Medio siglo de fotografías: La vida de Luis Mejía, 'El Ojo de Quito'
Luis Mejía fue el primer fotógrafo ecuatoriano en colaborar para un medio de comunicación internacional. Su cámara capturó momentos claves en la historia de Ecuador.
Luis Mejía con una de sus cámaras, en su vivienda, el 30 de abril de 2024.
Jonathan Machado / Primicias
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Capturar el mundo en un instante. Contar un momento que no volverá. Robarle un segundo al tiempo. Darle al mundo recuerdos imborrables.
Esto fue lo que hizo Luis Mejía Cevallos a lo largo de 50 años con las miles de fotografías que inmortalizó en Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Argentina, Estados Unidos y Rusia.
Este reconocido fotógrafo, nacido en Guamote el 26 de julio de 1938, llegó con su familia a Quito a finales de los años 50 en medio de la ola migratoria interna que enfrentaba Ecuador en ese entonces.
Recuerda con exactitud que el amor por la fotografía empezó en su niñez con el dibujo y con las imágenes que veía a diario en los periódicos.
Pero tuvo que esperar hasta cumplir 16 años para tener su primer acercamiento con el mundo de las cámaras. Ocurrió una tarde de 1954, cuando uno de sus amigos le mostró la que sería su primera cámara: una Agfa Sillete alemana.
Con ella hizo sus primeras fotografías: traslados funerales, paisajes, retratos y la cotidianidad del Quito antiguo.
Desde entonces fueron pocos los días en los que Mejía salió a la calle sin una cámara colgada en su pecho.
Así capturó decenas de fotografías que fueron publicadas en las portadas de los principales medios impresos del país y de algunos del mundo. Sus imágenes lo convirtieron en uno de los mejores fotógrafos del país y en el primero en colaborar con una agencia internacional: la Associated Press de Estados Unidos.
Aun retirado del oficio desde 2010, Luis Mejía sigue sumando premios y reconocimientos. El último lo recibió el 20 de abril de 2024, de parte de la Asociación de Fotógrafos Ecuatorianos.
El colectivo le entregó el Premio a la Trayectoria Profesional, que se suma a los cinco que ganó en los concursos organizados por la Unión Nacional de Periodistas en 1967, 1970, 1973, 1980 y 1984.
La historia en fotografías
Luis Mejia vive en la ciudadela San Carlos, en el norte de Quito, en una casa llena de fotografías, reconocimientos y premios.
A sus 86 años le cuesta caminar y escuchar, pero recuerda con facilidad las fotografías que dejaron huella en la historia ecuatoriana.
Sentado en uno de los sofás junto a su hijo Iván, quien siguió sus pasos como fotógrafo, dice que las 10 cámaras que lo acompañaron en el oficio capturaron algunos de los momentos más importantes del país.
Uno de los que más recuerda es el golpe de Estado que sufrió el expresidente Carlos Julio Arosemana Monroy, el 11 de julio de 1963.
"Un primo me dice que en la Plaza de la Independencia había un movimiento inusual de militares. Tomé la cámara Agfa y desde las escalinatas del palacio presidencial tomé la foto", dice.
Lo curioso es que esa fotografía se publicó en el diario El Comercio sin que se reconociera su autoría, pero "fue la puerta de entrada al fotoperiodismo", agrega.
En los siguientes años, Mejía fue testigo de otros eventos trascendentales: el desfile del primer barril de petróleo ecuatoriano y en los cuatro derrocamientos al expresidente José María Velasco Ibarra.
También estuvo presente en el último acto que encabezó León Febres Cordero antes del Taurazo, en 1987, y fue uno de los primeros fotógrafos ecuatorianos en asistir a un Mundial de fútbol.
"Estuve un mes en Argentina, en el Mundial de 1978", dice orgulloso. Y con ese mismo orgullo confiesa uno de sus secretos al momento de tomar fotografías.
"Un solo disparo por cada foto. Ni dos ni tres. Hacía uno porque sabía lo que iba a hacer", dice mientras observa los libros que recopilan sus obras.
Cuando aparece una imagen en la que se ve a algunos de sus colegas de los medios de comunicación, sonríe con picardía.
"Siempre me ubicaba en un lugar diferente. Si me ponía en el mismo espacio, nunca hubiera tenido buenas fotos", señala.
Y agrega que esa técnica "me permitió diferenciarme y tener el reconocimiento que ahora tengo".
Luis Mejia y su realismo mágico
Otra faceta que Luis Mejía exploró a lo largo de su carrera es la que su hijo ahora define como 'realismo mágico', en referencia a la corriente literaria impulsada por Gabriel García Márquez.
Y es que Mejía no solo se dedicó a hacer fotografías de eventos sociales o para medios de comunicación. También utilizó su mirada para retratar la injusticia social y la pobreza que ha sufrido Ecuador a lo largo de tiempo.
"Nunca o casi nunca usé flash. Quería que las fotos sean reales. La clave era buscar el lugar idóneo para que la imagen salga bien de día o de noche", explica.
Estas fotografías son parte de los 8.000 archivos que la familia Mejía guarda y que le sirvieron para que el país lo conozca como 'El Ojo de Quito".
"Desde pequeño veía su trabajo. Eso fue lo que me llevó a convertirme en fotógrafo", dice su hijo Iván.
Aunque admite, con felicidad, que en esta ocasión el alumno no superará al maestro.
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