Marcelo Cabrera y Paúl Carrasco enfrentan su ocaso político en Azuay
Las elecciones seccionales dejaron sensaciones diferentes en Marcelo Cabrera y Paúl Carrasco, los políticos que han protagonizado la vida política de Cuenca y Azuay desde 1996 y 2002.
Composición con los políticos cuencanos Marcelo Cabrera y Paúl Carrasco.
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La noche del 5 de febrero, cerca de las 21:00, cuando los resultados oficiales de la elección para la Prefectura del Azuay empezaron a consolidarse, Marcelo Cabrera abandonó el salón donde el movimiento Igualdad había preparado la celebración.
Mientras Cabrera se despedía, en el salón del Colegio de Ingenieros Civiles del Azuay solo quedó una pantalla con su rostro sonriente y una repetición en bucle de la canción que lo acompañó en campaña.
Ese día hubo dos momentos. A las 17:00 las encuestas a boca de urna daban a Cabrera una ventaja ante su principal contendor, Juan Cristóbal Lloret, de la Revolución Ciudadana.
Por un par de horas, el movimiento celebró lo que parecía ser una sufrida victoria tras una sucesión de traspiés. Pero los datos oficiales del CNE apagaron la celebración y pusieron a Cabrera frente a lo que podría ser el fin de su vida política.
Marcelo Cabrera (72 años) no solo perdió la Prefectura del Azuay. Su candidato a la Alcaldía de Cuenca, Jaime Moreno, fue penúltimo de entre nueve aspirantes, y por si fuera poco, se quedó sin un solo representante en el Concejo Cantonal de Cuenca.
Desde 1996, Cabrera participó de forma consecutiva en las últimas siete elecciones seccionales. En cuatro ocasiones buscó la Prefectura del Azuay y en tres, la Alcaldía de Cuenca. Ganó dos veces cada cargo.
Empezó su vida política con la Democracia Popular, con la que fue prefecto de 1996 a 2004. Con la Izquierda Democrática ganó la primera Alcaldía de Cuenca, en 2004. En 2008 fundó el movimiento Igualdad, que luego se convirtió en la principal fuerza política de Azuay.
Su mejor participación fue en 2014. Le ganó la revancha a Paúl Granda, quien buscaba la reelección con la maquinaria electoral del correísmo, que consideraba a Cuenca como su bastión electoral.
Pese a los pergaminos del reival, Cabrera obtuvo el 52,4% de los votos. Su entonces aliado para la Prefectura de Azuay, Paúl Carrasco, ganó su tercera elección a la Prefectura con el 57% de los votos.
En ese entonces los dos líderes parecían imbatibles en la papeleta. Pero más allá de la Alcaldía y la Prefectura, Igualdad ha mantenido siempre un fuerte bloque de concejales.
Eso también cambió en 2023, pues por problemas internos, el partido de Cabrera ni siquiera logró inscribir candidatos.
Su relación con un gobierno desgastado
Hay varios factores que explican la caída de Cabrera. Empezando por una furiosa pugna interna por las candidaturas, hasta el desgaste político que le representó ser parte del gobierno de Guillermo Lasso.
Cabrera tuvo una complicada gestión como ministro de Transporte y Obras Públicas de Guillermo Lasso. No pudo resolver el problema de vialidad en Azuay, que más bien se agudizó con constantes cierres de las vías Cuenca-Molleturo y Cuenca-Girón-Pasaje.
El sociólogo David Barzallo Barzallo explica que, aunque la derrota de Cabrera no es apabullante en votos, demuestra que el candidato sobreestimo su capital político. "Pensó que había más gente apoyando de la que realmente existía".
El voto duro de Cabrera estaba en los sectores populares y en las parroquias rurales. Pero en estas elecciones aparecieron nuevos cuadros que dividieron esa votación, como Sebastián Cevallos (Unidad Popular) y el mismo Juan Cristóbal Lloret (Revolución Ciudadana).
Cabrera no encuentra sucesor
A eso se suma la capacidad para reinventarse, añade Barzallo. "Las generaciones más jóvenes observan un desgaste en gente que ha estado en política desde que eran niños", detalla.
"No creo que Marcelo Cabrera o Paúl Carrasco podían convocar mucho al sentido de la esperanza o de la renovación. Convocaban, más bien, al sentido de la experiencia", reflexiona Barzallo.
A Igualdad también le pasó factura la falta de consensos para encontrar al sucesor de Cabrera, quien ya pensaba en un relevo para estas elecciones.
En Igualdad, había un grupo que seguía mirando a Cabrera como el líder que debía estar en la papeleta. El único capaz de alcanzar un resultado positivo. Pero también había quienes creían en la necesidad de un cambio.
Esa pugna interna derivó en la salida de Adrián Castro, una exfigura de confianza de Cabrera, quien buscó cobijo en una alianza con Pachakutik y Democracia Sí, pero también se llevó a una parte de la militancia de Igualdad.
Castro quedó tercero y esa singular alianza obtuvo tres concejalías. En cambio, Igualdad buscó a su candidato en Jaime Moreno, un antiguo militante que esta vez estaba inscrito como precandidato a la Alcaldía por la alianza Suma-Construye.
A Carrasco aún le quedan vidas
Para Paúl Carrasco, la historia es distinta y él siente que recibió algo de oxígeno. Tras una apabullante derrota en la carrera por la Presidencia en 2021, quedó cuarto, a solo 1,81 puntos del ganador en la contienda por la Alcaldía de Cuenca.
Carrasco es el segundo político con mayor presencia en Azuay en los últimos 20 años. Desde 2002 ha estado en seis procesos electorales. Fue consejero provincial, ganó tres veces la Prefectura y se postuló dos veces para la Alcaldía de Cuenca.
En las dos postulaciones fue cuarto, pero esta vez el resultado no se siente tanto como una derrota. “Hace dos años nadie daba un centavo por nosotros”, expresó Carrasco a los medios locales evocando su fallida aventura presidencial.
Por eso anunció que no se retira de la política y que seguirá fortaleciendo la organización política que ahora dirige, el movimiento nacional Renovación Total (Reto).
Los "hijos políticos" que toman el relevo
Del círculo político de Marcelo Cabrera y Carrasco salen gran parte de las figuras políticas que ahora lograron protagonismo en la política local.
El alcalde electo, Cristian Zamora, se inició en la política como secretario particular de Cabrera en su primera Alcaldía (2004-2009). También tuvo una alianza con Carrasco y fue concejal por su lista.
Adrián Castro, también viene del círculo cercano de Cabrera. Además de Dora Ordóñez, quien fue candidata a la Prefectura, era amiga de Cabrera y estuvo afiliada al movimiento Participa, de Carrasco.
Del círculo de Cabrera también provienen dos ministros de Estado: Esteban Bernal, con quien trabajó por 20 años, y Paola Flores, ministra de la Mujer.
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