Leche de cabra, el producto 'milagroso' que está bajo la lupa de las autoridades
Los vendedores de leche de cabra aseguran que cura diferentes enfermedades. Hay preocupación por las condiciones de higiene de los animales.
Una vendedora de leche de cabra en el sur de Quito, el 28 de marzo de 2024.
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Por las calles de Quito se ha vuelto común ver a hombres y mujeres junto a dos, tres, cuatro y hasta cinco cabras ofreciendo su leche como producto milagroso.
Estos comerciantes aseguran que la leche de cabra cura la artritis, la gripe, la anemia, el estrés y hasta previene el cáncer.
Una de ellas es Carmen Llumiquinga. Cada mañana llega con sus tres cabras hasta la parroquia Conocoto, en el suroriente de la ciudad.
Se ubica en la calle Sucre, una de las más concurridas, a la espera de clientes que pagan USD 1 por el vaso grande y USD 0,70 por el pequeño. Entre las 07:00 y las 09:30 vende alrededor de 20 vasos grandes y unos 15 pequeños.
Sus clientes son, sobre todos, mujeres y personas de la tercera edad.
"Es uno de lo mejores alimentos porque cura muchas enfermedades. Incluso ayuda a que la gente no se estrese" , dice mientras ordeña una de sus cabras.
Sobre la calle América, en el norte de la ciudad, otro vendedor de leche de cabra, además de enumerar sus supuestas propiedades curativas, asegura que "es mejor que la de vaca porque tiene más proteína y calcio".
Este criterio se repite entre los comerciantes que recorren la calle América, el Centro Histórico y algunas parroquias rurales.
Todos coinciden en que la leche de cabra es un producto infravalorado, cuyo consumo debería ser mayor.
¿Una mafia detrás de la venta de leche de cabra?
La venta de leche de cabra está bajo la lupa del Municipio de Quito. La Agencia Metropolitana de Control (AMC) tiene indicios de que los grupos de cabras que deambulan por la ciudad pertenecen a un mismo dueño.
La titular de la AMC, Lira Villalba, cree que el dueño de los animales contrata a personas para que vendan la leche, sin ningún beneficio laboral.
"Muchos de ellos son extranjeros que viven en situación de pobreza y que no tienen otra opción que aceptar cualquier trabajo", agrega la funcionaria.
Y sostiene que este tipo de negocios no paga impuestos, hace mal uso del espacio público y puede causar problemas de salud a la ciudadanía.
La AMC tiene previsto ejecutar operativos de control para verificar si las cabras sufren maltrato y si los comerciantes cuentan con el permiso único de comercio autónomo (PUCA). Es el único documento que habilita a que las personas puedan ejercer una actividad económica en las vías de Quito.
Villalva no descarta que la Secretaría de Salud realice un estudio microbiológico de la leche de cabra para conocer si los consumidores están expuestos a sufrir infecciones y enfermedades.
Según el Código Municipal, la circulación, alimentación, pastoreo o comercialización de animales de corral está prohibida en espacios públicos.
Quienes incumplan esta normativa serán sancionados con una multa equivalente a un salario básico (USD 460).
Posibles enfermedades
El incumplimiento de medidas básicas de higiene y la exposición de los animales y de la leche a condiciones insalubres es lo que preocupa a las autoridades municipales. El consumo de alimentos contaminados podría ocasionar una intoxicación masiva, según la AMC.
La nutricionista Cristina Castillo explica que la leche de cabra, sin un adecuado tratamiento, puede ocasionar diarrea, dolores estomacales, dolores en las articulaciones, hepatitis y brucelosis.
Una infección que se transmite de los animales a las personas por el consumo de lácteos no pasteurizados.
Además, aclara que no existen investigaciones que sostengan que la leche de cabra puede curar enfermedades. Aunque destacada que el proceso de pasteurización puede incrementar los aportes de proteína y de calcio.
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