Policías que están en las zonas más violentas de Guayaquil sufren problemas de personalidad
La Policía identificó rasgos de personalidad en el personal policial del distrito Nueva Prosperina, el más violento del país, al noroeste de Guayaquil. La institución brinda soporte e impulsa cambios para que los agentes pasen menos tiempo en las zonas más riesgosas.
Un grupo de policías realiza un patrullaje en el distrito Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil.
Policía Nacional Zona 8
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Un grupo mayor de agentes tiene tendencia narcisista. Y eso no solo apunta a la arrogancia, envidia o autograndiosidad del rasgo de personalidad, sino que es un perfil de un policía que normaliza el riesgo y “se cree acorazado”.
La Policía evaluó psicológicamente a 200 policías de ese distrito por diferentes indicadores, justamente los que tienen mayor tiempo de servicio en el lugar, y 23 resultaron con los mayores desordenes. El estudio sobre bienestar laboral aún está en marcha.
Un 40% de los servidores policiales afectados en Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil, en el distrito más violento del país, terminó clasificado con algún grado de desorden narcisista de la personalidad.
La Policía Nacional brinda soporte al personal e impulsa cambios para que los agentes no pasen más de un año en los distritos más violentos. En Nueva Prosperina, el agente más antiguo tiene nueve años de servicio en el sitio.
PRIMICIAS tuvo acceso a los avances de un estudio de riesgo psicosocial que revela prevalencia de cuatro trastornos de personalidad entre los policías del distrito: narcisista, limítrofe, paranoide y antisocial.
Se trata de desórdenes que son exacerbados y agravados por la exposición prolongada a condiciones laborales de estrés extremo y violencia.
Nueva Prosperina cuenta con 600 policías (480 operativos) y una población de 363.000 personas. Y, según el estándar de Naciones Unidas (2,8 agentes por cada 1.000 habitantes), el distrito debería contar con más de 1.000 uniformados.
De paranoide a antisocial
El 25% de los uniformados afectados en Nueva Prosperina sufre trastorno limítrofe de la personalidad. Se trata de un perfil marcado por la agresividad y la ira (la violencia encarna más violencia), con riesgo de autoagresión y suicidio.
Un 19% se clasificó como paranoide, un desorden marcado por la desconfianza injustificada, el celo y el rencor; alguien que se resiste además al cambio.
Mientras que el restante 16% de los afectados se clasificó con desorden antisocial, que se refiere a rasgos de maldad, crueldad, deshonestidad o carencia de empatía. Se trata de un agente que podría incluso “pactar con las bandas delictivas”.
Nueva Prosperina está plagada de delincuencia organizada, en pugna por el control del territorio para tráfico de drogas, extorsión y secuestro.
De hecho, 38 cabecillas de cuatro bandas se parcelan los circuitos Monte Sinaí, Flor de Bastión, Paraíso de la Flor, Nuevo Guayaquil, Fortín y Nueva Prosperina.
Policías en condiciones extremas
El noroeste de Guayaquil registra este año en promedio casi dos homicidios diarios y una tasa de 125 homicidios por 100.000 habitantes, solo comparable al nivel de los cinco sitios más violentos del mundo en 2022.
Los policías de Nueva Prosperina responden todos los días a muertes violentas, balaceras y levantamientos de cadáveres (a menudo con agresión de familiares de las víctimas, pues lidian con personas adoloridas e irascibles).
Es más, un 16% de la población está ligada de forma directa o indirecta con las bandas delictivas, según estima la Policía.
De hecho, los mismos servidores policiales son objeto de tiroteos o de amedrentamiento por parte de las bandas, cuando no de asesinatos, como el de la joven policía Verónica Songor.
La estrategia más reciente de los grupos criminales es dejar panfletos en las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) para demandar la salida de los agentes del territorio, bajo amenaza de ataques.
También encaran a los uniformados en grupos armados de 30 a 70 motociclistas, una amenaza creciente en los últimos tres meses, por lo que se creó un comando igual de numeroso de agentes policiales motorizados.
Desde la misma Policía Nacional se impulsa un proyecto para relevar a los agentes cada año en los distritos más problemáticos y violentos del país.
¿Tratamiento y medicación?
Una permanencia prolongada en una zona violenta puede devenir en un trastorno de estrés postraumático, advierte el psicólogo clínico Samuel Medrano, como el que sufren los soldados en la guerra.
Se trata de un "trastorno mental grave" que incluye delirios de persecución, angustia, ansiedad y depresión, además de problemas de comportamiento y la imposibilidad de recuperarse de un evento atemorizante, dice.
Los trastornos de personalidad se identifican a través de test. Pero es el grado de desorden el que determina el tratamiento psicológico o psiquiátrico, incluso con medicación en los perfiles más impulsivos o agresivos, apunta el especialista.
En todos los casos se requiere un seguimiento profesional y valoración periódica. Entre un 10% y 15% de la población sufre algún desorden de personalidad, de hecho todas las personas pueden llegar a presentar “grados de trastornos” psicológicos.
Medrano dice que hay factores genéticos y del entorno que predisponen a sufrir este tipo de desorden, pero definitivamente hay situaciones que pueden desencadenar o exacerbar su desarrollo. El estrés extremo y la violencia se cuentan entre ellas.
“Hay instituciones en las que los procesos de selección son muy flexibles. Tiene que haber una valoración profunda para el personal que va a ingresar a ser policía”, considera Medrano.
Nota de la Redacción: El teniente coronel Roberto Santamaría, jefe del Distrito Nueva Prosperina, en Guayaquil, envió una carta a PRIMICIAS en la que aclara que los 200 policías del distrito no fueron sometidos a un "estudio de riesgo psicosocial, que no existe".
Santamaría precisa que se trata de una evaluación psicológica "a la que se someten todos los funcionarios policiales en base a indicadores preestablecidos".
Sin embargo, el informe, que incluye porcentajes y características psicológicas de los agentes evaluados, se obtuvo a través de la misma Policía Nacional.
En su carta, el oficial asegura que la prueba mencionada no puede determinar "trastornos de personalidad", sino únicamente "rasgos de personalidad predominantes".
Agrega que de 200 casos, "23 policías, esto es el 10%, adoptaron un rasgo de personalidad y no un trastorno o una afectación psicológica".
"En la actualidad se ha avanzado en un 75% de la evaluación psicológica, que es parte de un diagnóstico que fundamenta un proyecto", sostiene el comunicado.
La nota original se publicó el 11 de octubre de 2023.
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