Grafitis en el Metro de Quito serían una suerte de 'reto' que se replica en otros metros del mundo
Las autoridades municipales creen que los grafitis que se pintaron en el Metro de Quito están relacionados con ataques similares que han sufrido estos sistemas de transporte en varios países.
Un tren del Metro de Quito vandalizado el 3 de junio de 2024.
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La operación del Metro de Quito sigue sumando problemas y mostrando grietas en los protocolos de seguridad del sistema. La noche del 2 de junio de 2024, uno de sus trenes fue vandalizado con grafitis por desconocidos que lograron escapar impunes.
El hecho se produjo alrededor de las 20:45 entre las estaciones Solanda y Morán Valverde, luego de que tres sujetos forzaron el sistema de seguridad del tren 5.
"La vandalización apenas duró tres minutos. Los sujetos se bajaron a los rieles luego de activar una palanca de seguridad de las puertas, provocando que el operador detenga el tren", explicó Ramón Bedoya, gerente del Puesto Central de Mando del Metro de Quito.
El funcionario sospecha que detrás del hecho estarían grupos de grafiteros que se retan a vandalizar infraestructura pública alrededor del mundo. Esto porque en apenas tres minutos lograron pintar casi todo un vagón con las letras VSK, las mismas que se han pintado, por ejemplo, en el Metro de Medellín.
Los sujetos "lograron fugarse por una salida de emergencia, lo que quiere decir que conocían el túnel. Aunque uno de ellos fue identificado porque se sacó un pañuelo que tenía puesto," detalló Bedoya.
Sin embargo, hasta las 15:00 del 3 de junio, ninguna persona fue detenida por este caso. Pese a eso, Bedoya aseguró que "no hubo negligencia de la empresa de seguridad porque activó todos los protocolos".
Pasado el mediodía, el Municipio interpuso una denuncia en la Fiscalía por presunto atentando a un buen público. Según el Código Integral Penal, las personas que cometen este delito pueden ser sancionados con hasta tres años de prisión cuando se registra la paralización de un servicio.
El exgerente del Metro, Édison Yánez, aseguró que esta irrupción evidencia que el sistema de seguridad del Metro de Quito es débil.
"Es verdad que el Metro tiene videovigilancia para operaciones, pero se debe construir la Sala de vigilancia de Seguridad. Dejamos un estudio, pero nunca se ejecutó", dice.
Según el exfuncionario, los metros suelen ser uno de los objetivos preferidos de las tribus urbanas o de grupos extremistas que los utilizan para causar terror. "Si existe la posibilidad de un atentado, deberían incorporarse todos los protocolos que se sugieren para estos casos", recomienda.
Un reto a escala mundial
Las autoridades municipales manejan la hipótesis de que un grupo urbano está detrás de la vandalización del Metro de Quito.
"Se trata de grupos de personas que se plantean esta especie de retos en diferentes metros del mundo. Ya pasó en Barcelona (España), Medellín (Colombia), Santiago (Chile) y Moscú (Rusia)", dice Ramón Bedoya, gerente del Puesto Central de Mando.
En 2018, tres grafiteros del grupo VSK fallecieron luego de pintar el Metro de Medellín. En su intento de escapar por la línea férrea, el tren que acababan de grafitear los atropelló.
Cinco años después, en 2023, integrantes de ese colectivo volvieron a vandalizar ese sistema de transporte con las letras VSK. Esa vez, sin que se reporten víctimas mortales.
Lo llamativo para las autoridades es que esas mismas letras aparecieron pintadas en el tren 5 del Metro de Quito, la mañana del 3 de junio de 2024. Esto hace creer que este sistema de transporte ya es parte de los nuevos objetivos de estas pandillas.
En su informe semanal, el alcalde Pabel Muñoz dijo que ya solicitó un informe sobre lo sucedido y que he pedido "mayor severidad en el control de seguridad. Vamos a dar con los responsables y sancionar fuertemente su mal accionar".
No es la primera vandalización
La vandalización que sufrió el Metro de Quito el 3 de junio de 2024 es la segunda que se registra desde que empezó su construcción en 2013.
En 2018, durante la Alcaldía de Mauricio Rodas, los vagones del primer tren que llegó a la ciudad fue pintado con la palabra 'Vandals' (Vándalos) y los nombres de Shuk, Skil y Suber, que serían los apodos de los grafiteros muertos en Medellín.
En ese hecho participaron cerca de 20 sujetos que amenazaron a los guardias de seguridad con armas de fuego y cuchillos. Pese a la denuncia realizada por el alcalde Rodas, los agresores no fueron detenidos.
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