Tras una balacera en Quito, en la que se fugó un preso, los servidores penitenciarios protestaron por las condiciones de su trabajo. Aseguraron que laboran sin armas letales, con chalecos vencidos y sin comida.
"Ellos se compran todo con su plata" se lamentó un guía penitenciario, mientras otros dos agentes mostraban a las cámaras chalecos antibalas con placas vencidas desde 2014 y forros vencidos desde 2010. Las denuncias llegaron este 11 de junio en Quito tras una balacera que dejó un preso fugado y dos guardias heridas.
En rueda de prensa desde la capital, Carlos Ordoñez, representante de la Asociación de Servidores Penitenciarios de Ecuador, detalló las condiciones en las que, según dijo, trabajan los guardias, y afirmó que "Ecuador necesita que la seguridad penitenciaria se eleve a otro nivel".
Un certificado que muestra que las placas de un chaleco antibalas usado por agente penitenciarios venció en 2014. Robel Revelo / PRIMICIAS
Ordoñez también protestó por el abandono de los agentes penitenciarios: no tienen, dijo vivienda fiscal ni rancho (comida) ni jubilación anticipada.
"Estamos en total abandono", dijo el representante.
Otro agente penitenciario, que no participó en la rueda de prensa, aseguró a PRIMICIAS que las radios, chalecos, botas y ropa son compradas con el dinero de los propios agentes.
"Tome las medidas que debe tomar. Evalúe bien a la gente que pone al frente", es la petición que en un punto hizo Ordoñez al presidente Daniel Noboa.
"No contamos ni con armas letales, mucho menos armas no letales".
Guía del SNAI.
SNAI tendría a los agentes "en el olvido"
Carlos Ordóñez (izq.) y Paul Sánchez (centro) en una rueda de prensa convocada por la Asociación de Servidores Penitenciarios del Ecuador el 11 de junio de 2024. Robel Revelo / PRIMICIAS
Paúl Sánchez, abogado de la asociación, hizo referencia a un fallo judicial de enero de 2024, en el que la justicia ordenó al Servicio Nacional de Atención a Privadas de la Libertad (SNAI), mejorar las condiciones laborales y de seguridad en el sistema carcelario.
Con respecto a la balacera del 10 de junio, Sánchez señaló que la "camioneta no estaba blindada" y que, pese a ello, fue utilizada para trasladar a los reos al hospital Pablo Arturo Suárez, norte de la capital.
El abogado afirmó que los agentes penitenciarios no tuvieron tiempo de pedir el resguardo policial para el traslado de los prisioneros al hospital.
"Ellos cumplen órdenes. Se les da la orden de traslado y ellos la tienen que cumplir inmediatamente, sino lo hacen, se les inicia un sumario administrativo".
Paul Sánchez
Dos agentes penitenciarios muestran chalecos antibalas con forros y placas vencidos, después de una rueda de prensa el 11 de junio de 2024. Robel Revelo / PRIMICIAS
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