Quito: El agua del río Machángara es similar a la de una alcantarilla, según experta
El río Machángara, en Quito, supera los límites máximos de contaminación. Tiene metales pesados, grasas, detergentes, aceites, bacterias, materia fecal y todo tipo de químicos, según un estudio de la Secretaría de Ambiente.
Imagen del río Machángara, el 11 de mayo de 2024.
cortesía Mónica Aguilar
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Los 22 kilómetros de extensión que tiene el río Machángara de Quito están contaminados con metales pesados, grasas, detergentes, aceites, bacterias, materia fecal y todo tipo de químicos.
Aunque no es una novedad la contaminación del río, esta realidad cobra importancia luego de que una sentencia judicial aceptara una acción de protección y ordenara al Municipio de Quito implementar un plan para su recuperación. Pero eso no será sencillo.
Según un informe de la Secretaría de Ambiente al que PRIMICIAS tuvo acceso, la contaminación supera todos los niveles permitidos. Aunque la gran cantidad de grasas y aceites es la que genera mayor preocupación.
La entidad detalla que el río Machángara debería tener máximo 0,3 miligramos por cada litro (mg/L), pero en sus aguas se encontraron hasta 10 veces más. Algo similar ocurre con los detergentes. La Secretaría encontró 1,90 mg/L, cuando no debería superar los 0,5 mg/L.
Blanca Ríos, profesora de la Universidad de las Américas y ecóloga acuática que ha investigado el río Machángara desde hace 20 años, asegura que los estudios que ha realizado desde 2002 arrojan el mismo resultado: el agua de este río es como la de una alcantarilla.
"Hemos tomado diferentes parámetros a lo largo de estos años, y uno de ellos indica que el agua del Machángara se asemeja a una alcantarilla de una ciudad tan grande como París", detalla Ríos.
La experta agrega que "es alarmante lo que sucede con el Machángara porque no debería estar lleno de bacterias y químicos, sino de vida animal y vegetal por atravesar casi toda la ciudad".
Esta preocupante realidad llevó al Cabildo Cívico de Quito a interponer una acción de protección para que se declare al río como un sujeto de derechos.
El 5 de julio de 2024, un Tribunal de Garantías Penales de Pichincha aceptó el pedido y, en primera instancia, ordenó al Municipio de Quito para que implemente un plan para su recuperación.
La sentencia en referencia dice que "el Municipio de Quito deberá gestionar los recursos disponibles y solicitar apoyo financiero al Estado Central para ampliar estos proyectos".
Pese a que el Machángara recibe cerca las aguas contaminadas de la ciudad, el Municipio de Quito apeló el fallo. La decisión del Tribunal debería ser ratificada en segunda instancia para que el dictamen quede en firme.
Escaso tratamiento de aguas contaminadas
La contaminación del río Machángara, y de otros afluentes que atraviesan la ciudad, se explica -en parte- por el escaso tratamiento que el Municipio de Quito da a las aguas contaminadas.
La Empresa de Agua Potable reconoce que apenas procesa el 3% de aguas servidas. El 97% restante llega a los ríos sin ningún tratamiento, provocando contaminación a lo largo de la ciudad, "incluso enfermedades en las poblaciones que se asienta en sus riberas".
"En los ríos de Quito, sobre todo en el Machángara hay 29 familias de virus y bacterias que enferman a sus pobladores", dice Blanca Ríos, ecóloga acuática.
En su informe semanal del 8 de julio de 2024, el alcalde Pabel Muñoz dijo que "no estamos descubriendo el agua tibia. Cubrimos en 98% el agua potable, el alcantarillado en 95%, pero el tratamiento de aguas residuales apenas el 3%, desde toda la vida".
Además, justificó la apelación presentada por el Municipio, al decir que están de acuerdo con la resolución, pero no con la forma.
"Si mañana un juez nos ordena que hagamos una obra y la Municipalidad no tiene plata para esa obra, o resulta que en términos de ingeniería esa obra es inadecuada, tenemos que decir que los mecanismos no son adecuados. Más allá de que estemos de acuerdo con los objetivos y concepto”, señaló.
Descontaminación en 2045
El Municipio de Quito aspira a lograr la descontaminación de los ríos de Quito con la construcción de 23 plantas de tratamiento.
No es una terea fácil, reconoce el alcalde Pabel Muñoz, pues el objetivo recién se cumpliría en 2045 y requiere una inversión de alrededor de USD 900 millones.
Para lograrlo, la Empresa de Agua Potable contempla la construcción de tres grandes Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para las parroquias urbanas y 20 plantas pequeñas en las zonas rurales.
La más importante será la llamada ‘PTAR Quito’, que descontaminará las aguas residuales del centro, sur y centro norte del área urbana, incluidas las aguas del río Machángara.
Esta PTAR requiere una inversión que bordea los USD 292,6 millones y ampliará el tratamiento de aguas residuales hasta el 49,49% en 2045.
Otro 35,5% de las aguas residuales urbanas serán tratadas en dos plantas ubicadas en Calderón y Monjas.
Mientras que el procesamiento de las aguas servidas que generan las parroquias rurales pasaría del actual 4,3% al 11% con 20 plantas pequeñas.
El Municipio de Quito señala que a inicios de junio de 2024 empezaron los estudios de factibilidad, que estarían listos en un año.
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