Separación de tareas, a prueba con los nuevos ministros de Gobierno y Seguridad
El presidente Guillermo Lasso separó nuevamente la gestión de la política y de la seguridad ciudadana. El Ministerio de Gobierno ha sido modificado por los últimos tres presidentes.
El presidente Guillermo Lasso, durante la posesión del Francisco Jiménez, como ministro de Gobierno, y Patricio Carrillo, como ministro del Interior, el 30 de marzo de 2022.
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La metamorfosis de los ministerios de Gobierno y del Interior es cíclica. Desde 2007, todos los gobernantes han tenido ambas entidades en sus administraciones, para después fusionarlas en una sola o para volver a separarlas.
Esta vez le tocó el turno al presidente Guillermo Lasso. El Ministerio de Gobierno no estará encargado de la seguridad ciudadana, esa competencia pasó al renacido Ministerio del Interior, a cargo del excomandante de la Policía, Patricio Carrillo.
Mientras que, tras la renuncia de Alexandra Vela, la búsqueda de gobernabilidad está ahora en manos de Francisco Jiménez. Pese a que el mismo Mandatario anunció que no perderá el tiempo con el Legislativo, el nombramiento del exasambleísta oficialista ha causado expectativa por la posibilidad de que se convierta en un interlocutor entre las dos funciones.
Visiones diferentes
"La política permite y organiza la relación entre seres humanos diferentes", dijo el flamante Ministro de Gobierno durante el evento de su posesión y que, pese a las distintas visiones de los actores políticos, es posible establecer un diálogo "con las cartas sobre la mesa".
Además, Jiménez hizo un guiño a la estructura partidista de Creo, recordó a sus militantes y, especialmente, a quienes han fallecido en los últimos meses, como César Monge.
El Ministerio de Gobierno antes estuvo liderado por dos figuras de la extinta Democracia Popular: la exministra Alexandra Vela y su subsecretario de Gobernabilidad, Juan Manuel Fuertes, pertenecían a la extinta.
Sin embargo, no pudieron resolver o mitigar las crisis política y de seguridad, que son los mayores problemas que enfrenta el Ejecutivo. Por ello, el presidente Lasso decidió probar con la separación de ambas áreas y que sean atendidas por dos ministerios diferentes.
Las primeras palabras y gestos de Jiménez apuntan a que la dirección del Ministerio de Gobierno, contrario a las declaraciones del Mandatario, buscará acercamientos con la Asamblea Nacional, como lo establecen sus competencias.
Mientras tanto, Carrillo advirtió que, para alcanzar una cultura de paz, primero es necesario un "doloroso aprendizaje" con "episodios injustificables de violencia, de todos los tipos, definiciones y efectos".
El excomandante también tomó un camino contrario a las tesis previas del Ejecutivo sobre el incremento de la violencia en el país, que afirmaba que la escalada se debía a retaliaciones de los carteles por las cuantiosas incautaciones de drogas.
En su discurso de posesión, Carrillo dio prioridad al problema de la violencia económica estructural, "que recae en los más excluidos(...) y en las relaciones asimétricas de las ciudades y sociedades". La violencia de género y contra los menores de edad.
Después mencionó la violencia que amenaza las ciudades, la paz social y la estabilidad democrática y del Estado, refiriéndose al crimen organizado transnacional y al narcotráfico.
"Es vital que empecemos a construir un modelo de seguridad integral", agregó Carrillo y llamó la atención sobre la necesidad de la articulación de todas las instituciones del Estado y actores de la sociedad. Señaló a los gobiernos seccionales, la administración de justicia, el sistema de rehabilitación social.
A veces juntas, a veces separadas
Los cambios en el Ejecutivo apuntan a buscar la gobernabilidad y la seguridad pública. Esos han sido los mayores problemas del gobierno y la sociedad y dos áreas clave para cualquier administración.
Antes de la nueva Constitución, el Ministerio de Gobierno y Policía se encargaba de ambas tareas. Y cambió de nombre en 2010 a Ministerio de Interior.
Pero desde el inicio de su gestión, Rafael Correa ya pensó en la separación de competencias y creó en 2007 un Ministerio Coordinador de la Política; y en 2009, una Secretaría de Pueblos, ambas entidades trabajaban en dos niveles diferentes de gobernabilidad: gobiernos seccionales y sectores sociales, respectivamente.
Para 2013, Correa fusionó esas dos entidades en la Secretaría de Gestión de la Política, encargada de la gobernabilidad en general.
Esa institucionalidad duró hasta abril de 2019, cuando Lenín Moreno suprimió la Secretaría y la fusionó con el Ministerio del Interior, convirtiéndolo, nuevamente, en Ministerio de Gobierno. La conflictiva entidad tuvo tres autoridades en menos de un año, en el final de ese periodo.
Ahora, en menos del primer año de gestión del presidente Lasso, el Ministerio de Gobierno también ha tenido tres autoridades y este 30 de marzo fue separado en dos. La incógnita ahora es en dónde se ubicará el nuevo Ministerio del Interior, porque es la primera vez que ambas entidades existen al mismo tiempo
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