Después de seis años, la Unasur podría volver a la escena internacional
Los 12 gobiernos de Sudamérica acordaron retomar la integración y analizar los mecanismos existentes. El único organismo con una estructura firme es la Unasur, que incluso tuvo su edificio propio en Quito.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, habla con el presidente de Argentina, Alberto Fernández, durante la cumbre suramericana el 30 de mayo de 2023, en Brasilia.
EFE
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Sólo Ecuador, Chile, Uruguay y Paraguay están fuera de la Unasur, mientras que Perú sigue con su participación suspendida. Los otros siete países de la región quieren renovar el debilitado bloque.
Esto quedó claro en Brasilia, donde los 12 gobiernos ventilaron sus diferencias, sobre todo las que atañen a Venezuela, en una cumbre regional convocada por el presidente brasileño, Lula da Silva, que dejó como resultado una firme apuesta en la integración.
Lo discutido en esta cita, la primera de su tipo en casi una década, fue volcado en una declaración bautizada 'Consenso de Brasilia' que, como punto principal, incluye un acuerdo entre los 12 países de la región para elaborar una "hoja de ruta" para la integración.
Los representantes de los gobiernos abogaron por recuperar y readecuar los mecanismos de integración ya existentes. En este caso, las únicas posibilidades serían la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur).
Por ello, la declaración estableció un "grupo de contacto", encabezado por los 12 cancilleres, para evaluación de las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y la elaboración de una hoja de ruta en un plazo de 120 días.
Sin embargo, la opción que más apoyos sumó fue la de recuperar la Unasur, un mecanismo que tiene establecidas estructuras legal, orgánica, administrativa y financiera.
El bloque consta de tres consejos (de jefes de Estado, de cancilleres y de delegados), una Presidencia Pro Témpore, la Secretaría General y una docena de consejos sectoriales ministeriales.
Además, contaba con otras siete instituciones:
- Parlamento Suramericano
- Banco del Sur
- Instituto Suramericano de Salud
- Centro de Estudios Estratégicos de Defensa
- Unidad Técnico Administrativa del Consejo Electoral
- Escuela Suramericana de Defensa
- Agencia Espacial Suramericana
Además, con el nuevo viraje hacia la izquierda en los gobiernos de la región, la Unasur ha recuperado a sus principales miembros y aportantes: Brasil y Argentina, así como el reciente anuncio del retorno de Colombia.
Cada uno de ellos aportaba el 39%, 16,5% y 11% del presupuesto total, respectivamente.
Además, el bloque ahora cuenta con siete de los 12 países de la región. Además de ellos, Uruguay y Perú coincidieron en que no se debe crear nuevos bloques y dar uso a los existentes.
Sin embargo, la caída de la Unasur se debió a la fuerte politización del bloque, que se manejaba en función de los liderazgos del llamado socialismo del siglo XXI, nacidos con el apoyo del venezolano Hugo Chávez y sus simpatizantes.
La crisis política se profundizó en 2017, cuando los estados miembro no pudieron ponerse de acuerdo sobre la designación de un nuevo secretario general, que se agravó por las posiciones encontradas sobre la crisis venezolana, que todavía se mantienen.
El bloque entró en una fase crítica cuando, en abril de 2018, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú suspendieron su participación y financiación. Finalmente, todos, menos Perú, abandonaron oficialmente del mecanismo. Seguidos por Ecuador y Uruguay.
En 2020, la Unasur perdió también el edificio de su Secretaría General, en Quito, que fue financiado por el expresidente Rafael Correa, por USD 43 millones.
Desde entonces, el complejo ubicado en la Mitad del Mundo ha permanecido inutilizado. Tanto Lenín Moreno como Guillermo Lasso ofrecieron darle otra finalidad a las instalaciones, pero sin éxito.
Moreno planteó que ahí se ubique la universidad Amawtay Wasi y después lo ofreció como sede del fallido bloque regional de Prosur. Al inicio de la pandemia de Covid-19, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner dijo que pensaban utilizarlo para albergar a los ciudadanos contagiados que ingresaban al país.
Ya en la administración de Lasso, el Gobierno cedió las instalaciones al Ministerio de Cultura, en comodato, para que funcionen como una reserva de piezas de arte y arqueología. Después, nació la idea de que el Ministerio de Ambiente lo convierta en un centro de biodiversidad.
El problema es que, además del comodato, el edificio está ubicado en los predios de la Prefectura de Pichincha. El Gobierno Provincial lo donó al Ministerio de Relaciones Exteriores solamente bajo la condición de que sea sede de la Unasur, caso contrario el convenio quedaría anulado.
Sin embargo, Gustavo Manrique desde la Cancillería piensa insistir en la creación de un centro de biodiversidad, pese a que el costoso edificio diseñado para ser una sede administrativa tiene apenas nueve años de construcción.
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