Cinco destinos para conectarse con la naturaleza a menos de 90 minutos de Quito

Este destino está ubicado en el oriente de Quito en la vía Pifo - Baeza a la altura de la Virgen de Papallacta y está cubierto de los páramos más húmedos y fríos del país. Sus lagunas de Parcacocha, Negra, de Anteojos y de Baños y una infinidad de ojos de agua son su mayor atracción. Están enclavadas a lo largo de la reserva con senderos llenos de valles y lugares rocosos ubicados entre los 3.700 y 4.300 metros de altura.

Es uno de los volcanes inactivos del país con 4.210 metros de altura, ubicado a 45 kilómetros al sureste de Quito, en la parroquia Uyumbicho, cantón Mejía. Es una refugio de vida silvestre que forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Tiene más de 60 especies de árboles nativos y 128 especies de aves. Es el hogar del quinde tijereta de cola negra y el quinde gigante. Se los puede observar en los recorridos por sus senderos de observación y caminatas nocturnas

Caminar por los senderos de esta reserva que está ubicada a 3.500 metros de altura en la vía a Nono – Tandayapa - Mindo es de bajo nivel de dificultad y en un recorrido de 13 kilómetros de ida y vuelta se la puede conocer y disfrutar de su biodiversidad. El jardín de los Colibríes es una de las principales atracciones de esta reserva, igual que la cascada del Río Mindo y cinco túneles que comunican con varios senderos. El principal y más largo: la Trocha del Inca.

Este complejo volcánico tiene una altura de 3.356 metros y se encuentra a 20 kilómetros al norte del perímetro urbano de Quito y colinda con las poblaciones de San Antonio de Pichincha, Calacalí y Pomasqui. Es parte de la Reserva del Chocó Andino con más de 140 especies de aves. La zona atrae para ver al gavilán de pecho negro y varias especies de colibríes. Y para realizar cicloturismo de montaña y trekking.

Es un lugar rodeado por paredes de roca que está ubicado apenas a 15,5 kilómetros de Quito y a una altura de 3.100 metros. Son 60 hectáreas de bosque con vegetación de eucalipto, ciprés y pino. Su mayor atractivo es el conjunto de cascadas y la que destaca es la que nace del río Pita con una caída de más de 60 metros de altura. Además, se puede llegar al mirador de los volcanes por senderos ecológicos, paseos a caballo y pesca deportiva.