Luis Chonillo: “Llamé a mi familia, creí que me quedaban dos minutos de vida”
Lucha contra el miedo y se ha perdido la oportunidad de disfrutar de su hijo, pues su familia no está en el país. El alcalde de Durán, Luis Chonillo, contó a PRIMICIAS que duerme en distintas ciudades y que paga de su bolsillo el alojamiento y su seguridad privada.
El alcalde Luis Chonillo al llegar a una reunión de seguridad en un colegio de Durán, el 19 de julio del 2023.
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Las entrevistas las concede por aplicaciones de videoconferencia, que ofrecen “poca trazabilidad”, y con la cámara apagada. El alcalde de Durán, Luis Chonillo, obedece de forma estricta las recomendaciones de seguridad y dice que eso lo mantiene con vida.
El empresario de la industria gráfica, exgobernador de Guayas (2020-2021) y actual alcalde de Durán le contó a PRIMICIAS cómo es vivir y gobernar la octava ciudad más poblada de Ecuador desde la clandestinidad.
Chonillo sufrió un violento ataque armado el 15 de mayo de 2023 en su primer día de labores, que se saldó con tres víctimas mortales. El alcalde también recuerda en este testimonio cómo vivió ese atentado.
“El recuerdo del atentado me persigue”
“Todo pasó muy rápido, todo se volvió confuso e incierto en un parpadeo. Fue un ataque ejecutado con fusil, con una cantidad interminable de disparos. No solamente fue el ataque a bala, sino que producto de eso, en el escape nos estrellamos contra un camión.
Segundos después del choque es que decido salir corriendo (junto a un asesor), a pesar de que todavía se escuchaba bulla, bala…
"En ese momento era correr hasta encontrar un lugar donde esconderme, corres y no miras para atrás. Con un compañero habremos recorrido unos 400 metros, dos cuadras y media".
Desconfías de todo el mundo, de todas las situaciones. Y en la primera puerta que vi abierta me dije: ‘aquí me guardo’.
Cuando me refugié en la casa, llamé a mi familia porque pensé que tenía dos minutos de vida. Yo dije me están persiguiendo, me vienen a matar.
Sí, el recuerdo del atentado me persigue. Algo así te marca y te va a marcar toda la vida. Soy muy franco, ese día a mí me cambió mucho porque yo me despedí de mi familia y no sabía si iba a ser el último saludo a mi esposa o a mi hijo, a mis padres.
Incluso después de escapar del carro, sentía que me podían matar. Empecé a llamar a la familia, para que me ubiquen.
Yo corrí sin rumbo a esconderme, no sabía dónde estaba exactamente, sabía que estaba en el sector de Luz Bolivariana, pero no sabía el domicilio, por la frustración y el miedo.
En la casa de la señora donde me refugié me ayudaron a esconderme, a ver opciones de por dónde podía escapar, a pesar de que era peligroso también para ellos recibirme, porque yo pensaba que los sicarios venían por mí.
Hasta que llegó todo un contingente policial. Y me trasladaron a un cuartel donde me curaron las heridas que había tenido en el choque".
“Volví al lugar del atentado”
"Cuando se cumplió un mes del atentado, regresé para agradecerle a la señora que me dio refugio en su casa. Volví con mucho temor a visitarla, porque en últimas siento que al esconderme allí me salvaron la vida.
Siempre estaré agradecido. También visité otro local que acogió a otras dos personas que habían sido víctimas del atentado, que venían conmigo en el vehículo, una de ellas sí estaba herida producto de una bala.
Fui a agradecerle e hicimos una oración juntos, porque recibieron a los funcionarios hasta que llegó la Policía y todo el contingente a rescatarnos.
En el atentado fallecieron tres personas (una víctima colateral), los policías Jorge Tama y Christian Ortiz (que repelieron el ataque), que no solo me custodiaban, eran mis grandes amigos. A Jorge lo conocí hace tres años, cuando fui Gobernador de Guayas.
Ese mismo 15 de mayo fui temprano a las instalaciones del Municipio a coordinar con algunos de los directores, en las distintas áreas.
Allí doy unas declaraciones públicas, digo: ‘miren no hemos tenido una transición con la anterior administración y ahora me doy cuenta por qué: la documentación y los archivos son un desastre”.
"También anuncié que íbamos a revisar muchos procesos de contratación y unas horas después, camino a la primera sesión del concejo nos atacan a bala".
El atentado cambia completamente la historia, la realidad es que ese día más del 50% de las personas que estaban listas para ocupar los distintos cargos para directores renuncia o no acepta el cargo, es algo que entiendo.
Nos trastoca todo lo que habíamos trabajado por meses para poder empezar la gestión, nos toca reorganizarnos, esto implicó reinventarse desde el primer día".
Vencer el miedo día a día
"Lo más duro es el día a día, todos los días con mi equipo, los directores y funcionarios tenemos que ir venciendo el miedo y trabajando con el miedo.
Yo sabía que iba a ser muy duro, una administración muy compleja, porque al municipio lo dejaron desbaratado, una ciudad en abandono.
