Municipio planea un nuevo relleno sanitario, mientras resuelve los problemas del actual
El relleno de El Inga tiene 184.000 metros cúbicos de lixiviados (líquidos tóxicos producto de la descomposición de la basura) acumulados en 11 piscinas, a los que aún debe dar tratamiento. El proceso para las construcción de una nuevo relleno superó ya su primera fase.
Imagen del relleno sanitario de Quito, en 2023.
Municipio de Quito
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El relleno sanitario de Quito está lleno de piscinas que almacenan lixiviados, que son los líquidos tóxicos producto de la descomposición de la basura. Son 11 piscinas que se ubican en las 64 hectáreas del relleno de El Inga, ubicado entre Pifo y Sangolquí, suroriente de Quito.
El problema actual de ese relleno es que las piscinas acumulan más de 184.000 metros cúbicos de lixiviados y tienen capacidad para almacenar unos 210.000 metros cúbicos.
El gerente de Planificación de la Empresa de Gestión de Residuos Sólidos (Emgirs), Santiago Burneo, dice que, entre 2019 y 2023, se llegaron a acumular 203.000 metros cúbicos de lixiviados. "Una cantidad inimaginable y la más grande en la historia de Quito".
El funcionario recuerda que este problema nació entre 2019 y 2020, cuando Emgirs dejó de tratar los lixiviados.
Problemas contractuales
"En 2021, el Municipio contrató a la empresa Green Globe para el tratamiento de 300 metros cúbicos diarios, pero la empresa apenas trataba 30 metros cúbicos. Solo en los últimos meses cumplió lo que decía el contrato", dice Burneo.
Agrega que esto provocó que los lixiviados se acumulen en las piscinas y estas lleguen al máximo de su capacidad. Eso estuvo a punto de producir una crisis ambiental.
"Se cometió un error grave con el contrato. Normalmente, el pago siempre ha sido por metro cúbico tratado. Sin embargo, hicieron un contrato que pagaba por metro cúbico ingresado, así no se lo trate. Esto ya fue notificado a Contraloría por el perjuicio que representaba para la empresa", detalla.
Pero el tratamiento de los lixiviados aún representa un problema, pues el Municipio aún no cuenta con la licencia del Ministerio de Ambiente para descargar los lixiviados tratados al río Inga.
Ante eso, Emgirs tuvo que construir una nueva piscina con capacidad para 50.000 metros cúbicos, que le dará un respiro al relleno por, al menos, seis meses. "Lo que podemos hacer actualmente es usar los lixiviados tratados para actividad de riego. Esperamos tener la licencia en las próximas semanas para poder hacer las descargas", señala Burneo.
Además, adelanta que hasta mayo de 2024, Emgirs contratará una empresa para que procese y descargue los 184.000 metros cúbicos de lixiviados que permanecen en las piscinas.
Mientras que el Municipio tratará los 400 metros cúbicos de lixiviados que se producen diariamente en el relleno con dos plantas que entraron a funcionar desde finales de 2023. "Con estas dos plantas y el nuevo contrato esperamos vaciar las piscinas hasta el último trimestre de 2026, cuando se haga el cierre del relleno", señala.
Problemas en cubetos
Además de esta problemática, la actual administración de Emgirs identificó filtraciones de lixiviados y gases contaminantes en los cubetos seis y cuatro, que fueron construidos hace más de 10 años.
"Al parecer no se utilizaron tuberías que resistan líquidos con altas densidades y colocaron tuberías de policloruro de vinilo (PVC). Estas tuberías colapsaron y pueden registrarse filtraciones", dice Santiago Burneo de la Emgirs.
Según él, el Municipio deberá perforar el suelo para identificar los puntos en los que existen filtraciones, antes del cierre técnico del relleno.
A la par, la empresa Interaseo construye el cubeto 11, la última área en la que se dispondrán las 2.000 toneladas de basura que produce cada día Quito.
"Si bien el relleno se cierra en 2026, los lixiviados y gases se generarán durante ocho o 10 años más. El Municipio debe tratarlos para evitar algún daño ambiental", aclara.
Un exgerente de Emgirs, que pidió la reserva de su identidad, dice que los problemas del relleno son una consecuencia de procesos antitécnicos que se han dado en todas las administraciones.
"Si la actual administración dice que hay filtraciones de gases y lixiviados en los cubetos cuatro y seis, habrá que ver si no existen más problemas similares que pongan en peligro al relleno", advierte.
Nuevo relleno sanitario
Una de las promesas de campaña del alcalde Pabel Muñoz fue la construcción de un nuevo relleno sanitario, bajo el nombre de complejo ambiental.
Hasta el 18 de diciembre de 2023, cuando venció el plazo para la presentación de propuestas, el Municipio recibió siete.
Pese a que la iniciativa busca un cambio en el proceso de recolección y procesamiento de la basura, no ha estado exento de críticas.
Empresas que tienen interés en construir el relleno sanitario de Quito aseguran que no existe suficiente información sobre el avance del cronograma.
Sin embargo, Emgirs asegura que las empresas han recibido detalles sobre las dos etapas previas a la adjudicación del contrato.
En la primera, las siete empresas interesadas presentarán sus propuestas sobre el tipo de tecnología que debería implementarse en el nuevo relleno.
La propuesta ganadora servirá de base para la segunda etapa, en la que solamente se aceptarán propuestas que incluyan esa tecnología.
"El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) nos asesorará en la elección de la empresa porque es un proyecto que nunca se ha hecho en la ciudad", dice Santiago Burneo, de Emgirs.
Explica que el Municipio maneja un presupuesto de USD 250 millones para la construcción del nuevo relleno.
Emgirs calificará tres parámetros en el concurso que elegirá la empresa ganadora:
- Costo por enterrar cada tonelada de basura. Actualmente, Emgirs paga USD 29 por cada tonelada enterrada. Emgirs espera reducir el costo a la mitad.
- Máximo aprovechamiento de residuos. El Municipio solo recibirá propuestas que se comprometan a aprovechar más del 40% de la basura.
- Responsabilidad social. Emgirs dice que la empresa ganadora debe mantener la mayor cantidad posible de recicladores, pues es una actividad que involucra a decenas de familias en situación de vulnerabilidad.
El gerente de la Empresa de Emgirs, Santiago Andrade, añade que la obra empezará a operar en 2027 y se levantará entre las parroquias Pintag y Pifo.
Según el funcionario, el relleno contará con:
- Planta de compostaje con capacidad de tratamiento de al menos 50 toneladas diarias
- Planta de separación de material reciclable
- Solución de valoración energética de aprendizaje
- Centro de aprendizaje
Sergio Peña, presidente de la comunidad El Belén, ubicada en los alrededores de lugar en el que se construirá el nuevo relleno sanitario, dice que hasta el momento han recibido información muy general de proyecto.
Advierte que las comunidades estarán "vigilantes" de los pasos que tome el Municipio en los siguientes meses.
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