El dilema de Los Ceibos, el barrio menos violento de Guayaquil
La ciudadela vivió a inicios de año el crimen de su líder barrial y registra sectores acosados por la delincuencia. Los Ceibos busca honrar el legado del directivo asesinado y aplicar un plan de cierre de calles que evite el caos y mantenga cohesión barrial
Miembros del Comité Los Ceibos adquieren pan en una venta ambulante frente a la sede de la asociación barrial en el norte de Guayaquil.
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En la calle central de Los Ceibos, al norte de Guayaquil, aún es común la estampa de peatones caminando por las aceras, mientras hablan por celular con despreocupación o la de familias con niños paseando en bicicleta.
Se trata de escenas cada vez menos frecuentes en la mayoría de barrios de la ciudad, agobiada por la violencia y la inseguridad.
“Todavía provoca salir a la calle a caminar, porque tienes la sombra de los árboles y un concierto de pájaros por las tardes”, dice Mónica Vallejo, habitante de toda la vida del barrio.
La ciudadela Los Ceibos y el distrito policial del mismo nombre, que se extiende hasta la vía a la Costa, es la zona que menos muertes violentas registra en lo que va del año.
Entre el 1 de enero y el 31 de agosto se registraron en el distrito 16 asesinatos (sobre todo en sectores alejados como Puerto Hondo y Chongón). No obstante, entre los homicidios se cuenta a inicios de año, el de Javier Rosero, querido dirigente barrial de Los Ceibos.
La cifra es 28 veces menor a los niveles de violencia de Nueva Prosperina, con 456 homicidios en el mismo periodo, el distrito más violento de la ciudad.
Aunque es de largo el sector menos violento de toda la zona metropolitana de Guayaquil, de todos los 12 distritos de la Zona 8, Los Ceibos también tiene sectores críticos acosados por la delincuencia e identificados a través de estudio por el comité de moradores.
El tradicional barrio de clase media alta y alta, fundado en 1962, con 738 predios y donde actualmente residen unas 900 familias, se torna atractivo para el cometimiento de delitos como asalto a mano armada.
“Estamos procurando protegernos, sin perder nuestra esencia barrial”, agrega Vallejo, parte del Comité Los Ceibos. “Somos una comunidad y pretendemos mantenernos unidos todo el tiempo”.
Ceibos y su plan de cierre herradura
El sello barrial se mantiene gracias a que sigue siendo una ciudadela abierta.
Sus moradores han evitado aplicar enrejados que bloquean las calles individuales, como pululan en decenas de barrios de la ciudad debido a la inseguridad, en un escenario caótico que el Municipio guayaquileño busca ahora regular.
Pero Los Ceibos presentó a la administración municipal anterior el proyecto de seguridad y desarrollo sostenible para la ciudadela.
Ahora insiste con la alcaldía de Aquiles Alvarez, que ya aprobó parte del programa para crear parques lineales en dos callejones que conectan con Santa Cecilia y Mapasingue. Y los moradores buscan que también les aprueben un cierre parcial de calles.
Renate Schenker, presidenta del comité Los Ceibos, explica que la idea es aplicar un cierre parcial, pero garantizando la circulación interna, el ingreso de vehículos de organismo de socorro y accesos peatonales.
El proyecto de seguridad pretende cerrar con grandes portones tres accesos al barrio desde la vía Daule (al este del barrio), uno de los puntos críticos por sus callejones “laberínticos” y vías de escape.
También se persigue un cierre vehicular en una salida norte, a la altura del Colegio Alemán, con lo que el núcleo del barrio se convertirá en una herradura, con acceso vehicular solo desde el paso deprimido de la avenida Del Bombero (sur de la ciudadela).
“La idea es instalar unos portones que estarían abiertos en el horario del colegio, con puerta giratorias laterales para que pueda haber circulación peatonal”, indicó Schenker.
Limitando el acceso vehicular al barrio a un solo punto se busca mitigar el accionar delictivo, pues en ese ingreso se prevé reforzar la seguridad con cámaras de reconocimiento facial y placas.
“Tenemos una corresponsabilidad en el barrio, iniciativa propia para protegernos y para tratar de contribuir al trabajo de las autoridades”.
Renate Schenker, presidenta del comité Los Ceibos
“Una tragedia que nos unió más”
El proyecto de seguridad y desarrollo sostenible de la ciudadela Los Ceibos es el legado de Javier Rosero, presidente del comité barrial, asesinado a tiros la mañana del 13 de enero de 2023 en un paso deprimido de ingreso al barrio.
Rosero lideraba acciones para impedir que la delincuencia se tome la ciudadela.
“Él estaba en contacto directo con la policía y estableció un estudio de los puntos frágiles. Era nuestro representante, murió aquí, por eso se pensó en inicio que su asesinato estaba vinculado a la labor barrial”, dijo Vallejo.
Tras el crimen ninguno de los habitantes quería asumir la presidencia del comité, uno de los más emblemáticos y visibles de la ciudad.
Pero desde la Policía Nacional les informaron finalmente a los miembros del comité que el asesinato no tuvo que ver con la actividad barrial, si no con un problema personal, tras la detencion de siete personas por el crimen.
“Fue horrible para los moradores, porque él tenía un gran don de gente y una visión increíble para el barrio”, dice Schenker, ciudadana suiza con 35 años viviendo en Los Ceibos.
En la sede del Comité se realizan todo tipo de actividades deportivas para diferentes edades, a fin de mantener la cohesión barrial.
Los Ceibos es pionero en la certificación municipal de 12 recicladores que trabajan uniformados y con triciclos, con aprobación del barrio y de la policía desde 2011.
La directiva prepara para el próximo 30 de septiembre una minga barrial para limpieza de sumideros, como medida de prevención ante el fenómeno de El Niño.
“Esa tragedia de la inseguridad en el fondo hizo acercar mucho a las personas. Esto contribuyó a que nos conozcamos más como vecinos, a protegernos mutuamente y a organizarnos”, cerró Schenker.
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