Ecuador importó menos armamento el año en el que la violencia recrudecía
En 2022, el país llegó a niveles paupérrimos de adquisición de armamento y equipamiento militar, según la base de datos del Instituto Internacional de Estocolmo. Las importaciones se redujeron 2.760% respecto al promedio anual de la última década.
Un blindado Cobra II patrulla con soldados en Durán. El grueso de un acuerdo de adquisición de 137 de estos vehículos llegarán al país hasta 2025.
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En 2022, mientras los más cruentos síntomas de la penetración criminal se manifestaban en Ecuador -con actos de violencia al puro estilo de los carteles mexicanos-, el gobierno importaba la menor cantidad de armamento en toda una década (2012-2022).
Cadáveres aparecieron colgados a inicios de ese año en Durán (Guayas) y La Troncal (Cañar), un presagio de una escalada de criminalidad sin precedentes que convirtió al país en el más violento de la región en 2023 y que lo tiene ahora en un conflicto armado interno.
Ecuador comenzó a contraer el gasto en equipamiento militar, y en la adquisición internacional de armas mayores, antes de la pandemia, en 2018.
Pero para 2022, el país llegó a niveles paupérrimos en este rubro, según la base de datos de transferencias de armas del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés).
Una reducción del 2.760%
El Instituto contabiliza las entregas de armas convencionales de envergadura a nivel global, con registros comerciales mundiales y datos estadísticos de 1950 a 2022. El SIPRI usa una unidad única de medida, el valor indicador de tendencia en millones (TIV).
El TIV se refiere a volúmenes de transferencias y datos brutos de costos unitarios de las armas (sin incluir precio de ventas o costo financiero de licencias de importación), para poder medir las tendencias del flujo de armas a lo largo del tiempo.
Así, Ecuador solo importó armamento por un millón de estos valores de tendencia en 2022, cuando el promedio de la década en el país es de 28,6 millones anuales. Es decir, el país registró una reducción del 2.760% en el nivel de adquisiciones.
Ese año, el SIPRI solo registró la importación de dos aviones de entrenamiento alemanes, G-120TP, que Ecuador adquirió en USD 7,1 millones cada uno. El lote de ocho aeronaves se solicitó en 2019, por USD 57 millones, incluyendo soporte y un simulador de vuelo.
El gobierno del expresidente Guillermo Lasso también firmó en 2022 un acuerdo por USD 65 millones para 137 vehículos blindados Mbombe-6, de Sudáfrica y Tiger-2, de Israel.
Pero su entrega está prevista hasta 2025. Entre septiembre y noviembre de 2023 arribaron al país 35 de estos Cobra II, la denominación local de los blindados para patrullaje y transporte de personal.
“Con los pantalones abajo”
El coronel en servicio pasivo Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia y analista en seguridad y defensa, dice que existió una falta de criterio del gobierno de Lasso en el equipamiento que necesitaba para poder enfrentar a la delincuencia organizada.
Las Fuerzas Armadas hicieron “esfuerzos destacados” y “salieron a flote” en ese contexto, pero la Policía Nacional sufrió (y aún sufre) por la falta de armas y equipamiento. El país se enfrentó al ascenso vertiginoso del crimen organizado “con los pantalones abajo”, dijo.
“En 2023 tiene que haber un repunte significativo en gastos militares porque se hicieron compras de emergencia con gastos reservados”
Mario Pazmiño, exdirector de inteligencia.
Entre 2020 y 2022, tras la pandemia de Covid-19, en medio de un escenario de atomización de la violencia con la fragmentación de bandas criminales, se adquirían aviones de entrenamiento, helicópteros ligeros para búsqueda, rescate y apoyo o patrulleras navales (donadas).
Pazmiño señala unos niveles de improvisación y falta de planificación en el último gobierno, que impidieron adquirir equipamiento en base a las nuevas amenazas.
En septiembre de 2023, al final del mandato del gobierno anterior, el entonces ministro de Defensa, Luis Lara, anunció inversiones por casi USD 700 millones para las Fuerzas Armadas.
Aviones, buques, fusiles, chalecos y otros equipos hacen parte de este portafolio de última hora. Pero reconoció que el grueso de estos acuerdos se materializará desde finales de 2024 y hasta inicios de 2025, como sucede con los blindados Cobra II.
Policía mendiga fusiles y blindados
En los distritos más violentos del país, la Policía Nacional comenzó a recibir nuevos fusiles a finales del año pasado, para equipararse en algo ante el gran poder de fuego de las bandas terroristas, que superan en armamento a policías con carabinas del siglo pasado.
Se trata de una brecha que aún no se cierra. El Comando de Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), una de las más violentas del país, completó dos meses solicitando el traspaso de 122 fusiles nuevos incautados por la Armada en Galápagos.
También se pidió aplicar mecanismos de extinción de dominio para traspasar a la Institución vehículos 4 x 4, de alta gama y alto nivel de blindaje, como dos de los incautados recientemente por agentes policiales a mafias del distrito Sur de Guayaquil.
Se trata de todoterreno blindados, necesarios para el patrullaje de zonas de difícil acceso o altos niveles de penetración criminal, como los distritos Durán, Nueva Prosperina, al noroeste de Guayaquil, o en el sur de la ciudad.
Comparado con las adquisiciones de armamento en América del Sur durante una década, Ecuador ocupa el séptimo lugar entre 10 países, por encima de Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Mientras que el nivel histórico de importaciones de armamento de Ecuador no llega ni a la mitad del de sus vecinos: Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo.
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