Teatro Bolívar, un protagonista de la cultura quiteña que renació de las cenizas
Un incendio ocurrido en 1999 dejó en cenizas al tradicional Teatro Bolívar. Han pasado 27 años, su reconstrucción continúa y se prevé que termine en 2026.
Imagen de la fachada del Teatro Bolívar de Quito, el 25 de abril de 2024.
Jonathan Machado / Primicias
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La tarde del sábado 15 de abril de 1933 marcó un hito en la historia del movimiento cultural de Quito. Ese día fue inaugurado el Teatro Bolívar, en el Centro Histórico de Quito, y fue durante décadas un punto clave de la cultura quiteña.
En ese entonces Quito tenía unos 300.000 habitantes. El Teatro Bolívar abría sus puertas tras cinco años de construcción. La iniciativa de los hermanos César y Carlos Mantilla se cumplía en medio de la gran recesión que golpeaba al mundo y más aún al sector del arte.
Las 2.400 butacas que tenía el teatro no fueron suficientes para los ciudadanos que buscaron una entrada durante horas para asistir a la presentación de la película 'El Signo de la Cruz', del director estadounidense Cecil Blount DeMille.
El éxito del primer día despejó las dudas que rodeaba al Teatro Bolívar, pues pocos creían que un teatro, con una superficie de 5.800 metros cuadrados, iba a sobrevivir en una ciudad con una entonces incipiente herencia cultural.
Contra todo pronóstico, esta monumental obra, diseñada bajo el estilo arquitectónico Art Deco, se convirtió en uno de los teatros más importantes del país y uno de los más reconocidos de la región.
La fama que adquirió el Teatro Bolívar llegó rápidamente hasta los oídos de artistas internacionales. Por su escenario, de 14 metros de largo por 10 de ancho, pasaron artistas como Leonard Bernstein, Alicia Alonso, Mario Moreno 'Cantinflas', Germán Valdez 'Tin Tan', Carlos Gardel, o Les Luthiers.
Pero también llegaron delegaciones como el Ballet Berioska de Rusia, el Teatro Negro de Praga, y la Orquesta Filarmónica de Nueva York, dirigida por Zubin Metha.
Muchos artistas aseguraban que el Teatro Bolívar tenía una de las mejores acústicas del mundo. Muchos, la comparaban con la del Teatro Colón, de Buenos Aires; La Scala, de Milán; y el Teatro Massimo, de Palermo; dice Rosa Victoria Pardo, directora de la Fundación Teatro Bolívar.
Y es que los 30 metros de altura que tiene la bóveda acústica, fabricada con mortero, paja y malla, crea un efecto envolvente que lleva el sonido a cada rincón del teatro, asegura Pardo.
Incendio del Teatro Bolívar
Jueves 25 de abril de 2024. Son las 10:15 y la calle Espejo, ubicada en el Casco Colonial de Quito, luce tranquila. Los restaurantes, farmacias y locales comerciales apenas empiezan a funcionar, mientras los comerciantes informales se apoderan de las veredas.
Las puertas del Teatro Bolívar también se abren. En las inmensas columnas del hall principal se promocionan las obras que se presentarán este año: un tributo a Soda Stereo, el concierto del cantante Lasso y una que otra ceremonia religiosa.
"Hay que atender a todos los públicos", dice Rosa Victoria Pardo, directora de la Fundación Teatro Bolívar. Esta organización se creó en 2001, dos años después del incendio que dejó en cenizas al 70% de las instalaciones.
Una fuga de gas en una pizzería, que funcionaba junto al teatro, provocó el accidente que, hasta ahora, deja secuelas.
En el vestíbulo se exhiben fotografías de las consecuencias que dejaron las llamas y algunos instrumentos y máquinas que los bomberos lograron rescatar.
"El Teatro Bolívar es un edificio patrimonial. Tiene la misma trascendencia que las iglesias de San Francisco y Santo Domingo", destaca Pardo. Recuerda que ha sido restaurado en un 80% con una inversión de USD 4 millones.
Lo que se ve detrás del vestíbulo se asemeja a las escenas que Walt Disney creó para sus cuentos y películas. Butacas revestidas con finas telas, rosetones pintados de color oro, telones de todos los colores, palcos imponentes, pilastras dóricas que superan los tres metros de alto con diseños propios del Art Deco y arcos enormes con figuras de madera talladas a mano y decenas de flores de lis.
Junto al escenario están los 14 camerinos y fotografías de los artistas que han pasado por este teatro. Subiendo las gradas, en un área de 400 metros cuadrados, aparece el Salón Wonder.
Testigo de grandes fiestas de los años 30, 40, 50, 60 y 70. "Aquí tocaron la Sonora Matancera, Pérez Prado y tantos otros", dice Pardo.
Aunque reconoce que la trascendencia que ganó el Teatro Bolívar desde su fundación no le ha impedido sufrir problemas. La llegada de las cadenas de cine provocó que las personas se alejen del teatro.
Por eso la Fundación Teatro Bolívar se vio obligada a implementar cambios en su giro de negocio. Ahora también se realizan bodas, graduaciones, eventos empresariales. Y en la parte baja funcionan un restaurante y una barbería.
"Hay que adaptarse a los nuevos tiempos y más aún para que el teatro siga vigente", dice Pardo.
Eso sí, hay cosas que nunca serán reemplazadas. Pardo asegura que las luces originales seguirán funcionando hasta que terminen su vida útil, así como la pantalla de cine que opera con un sistema de poleas y contrapesos manual.
"El teatro cumplió hace poco 91 años y debemos mantener su esencia mientras podamos", insiste.
¿Reconstrucción total?
Para la reconstrucción total del Teatro Bolívar se requieren otros USD 4 millones. Una tarea nada fácil, reconoce Rosa Victoria Pardo.
Sin embargo, cree que es posible lograrlo hasta 2026, pues "hay empresas, fundaciones y personas dispuestas a colaborar para que este teatro siga en pie".
Este proceso incluye la incorporación de 1.400 butacas, la readecuación del Salón Wonder y del auditorio; y la restauración de columnas y de palcos.
Además de otras obras en la fachada, en el hall principal y otras áreas que fueron destruidas por el incendio.
Aunque Pardo dice que algunas zonas no serán intervenidas, pues nadie debe olvidar que el Teatro Bolívar sobrevivió a las cenizas.
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