Pero este nivel de conflicto, la verdad nunca lo imaginé. Ya no estamos en una simple crisis, parece una guerra. El número de muertes violentas, los ataques armados, las constantes amenazas, las alertas de explosivos.
Hay directores municipales que reciben amenazas a diario, otros luego de tomar alguna decisión o cuando se cumple alguna disposición.
A veces me siento cautivo, pero no es algo que me afecta solo a mí por el atentado, sino que lo está viviendo de alguna manera toda la sociedad, ante esta nueva pandemia o un fenómeno de inseguridad.
Es frustrante, me han quitado lo que más me gusta, que es poder estar en el territorio. No puedo acudir mucho a Durán. Cuando voy a recorrer obras, las reviso, superviso, converso un rato con el director y salgo de inmediato.
"Por motivos de seguridad, yo no puedo dormir más de dos días en un solo lugar, realmente estoy durmiendo un solo día en cada sitio, a veces ni siquiera en una misma ciudad".
Los gastos de alojamiento los cubro yo con mi sueldo de alcalde y con los recursos personales, es de conocimiento público que he tenido una vida empresarial por muchísimos años.
El estudio de análisis de riesgo que me realizaron es el más alto, al mismo nivel que el de Fernando Villavicencio (excandidato presidencial asesinado el 9 de agosto en Quito).
No puedo hablar de ello en detalle, pero además del respaldo por parte de la Policía, tengo un resguardo privado".
“Si renuncio, ¿qué pasará con Durán?”
"Más que cuantiosos, son gastos en seguridad que no estaban calculados. No me pongo a pensar cuánto cuesta, mientras sea por mi seguridad, tampoco busco que le corresponda al municipio cubrirlos.
Es lo que me toca, pero he decidido no renunciar. No lo tengo pensado, el día que llegase a renunciar tengo claro que deberé ofrecer todas las explicaciones públicas por respeto a la ciudadanía.
Sobre todo al principio, mi familia me pedía que dejara el cargo y yo les he dicho siempre que tengo un compromiso. Muy seguido conversamos, analizamos la situación, les digo esto tenemos que irlo superando día con día. Vamos viendo día a día.
Hoy mi familia está convencida de que hay un propósito, hay algo en lo que tenemos que trabajar. Y mi esposa me acompaña en esta visión: si nosotros el día de mañana renunciamos, ¿en manos de quién queda Durán y qué va a pasar con la ciudad?”.
"¿Qué va a pasar con todo este sacrificio del equipo de trabajo, incluso de vidas valiosas, si yo renuncio? Que se paralice la ciudad es lo peor que puede pasar".
Esperaría mayor apoyo del Gobierno Nacional, que nos brinde el resguardo necesario para garantizar la administración pública, el trabajo de directores, concejales y funcionarios.
Pero hasta eso tenemos que sostenernos, avanzar en lo que podemos y en eso estamos muy enfocados.
Es un poco complicado tener algún tipo de interacción conmigo, no tengo una línea telefónica como tal, tengo un WhatsApp para comunicarme con ciertas personas muy cercanas, no más allá de 20 contactos, entre ellos mis directores (municipales).
Aún así me ha tocado cambiar el número en reiteradas ocasiones, debido a las amenazas. La primera recomendación de seguridad es no aparecer públicamente para permanecer en la clandestinidad, que es lo que me ha garantizado integridad".
“Me estoy perdiendo ver a mi hijo crecer”
"Veo muy poco a mi familia, me he perdido muchas cosas, ellos no están en el país por seguridad. El resguardo me lo han dado a mí y prefiero que sea así. Los visito cada vez que puedo, que tengo la oportunidad.
Tengo un hijo de tres años, Luisito, y esta situación me ha robado la oportunidad de disfrutar de una etapa donde empieza a hablar mucho más, a identificar nuevas cosas.
Evidentemente es un sacrificio para mí, pero agradezco que estén bien y le pido a Dios por mi equipo de trabajo.
"Casi no duermo por las noches, la tensión y la preocupación no me dejan dormir".
Miguel Santos, mi director de terrenos, asesinado el pasado 3 de agosto, dejó un niño de la misma edad que el mío y otro recién nacido. Y eso me duele mucho.
Me he aferrado a la fe en Cristo. Me replanteé muchísimas cosas, hay que agradecer todos los días, no por dónde estés, sino dónde no estás.
"Agradezco por no estar en un ataúd, sin vida, o en un hospital, malherido".
Creo que Cristo pone las batallas más difíciles a sus mejores soldados. Y no hablo por mí, sino porque tengo un gran equipo de trabajo, gente muy valiente que a pesar de todo, ha ido dando poco a poco resultados.
Yo creo que las tormentas no duran para siempre, no hay tormenta eterna, y estas son unas circunstancias que estoy seguro que en algún momento las vamos a superar.
No sé cuándo, seguro que no será mañana, ni en una semana, pero en algún momento vamos a pasar este trago amargo y ojalá, después de ello, se respire calma".
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