Alejandro Suárez: "Tuvimos una política exterior vergonzosa"
El embajador Alejandro Suárez, director de la Academia Diplomática, habla sobre el papel de la institución, en Quito, el 04 de diciembre de 2019.
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La noticia puede también servir para la anécdota pues el Gobierno ecuatoriano reabrió, tras ocho años, la Academia Diplomática pero hay objetivo de fondo: profesionalizar el Servicio Exterior, según el canciller José Valencia.
El cierre, en 2011, fue una decisión política que, a la larga, tuvo consecuencias para el país a escala internacional. El embajador Alejandro Suárez, director de la Academia dice, en diálogo con PRIMICIAS, que "hubo una evidente reducción en la preparación de los diplomáticos":
El Gobierno de Rafael Correa, reemplazó la formación que recibían los funcionarios con una maestría de Relaciones Internacionales, en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).
Un experimento, que según Súarez, lamentablemente no funcionó porque la instrucción impartida en el IAEN era netamente académica, teórica en su mayor parte.
No tenía el otro componente que requerían los estudiantes: la formación práctica en las disciplinas básicas del quehacer diplomático. Por ejemplo, práctica consular, protocolo, atención al público o técnicas de negociación.
A la larga, Suárez dice que, esta formación parcial, terminó afectando a la imagen internacional del país. Para él, la política exterior en los últimos años fue, en algunos casos, "muy desatinada" y en otros "hasta vergonzosa".
Por eso, él defiende la Academia para formar a la nuevos cuadros así como la actualización de los funcionarios que ya están en cargos públicos. Aunque la Cancillería también tiene otras metas:
El punto es que la carrera en el Servicio Exterior implica una largo proceso. El embajador explica que quienes inician este trabajo ingresan en la sexta categoría: tercer secretario. El Ministerio convoca a un concurso público y los ganadores reciben ese nombramiento.
Ellos pasan a la preparación en la Academia Diplomática durante dos años, el primero académico y el segundo de pasantías en la Cancillería. Después, hay un proceso de evaluación establecido en la ley, sobre conocimientos, títulos, idiomas y otros requisitos.
Pero también, hay tiempos de permanencia en cada una de las categorías: tercer secretario, segundo secretario, primer secretario, consejero, ministro y embajador. El tiempo de ascenso entre la primera y la última se cumple entre 25 y 28 años de carrera.
Eso no quiere decir que no exista una cuota política en el servicio exterior ecuatoriano. Hubo y todavía permanecen en sus cargos funcionarios que ingresaron por sus méritos políticos durante el Gobierno anterior:
El presidente de la República tiene la atribución de nombrar embajadores y jefes de misión ¿cómo ve un embajador de carrera la cuota política en estos cargos?
Suárez, explica que, es una atribución del Jefe de Estado y que lo hace dentro de la cuota establecida en la Ley de Servicio Exterior. En el caso de los embajadores de designación política lo usual es que tengan el apoyo, justamente, de funcionarios de carrera para que le asistan en la representación del país.
Aunque la reapertura de la sede de la institución fue la semana pasada, la Academia reabrirá sus puertas el próximo año, tras un concurso público en el que se seleccionarán 25 aspirantes a tercer secretario, el rango inicial de la carrera.
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Esta semana reabrió la Academia Diplomática. El próximo año habrá un concurso para los aspirantes a terceros secretarios del Servicio Exterior.
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