8.096 estudiantes no regresan a las aulas por su cercanía a las cárceles en Quito
El Ministerio de Educación contabiliza siete escuelas y colegios que están cerca de las tres cárceles y dos centros de detención de adolescentes que hay en Quito.
Policías resguardan la cárcel de El Inca, en Quito, el 8 de enero de 2024.
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David ha pasado los últimos 21 días frente a un computador por más de ocho horas diarias. Las clases virtuales que implementó su escuela a raíz de la declaratoria de conflicto interno armado cambió la rutina de este niño de 10 años.
Antes de esta nueva crisis de seguridad, David acudía a su escuela, ubicada cerca de la cárcel de El Inca, entre las 07:00 y las 12:30. Luego, asistía al club de música y llegaba a casa luego de las 15:00 para hacer las tareas escolares.
Ahora, su día se desarrolla entre cinco horas y media de clases frente a un computador y otras dos o tres para hacer tareas. "Está cansado y estresado. No ha visto a sus amigos desde que el Gobierno decretó las clases no presenciales", dice su madre.
Andrea tampoco ha pisado su escuela desde el 9 de enero. La razón es la misma, su plantel está a menos de dos kilómetros de la cárcel de mujeres, en Chillogallo, en el sur de Quito. Y Las autoridades consideran que es una zona de riesgo.
La niña, de seis, pregunta todos los días cuándo volverá a clases. Y ellos también, pues la necesidad de acompañamiento en las clases virtuales les obligó a contratar una niñera temporalmente.
En la mañanas es imposible darle acompañamiento por las obligaciones laborales. "Son muchos problemas que se juntan. Desde la preocupación por ver a mi hija desanimada, hasta tener que pagar a una persona para que no se quede sola en casa", dice.
Estos dos niños son parte de los 8.096 estudiantes que pertenecen a las siete escuelas y colegios que se encuentran cerca de las tres cárceles y dos centros de detención de adolescentes que hay en Quito.
En esos centros están recluidos 334 presos y 59 adolescentes infractores, según cifras de Servicio de Atención para Personas Privadas de la Libertad (SNAI).
Jorge Tapia, militar a cargo del control de 36 parroquias del Distrito Metropolitano de Quito, explicó que las cárceles son parte de las áreas estratégicas que tienen vigilancia integral y permanente con despliegue de inteligencia militar en los alrededores.
La Policía Nacional, por el momento, mantiene vigilancia en las horas de ingreso y salida de los planteles educativos que retornaron a la presencialidad.
El 29 de enero, el Ministerio de Educación anunció que la disminución de los índices delictivos permitió que 3,6 millones de estudiantes, de un total de 4,6 millones, regresen a clases presenciales. Esta cifra representa el 84%.
La mayor parte de los planteles que se mantienen en la virtualidad están ubicados en las ciudades más conflictivas de la Costa ecuatoriana, donde la violencia ha escalado más notoriamente.
Alertas falsas
Las clases no presenciales se mantienen en Quito pese a la reducción del número de alertas registradas por los organismos de seguridad.
La Secretaría de Seguridad del Municipio de Quito, por ejemplo, contabilizó 26 llamadas de emergencia entre el 22 y el 28 de enero. Afortunadamente, 25 alertas resultaron ser falsas.
Una semana antes, entre el 15 y el 21 de enero, hubo 30 alertas, mientras que entre el 8 y el 14 de enero se registraron 86.
El ministro de Educación, Daniel Calderón, asegura que la entidad mantiene un monitoreo "minuto a minuto" de la situación del sistema educativo. Sobre todo de las escuelas y colegios que se encuentran cerca a las cárceles.
A pesar de estas medidas, una escuela ubicada en Quito, pero que pertenece al régimen Costa por ser parte de las Fuerzas Armadas, decidió terminar el año escolar de forma virtual, para precautelar la seguridad de los estudiantes, según un comunicado enviado a los padres de familia.
El Ministerio de Educación adelantó que en las próximas horas emitirá nuevas directrices para las escuelas y colegios que aún se mantienen en clases no presenciales.
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