Quito: algunos barrios se protegen con alarmas comunitarias y analítica de video
En medio del conflicto armado interno, habitantes de Quito buscan cómo resguardarse de la delincuencia. La Policía trabaja en la 'geolocalización del delito'.
Una de las alarmas comunitarias instaladas en La Mariscal, en el centro norte de Quito.
Cortesía / Quito Informa
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"Conocer quienes habitamos en el barrio para darnos apoyo", es el primer paso para ir hacia un plan de seguridad coordinado con la Policía Nacional. En esto coinciden dos dirigentes barriales de Quito que por hoy buscan que sus sectores sean más seguros.
A pesar de que las cifras de la Policía Nacional muestran que en Quito hay menos delitos (1.360 delitos menos que al cierre del 2023), los habitantes de estos barrios consideran que en medio del conflicto armado interno que vive el país, es cuando se debe hacer más para protegerse.
En Carcelén (en el norte) y Chimbacalle (en el sur) han tomado precauciones y han invertido en cámaras de videovigilancia con acceso en sus celulares, también han colocado alarmas y se han organizado en chats comunitarios.
Geovanny Sotomayor, es el presidente del Comité Promejoras de la Super Manzana D de Carcelén, cuenta que desde diciembre arrancaron con un plan piloto de seguridad.
"El primer paso fue integrar a toda la gente de este barrio que tiene 41 años y no nos conocemos. En diciembre hicimos una serie de eventos culturales y deportivos", señala.
La segunda etapa es visitar cada pasaje o callejón del barrio y nombrar un delegado con quien coordinaremos los temas de seguridad. "El objetivo es colocar cámaras en cada pasaje y sirenas comunitarias. Las alertas estarán conectadas en controles remotos, no en celulares", dice el líder barrial.
Por último, la capacitación por parte de la Policía "para que nos diga como actuar y recalcar la importancia del trabajo en equipo, porque se puede tener las mejores cámaras y sirenas, pero si no nos capacitamos no tendremos buenos resultados", dice.
Algo similar ocurre en Chimbacalle, en la calle Chambo. La iniciativa surgió hace un año luego de constantes robos a habitantes del barrio. Hoy cuentan con cámaras de videovigilancia y chats comunitarios que están conectados con una Unidad de Policía Comunitaria.
Mauricio Cevallos, miembro del comité barrial, comenta que si bien todo el sector, que es uno de los más antiguos de Quito, aún no se integra a esta iniciativa, las buenas relaciones entre sus habitantes ha ayudado a evitar que se cometan delitos como robos a casas y a personas.
En otros sectores como la Floresta y la zona comercial y financiera de Iñaquito, las viviendas de altura han preferido contratar empresas que realizan "analítica de video y respuesta emergente".
Son servicios de monitoreo de sistemas de inteligencia artificial y videovigilancia que operan las 24 horas y todos los días del año. Este servicio es privado.
"Consiste en visitas por los exteriores de edificios que son monitoreados para disuadir a los delincuentes en caso de que se activen las alarmas", detalla un administrador de los edificios vigilados por este sistema en La Floresta.
Se completa con el "perifoneo" para asustar al delincuente y reportar a la Policía.
Operativos en Quito
Por el momento, la Policía señala que trabaja en la geolocalización del delito.
"Medimos la temporalidad y la sectorización y así distribuimos al personal y la logística para ser más eficientes y definimos que tipo de operativo vamos a realizar cada día", dice Juan Orquera, subcomandante de la Policía del Distrito Metropolitano de Quito.
"Nos estamos concentrando en ciertos distritos en diferente tiempo y sectores. Los operativos están direccionados a las motocicletas y sus ocupantes", dice.
En enero, la Policía realizó 22.883 operativos en todo el Distrito, detuvo a 709 personas, confiscó 160 armas de fuego, recuperó 53 vehículos robados, 42 motos recuperadas y 45 motos retenidas.
Los distritos Manuelita Sáenz, Eloy Alfaro, Eugenio Espejo y Calderón, son considerados por la Policía como los más violentos y de mayores delitos. En lo que va del año, en estos lugares se cometieron 13 muertes violentas.
Para Jorge Tapia, coronel del ejército encargado de los operativos de seguridad en 36 parroquias del norte de Quito, es importante que la población se involucre en las actividades de seguridad que hace la fuerza pública.
"Nos preocupa que en barrios alejados de la ciudad la población no se involucra con nuestras actividades", señala Tapia. "Ellos son quienes conocen mejor sus barrios y deberían hacer las denuncias para actuar con mejores resultados".
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