En Guayaquil se opta por 'reciclar' tatuajes ante la presión del conflicto armado
El estado de excepción y conflicto interno en Ecuador impulsa una creciente demanda en estudios de tatuajes de la ciudad, donde los símbolos de bandas criminales se borran o transforman como respuesta a la estigmatización.
En el estudio Marcelo Tattoo, en el sur de Guayaquil, cubren un tatuaje de un tigre con una rosa de los vientos.
Agencia API
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Lo llamaremos Andrés, tiene 26 años y hace cuatro cubrió la cicatriz de una quemadura de la infancia con un tatuaje de 15 centímetros: la típica cabeza de tigre atravesada por un puñal. Se trata ahora de un símbolo que puede ser relacionado a la banda criminal Los Tiguerones.
La declaratoria que situó como terroristas a 22 bandas narcodelictivas de Ecuador dirige parte de la búsqueda y el perfilamiento de los criminales a sus tatuajes de identificación.
Se trata, entre otros símbolos, de toda una fauna de animales salvajes: tigres, lobos, águilas o lagartos, ligados al nombre de grupos de delincuencia organizada, obras convertidas ahora en símbolos de estigma y persecución.
Andrés, quien prefiere el anonimato, llegó hasta un estudio de tatuajes del sur de Guayaquil para cubrir con más tinta al tigre. A los ocho años cocinando unas tortillas, se le volteó la cacerola y el aceite hirviendo lo quemó a la altura de las costillas (costado izquierdo), contó.
Él terminó pagando USD 200 por reemplazar la cabeza de tigre por una gran rosa de los vientos. No le importaba mucho el significado. “Nunca pensé que tendría que cubrir a su vez el tatuaje que cubre la cicatriz, no creí que se convertiría en algo de mala reputación”, dijo.
La alternativa del ‘cover-up’
El estado de excepción y la declaración de conflicto armado interno del 9 de enero de 2024 no han hecho más que aumentar este tipo de trabajos en los locales de ‘Tattoo’ en Guayaquil.
Decenas de clientes buscan borrar sus tatuajes o “reciclarlos”, cubrirlos, rehacerlos, comenta Marcelo Parrales, tatuador de la tienda Marcelo Tattoo, en el sur de la ciudad.
Se trata de una tendencia (la denominada ‘cover-up’) que comenzó a tomar fuerza hace un año, mientras la ciudad se convertía en el epicentro de la violencia del país.
“En un momento por el nivel de criminalidad cayó incluso el interés de la gente por realizarse nuevos tatuajes, de cualquier tipo”, dice el tatuador con 10 años de experiencia.
Mientras, subía el número de clientes que se borraban o rehacían las obras, sobre todo las que ahora están relacionadas con el crimen organizado, agregó.
Estudios de tatuajes están atendiendo hasta un centenar de cotizaciones y consultas mensuales de este tipo, según constató un equipo de la Agencia API en Guayaquil.
Los “amantes del simbolismo de la fuerza de los animales salvajes”, personas de todas las edades y extracciones, se han visto afectados mayormente por la guerra contra el crimen.
En Marcelo Tattoo las sesiones para borrar tatuajes parten desde USD 30 -se requieren varias sesiones-, pero allí solo eliminan obras pequeñas, de menos de cinco centímetros.
Entre los más recientes tatuajes que Parrales cubrió está una corona con la palabra “King” en la parte interna de un antebrazo derecho. Se trata de un símbolo que puede ser asociado a Los Latin Kings, que pasó de pandilla pacificada en su momento a grupo criminal en Durán.
Cubrir es más barato que borrar
El ‘cover up’ se trata de encubrir o tapar tatuajes que se vuelven indeseables.
El propietario del estudio 11-11 Gallery Tattoo, el venezolano Goura Grajirena, dice también haber notado un aumento en los clientes que desean cubrir tatuajes en comparación con la creación de nuevos trabajos. En dos semanas cubrieron alrededor de 20 tatuajes.
Cubrirlos con tinta suele ser más económico y menos doloroso que eliminarlo con láser, dijo. El costo de una sesión de láser, según el tamaño de los trabajos, oscila entre USD 70 y USD 150 y la eliminación puede tomar en el local de 8 o 10 sesiones.
Los tatuajes de lobos, tigres y leones son los más comunes que han cubierto recientemente en ese local y la gente busca taparlos por razones de seguridad y estigmatización social, según el tatuador del estudio ubicado en Urdesa, en el norte de Guayaquil.
“La mayoría de los clientes que tenemos actualmente vienen a cubrir tatuajes relacionados a la situación de seguridad. En meses anteriores normalmente siempre había este tipo de coberturas, pero en las últimas semanas se han duplicado”, dijo Grajirena.
El cabecilla de Los Choneros, Adolfo Macías, alias ‘Fito’ se identifica con leones por lo que también están entre los que se cubren. Y las banderas de Puerto Rico y sus colores se relacionan a los Chone Killers, debido al país de origen de uno de sus máximos líderes.
*Con información de la Agencia API.
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