungió como cofundador y financista de grupos como Chone Killers, señalados por el crimen del fiscal.
Con la extradición de Salcedo se reactiva también el caso abierto en su contra por la red de corrupción que se benefició de millonarios contratos con sobreprecio en la venta de insumos médicos del Hospital Teodoro Maldonado de Guayaquil, durante la pandemia.
Las pistas sobre el asesinato
Como organización jerarquizada concentrada en Durán, los Chone Killers se especializan en delitos como narcotráfico, terrorismo, extorsión, robo, pero también sicariato.
Sus sicarios suelen operar con la utilización de prendas policiales o de agentes de tránsito, incluso la falsificación de identidad de funcionarios públicos, para pasar inadvertidos y eliminar a sus objetivos, a menudo con el empleo de fusiles.
De hecho, en el asesinato del fiscal César Súarez se usó un fusil. De 18 indicios balísticos, 12 corresponden a arma larga y seis, a pistola. Mientras que el conductor del vehículo desde el que se perpetró el ataque llevaba una prenda de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), de Guayaquil.
El general Víctor Herrera, comandante de Policía de la Zona 8, explicó que el uso de la chompa verde reflectiva tenía como objetivo “el despiste” en caso de que el vehículo de los sicarios resultase detenido en un control de la Fuerza Pública.
La policía halló la chompa, junto a las armas utilizadas en el crimen, tras ejecutar allanamientos en domicilios del norte de Guayaquil. Uno de los dos detenidos se escondía en un motel.
Los allanamientos se ejecutaron tras ubicar a una motocicleta y un taxi en el que los sicarios se habrían trasladado luego de incinerar el auto con el que ejecutaron el crimen.
El vehículo apareció quemado en Colinas de Alborada, al norte de Guayaquil. Entre los detenidos figuran el conductor del taxi y uno de los presuntos sicarios del caso.
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