Así es Chavezpamba, la parroquia de Quito con menos habitantes
En Chavezpamba, una parroquia rural de Quito, apenas viven 579 personas. Existe un alto número de adultos mayores y pocos niños.
Personas en el parque central de Chavezpamba, el 22 de febrero de 2024.
Jonathan Machado / Primicias
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En las pequeñas calles de piedra que adornan la parroquia Chavezpamba, ubicada en el extremo nororiental de Quito, el ruido de la ciudad se desvanece entre los cantos de los colibríes y los sonidos de decenas de animales de granja.
El silencio casi absoluto que reina en Chavezpamba es lógico, pues se trata de la parroquia con menos habitantes de Quito.
Según el Censo de Población y Vivienda 2022, en este lugar apenas viven 579 personas que se dedican, sobre todo, a la agricultura y ganadería. El 66% son hombres y el 34% son mujeres.
Quizá esta es una de las razones por las que el índice de natalidad es una de las más bajas de Quito. Apenas hay 100 niños, lo que representa el 17% del total de la población.
El intenso sol que abriga la mañana del 22 de febrero de 2024 resalta las coloridas paredes que luce la iglesia parroquial, las fachadas de las viviendas y el piso completamente limpio de todas sus vías.
Sentado en una de las bancas de cemento del parque Néstor Pavón Morales, Jonathan Bosmediano, funcionario del GAD parroquial, recuerda el origen del nombre Chavezpamba.
"La parroquia lleva ese nombre en honor a su primer habitante: Manuel Antonio Chávez, y al término kiwcha 'pamba', que significa planicie", explica.
Sobre el bajo número de habitantes que hay en el lugar, comenta que la parroquia nunca tuvo una alta densidad poblacional. Aunque señala que la migración hacia las grandes ciudades se profundizó en los últimos años por la falta fuentes de empleo.
"La población infantil es baja, frente a la de adultos mayores, que llega a 40%", detalla Bosmediano.
Uno de ellos es Gustavo Almeida, quien a sus 67 años aún vive de la agricultura.
"Todos los días me despierto a las 05:30 para desayunar y salir a trabajar la tierra. Si bien es una actividad que me gusta, hay que hacerlo porque ya no hay gente joven", se lamenta.
Mientras camina junto a dos toros que aran un extenso terreno en medio del intenso sol, este adulto mayor comenta que a lo largo de los 11 kilómetros cuadrados que tiene la parroquia es común observar a hombres y mujeres de edad avanzada que se dedican a la agricultura.
"En Chavezpamba tenemos desde caña de azúcar hasta maíz, pasando por camote, mandarina, naranjilla, papás, moras y aguacates", dice sacando el pecho.
Comenta que el alto porcentaje de población adulta mayor también impacta en el ritmo de vida de Chavezpamba, pues las actividades empiezan temprano y terminan pasadas las 18:00.
"A las 19:00 ya no hay un alma en las calles", dice Tito Rosero, otro habitante de Chavezpamba desde hace más de 50 años.
A esa hora, las familias cenan y se preparan para descansar, pues al día siguiente el trabajo empieza temprano y los niños deben madrugar para asistir a la única escuela que hay en la parroquia.
No hay robos
Los habitantes de Chavezpamba no recuerdan la última vez que se haya registrado un robo.
La Policía Nacional sostiene que esta particularidad obedece a los pocos habitantes que viven en la parroquia.
"Todas las personas nos conocemos y por eso podemos saber si hay algún extraño o sospechoso", dice Jonathan Bosmediano, funcionario del GAD parroquial.
La sensación de seguridad en esta localidad llega a tal punto que muchos de sus vecinos dejan las puertas de sus casas abiertas mientras salen a trabajar o a cumplir alguna diligencia.
Sin embargo, la Policía recomienda dejar de lado estas prácticas por la crisis de seguridad que enfrente el país.
Turismo, el talón de Aquiles
Chavezpamba es una de las cinco parroquias que conforman la 'Ruta Escondida' de Quito, junto con Puéllaro, Perucho, Atahualpa y San José de Minas.
Se trata de un camino precolonial que atraviesa estas parroquias rurales de la capital, en el que cascadas y montañas son los principales atractivos.
El problema de Chavezmpaba es su escasa oferta turística, que no ha logrado atraer a los visitantes.
Incluso, las autoridades de la parroquia reconocen que varios turistas "se saltan" Chavezpamba para visitar las demás parroquias.
"Estamos trabajando en crear espacios para que los turistas lleguen. Hay algunos proyectos que estamos por hacer", dice Jonathan Bosmediado, funcionario del GAD.
Uno de los más importantes es la Granja La Duquesa, en la que su propietario, Tito Rosero, ha invertido más de USD 10.000 para convertirla en un lugar en el que los visitantes aprendan sobre el cuidado de cultivos.
"Tenemos un área en la que hay plantaciones de café, caña de azúcar, moras, aguacates y otros frutos. El objetivo es que las personas tengan una experiencia con la naturaleza y que sepan que se pueden consumir alimentos sin usar químicos", dice Rosero.
Entre los proyectos con inversión privada también está la construcción de un mirador y restaurante en el cerro Itagua, el más importante de la localidad.
Por parte de las autoridades, Bosmediano asegura que intentarán posicionar la gastronomía tradicional de Chavezpamba con platos con el cuy, la fritada, el camote y el jugo de caña.
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