La sombra de Los Lobos reaparece en el caso Villavicencio

Un día después del asesinato de Fernando Villavicencio, el 10 de agosto de 2023, en las redes sociales circuló un video en el que un grupo de armados y encapuchados -identificados como miembros de Los Lobos- se atribuían el atentado en contra del candidato presidencial.

Horas después, las autoridades descartaron la veracidad del video.

Un mes después del crimen y tras la vinculación de otras siete personas a la investigación, el nombre de esta banda narcodelictiva está otra vez en la escena.

El 8 de septiembre de 2023, la Fiscalía procesó a otras siete personas a la instrucción fiscal por el asesinato de Villavicencio. Una de estas personas es Laura C. y sería el nexo con Los Lobos.

A esta mujer la detuvieron inicialmente el 2 de septiembre por otro caso de delincuencia organizada. Según la Fiscalía, Laura C. lideraba una banda que se dedicaba al microtráfico de marihuana y cocaína en el Sur de Quito y en el Valle de Los Chillos. Su proveedor de droga -justamente- eran Los Lobos.

Un informe del portal de investigación 'Insight Crime' señala que Los Lobos tendrían al menos 8.000 miembros en las calles y en las cárceles de Ecuador. Se trataría de la segunda banda del crimen organizado más poderosa y numerosa del país, luego de Los Tiguerones.

Además, la banda de Laura C. se dedicaba a la receptación, al robo y al tráfico y tenencia ilegal de armas, municiones y explosivos.

El seguimiento a Laura C. y sus cómplices empezó el 13 de enero de 2023. Dentro de esas pesquisas, el 9 de agosto de 2023 (el día del asesinato de Villavicencio), los agentes la observaron en el asiento del copiloto de un vehículo blanco Kia Sportage, que lo conducía uno de sus asociados identificado con el alias de 'Cholun'.

'Cholun' y Laura C. salieron de La Ecuatoriana, en el sur de Quito, rumbo al Valle de Los Chillos. En el trayecto, el Kia Sportage fue custodiado por dos motocicletas, una de ellas -de marca Honda- tenía la placa ABO88J.

Esa misma motocicleta de color blanco fue abandonada, horas después, cerca a la escena del asesinato de Fernando Villavicencio, en el norte de Quito. Específicamente, en los exteriores de una panadería.

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El Kia Sportage Blanco

Pero esa no es el único nexo de Laura C., líder de una banda local asociada a Los Lobos, con el crimen de Villavicencio. En otro caso por presunta receptación (poseer objetos robados) que se abrió el 9 de agosto también se menciona al Kia Sportage Blanco, en el que se movilizaba la procesada.

En este caso también están involucrados Erick R. y Víctor F., quienes desde el 8 de septiembre, forman parte de la instrucción fiscal por el asesinato de Villavicencio.

Según el relato de la Fiscalía, la tarde del 9 de agosto -horas antes del asesinato de Villavicencio- la Policía hizo un operativo en Conocoto, en el Valle de Los Chillos. Erick R. manejaba el Sportage blanco y antes de llegar a ese control se desvió para evitar a los policías.

Junto a Erick R. iban dos motocicletas, una de estas conducidas por Víctor F.. Al ver el intento de evasión, los agentes empezaron una persecución. Y tanto Erick R. como Víctor F. fueron detenidos y se comprobó que tanto el Kia Sportage como la moto que manejaba Víctor F. eran robados.

En contra de ambos se dictó prisión preventiva, por lo que están presos en la Cárcel de Latacunga.

Pero ahora se conoce que la noche anterior al asesinato de Villavicencio, entre las 23:03 y las 23:23, el Kia Blanco pasó varias veces por el sector en el que se cometió el crimen, en una especie, de reconocimiento del campo.

Por esta razón, tanto Erick R. como Víctor F. y Laura C. fueron vinculados al caso por el presunto asesinato del político.

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Otro nombre de interés en el caso Villavicencio

En la lista de los nuevos procesados en el caso Villavicencio, otro nombre que llama la atención es el de Carlos A.

Carlos A. estaba en la cárcel de Latacunga, en Cotopaxi, cuando sucedió el asesinato. Esta prisión es dominada por Los Lobos. Se presume que esta persona formó parte de la coordinación previa para el delito desde ese centro, aunque todavía no se conocen detalles.

Según el registro judicial, entre 2014 y 2022, Carlos A. ha tenido procesos por robo, receptación, narcotráfico y tenencia ilegal de armas.

En 2014, cuando tenía 21 años, Carlos A. fue vinculado a un caso por robo agravado. Junto a otras dos personas, este esmeraldeño, ingresó a un local comercial de su ciudad y apuntó al dueño con un arma para robarle USD 2.000.

Por ese delito recibió una sentencia de dos años de prisión. Y tras cumplir su sentencia en la Cárcel de Esmeraldas, recuperó la libertad el 16 de marzo de 2016.

En mayo de 2018, Carlos A. volvió a ser detenido en Esmeraldas. Lo acusaron de receptación de cosas robadas, luego de que se le encontrara en posesión de una moto y un teléfono reportados como tal. Fue sentenciado a dos meses de prisión.

Salió de prisión el 14 de junio de 2018 y 16 días después volvió a ser detenido. Un agente lo encontró en posesión de 1.100 gramos de cocaína. Fue sentenciado a 30 meses de cárcel.

Nuevamente, Carlos A. recuperó su libertad en 2020. En febrero de 2021, junto a otra ciudadana, fue detenido por supuestamente vender droga en una parada del Trolebús, en el centro de Quito. Por ese caso fue sobreseído.

Finalmente, el 31 de enero de 2022, Carlos A. fue detenido, junto a otros dos sujetos, en el sur de Quito. En una casa en La Ecuatoriana, Carlos A. fue arrestado en posesión de armas -incluyendo una ametralladora-, municiones, drogas, balanzas

Por este caso fue sentenciado a 54 meses de cárcel, por tráfico de armas, narcotráfico y receptación, en concurso real de infracciones. Por esta sentencia se encuentra detenido en la Cárcel de Latacunga, desde donde habría participado en la planificación del crimen de Villavicencio.