Quito: ¿Por qué la población de las parroquias rurales creció un 46,8% en apenas 12 años?
Calderón y Conocoto son parroquias rurales de Quito que han recibido una masiva llegada de habitantes desde 2010. Además, tres parroquias urbanas concentran el 18% de quienes viven en el casco urbano.
Imagen de la parroquia de Calderón, en el extremo norte de Quito, en enero de 2024.
Municipio de Quito
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Las calles, repletas de vehículos, buses, personas, locales comerciales y vendedores ambulantes, retratan la explosión demográfica que han experimentado las parroquias rurales de Quito en los últimos 12 años.
Según los últimos datos arrojados por el Censo de Población y Vivienda 2022, el número de habitantes en las 33 parroquias rurales de la capital pasó de 615.290 a 903.358 entre 2010 y 2022, lo que representa un aumento del 46,8%.
Mientras que el área urbana, conformada por 32 parroquias, apenas creció un 9,1% al pasar de 1.627.330 a 1.776.364 en el mismo período.
El Censo detalla que el mayor crecimiento del sector rural se concentra en las parroquias Calderón, ubicada en el extremo norte de la ciudad, en Conocoto, en el valle de Los Chillos, y en Tumbaco.
En la primera, el número de habitantes pasó de 150.781 a 250.877, es decir, un 66% más. En Conocoto, en cambio, el aumento fue del 57%, pues llegó a 127.815 moradores en 2022 frente a los de 81.253 de 2010.
Mientras que en Tumbaco vivían 49.866 personas en 2010, cifra que llegó a 79.109 en 2022. Esto significa un crecimiento del 59%.
Estos números convierten a Calderón y Conocoto en las dos parroquias rurales con más habitantes del país, superando a capitales provinciales como Guaranda y Tulcán, que tienen 98.130 y 92.375 habitantes, respectivamente.
En estas dos localidades quiteñas es notorio el impacto que ha tenido la migración interna que se ha producido en el país.
A lo largo de sus diferentes barrios es posible ver a ciudadanos afroecuatorianos, indígenas y mestizos en convivencia.
El Municipio de Quito explica que el crecimiento registrado en estas dos parroquias obligó a la implementación de algunos cambios significativos.
Por ejemplo, la reconfiguración de algunas vías que eran de doble sentido hasta 2015 y que se transformaron en unidireccionales para evitar el caos vehicular.
También fue necesaria la colocación de semáforos en calles que hace ocho o 10 años no recibían gran afluencia de automotores.
Pero el crecimiento del sector rural de Quito no es exclusivo de las parroquias más grandes. Uno de los datos más llamativos que se observa en el Censo de Población y Vivienda es lo que ocurre en la pequeña parroquia de Nono.
Entre 2010 y 2022, esta localidad experimentó un crecimiento del 81% en el número de habitantes, pues pasó de 1.625 a 2.938.
La otra cara de la moneda es Chavezpamba, donde solo viven 579 personas, un 29% menos con relación a las 812 que había en 2010.
Migración y economía
La inseguridad, el alto tráfico vehicular y la contaminación son algunas de las razones por las que parte de la población que habitaba las parroquias urbanas de Quito decidió mudarse al sector rural.
A esto se suma que en algunas parroquias rurales el costo de la vida es menor. "Yo vivía en el sector de El Condado y un pan podía costar hasta USD 0,45. Ahora que vivo en Calderón, encuentro pan desde USD 0,12", dice Vicente Almeida, habitante de esta parroquia desde 2019.
El urbanista Álvaro Orbea explica que la migración es otra de las razones que ha provocado que parroquias como Calderón experimenten un 'boom' demográfico.
"En estas parroquias hay arriendos más baratos, por ejemplo. Las personas que migran a Quito desde otras provincias tienen un presupuesto limitado para vivir y deben administrarlo de la mejor forma", señala.
No es coincidencia que parroquias como Guamaní y Quitumbe superen los 100.000 habitantes, ya que se ubican en el extremo sur de Quito, donde el costo de la vida también es menor que en las parroquias del centro norte.
En estos barrios también es común que ganaderos y agricultores de cantones vecinos, como Machachi y Latacunga, arrienden pequeñas casas para almacenar sus productos y comercializarlos en los mercados del sur de la capital.
Según el Censo de Población y Vivienda, Guamaní, Quitumbe y El Condado son las únicas parroquias urbanas que tienen más de 100.000 habitantes. Juntas representan alrededor del 18% de la población de las 32 parroquias urbanas de Quito.
Orbea cree que el Municipio de Quito debe analizar los beneficios que entregan las parroquias rurales para intentar implementarlos en los sectores urbanos para evitar una mayor despoblación de la ciudad.
El secretario de Territorio, José Morales, asegura que el Municipio analiza la implementación de incentivos para facilitar la construcción de planes habitacionales en la ciudad y evitar que la ciudadanía siga mudándose a los valles aledaños.
Sin dar mayores detalles, el funcionario adelanta que uno de los mecanismos sería la aplicación de descuentos a la concesión onerosa de derechos, que no es otra cosa que una especie de impuesto que pagan los constructores cuando desean construir más plantas de las que consta en el permiso de construcción.
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