Tras la ruptura, ahora son los indígenas quienes buscan el diálogo
Lo que parecía una mañana de decisiones que iban a poner fin al paro, que inició el 13 de junio, dio un giro tras la muerte de un militar en un ataque de manifestantes indígenas en Shushufindi (Sucumbíos).
El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, habla hoy por teléfono en la Basílica del Voto Nacional tras el anuncio del presidente Guillermo Lasso de suspender los diálogos, el 28 de junio de 2022.
EFE
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Los delegados del presidente Guillermo Lasso no se presentaron a la segunda jornada de diálogos, como habían acordado con los líderes indígenas la noche anterior.
En su lugar, el presidente Lasso emitió una cadena nacional en la que habló del crimen de un militar en una emboscada y descalificó al presidente de la Coanie, Leonidas Iza, como su interlocutor.
Lasso aseguró que no se sentará a negociar con Iza, porque a este último no lo motivan las necesidades de sus comunidades, sino una agenda política personal.
Ese pronunciamiento fue un retroceso, pues al cierre de la primera jornada, la víspera, el Gobierno y la dirigencia indígena parecían encontrar puntos en común. Y acordaron pulir un segundo encuentro en la Basílica del Voto Nacional a las 09:00 del 28 de julio de 2022.
Los ánimos presagiaban un acuerdo
De manera que la mañana inició con expectativas de un acuerdo, aunque ya se había conocido la noticia de la muerte de un sargento del Ejército, en un ataque de manifestantes en Shushufindi contra un convoy custodiado por las Fuerzas Armadas.
Cerca de las 08:00 se abrieron las puertas de la Basílica y tras el ingreso de los medios de comunicación, a las 09:00, empezaron a llegar los dirigentes indígenas.
Los manifestantes, reunidos en el salón Julio Matovelle, participaban de rituales de purificación. Todo parecía normal, salvo que las sillas reservadas para los delegados del Ejecutivo no se llenaban.
La tensión empezó a crecer y se manifestó en conatos de incidentes entre las decenas de dirigentes de base, que reclamaban menos espacio para los periodistas, que iban a cubrir el encuentro.
Cerca de las 10:00, llegaron los representantes de las funciones Legislativa, Electoral y de Transparencia. La ausencia de la delegación del Gobierno se hacía cada vez más evidente.
Virgilio Saquicela, presidente de la Asamblea, aguardaba en los exteriores del salón. Cerca de las 10:30 recibió una llamada que hizo que su semblante cambiara. Colgó y, dirigiéndose a uno de sus asesores, dijo: "no vienen".
En los corredores se infería que el ataque en Shushufindi era la causa de esta ausencia.
A las 11:00 eso se confirmó. El padre Bernardino Briceño, párroco de la Basílica, instaló la segunda jornada del diálogo sin una de las partes en conflicto.
Tras las oraciones de rigor, el presidente de la Asamblea informó que el Gobierno estaba analizando cómo proceder frente a la muerte de un militar en un ataque de manifestantes, cuyos dirigentes estaban en negociaciones con el Gobierno.
Saquicela aclaró que esa ausencia, inicialmente, no significaba el abandono del diálogo.
La reacción indígena fue inmediata. Leonidas Iza, presidente de la Conaie, calificó como excusas la inasistencia y recordó que también del lado de los manifestantes había víctimas mortales.
Enseguida, Iza planteó tres puntos:
- Conformar comisión independiente para analizar la muerte del militar en la Amazonía.
- Comunicar al Gobierno que la dirigencia indígena no estaba dispuesta a seguir postergando el diálogo.
- Pedir garantías de no habría provocaciones, ni agresiones, de ninguno de los dos lados.
Luego hubo una seguidilla de intervenciones de otros dirigentes, que evocaron la misma línea discursiva de Iza. Saquicela volvió a tomar la palabra y convocó a la reinstalación del diálogo para las 14:00.
Antes de eso, a las 12:45, el presidente Guillermo Lasso ofreció la mencionada cadena nacional.
Confirmó que la muerte de un militar en Shushufindi fue el detonante para que el Gobierno abandonara la mesa de diálogo, al menos mientras no haya garantías de que no habrá más ataques y de que Iza no será el interlocutor.
Esta vez la reacción de los líderes indígenas no fue inmediata, el silencio y los rostros de preocupación reemplazaron al ánimo triunfal de cuando se hacían los rituales.
Iza salió a una de las salas de la Basílica del Voto Nacional y buscó a los integrantes del Consejo de Gobierno de la Conaie. Primero se reunirían y luego darían su respuesta -dijo Iza- mientras exigía a los medios de comunicación no grabarlo ni tomarle fotos.
Cerca de tres horas duró esa reunión interna, en la que no participaron ni siquiera los dirigentes de la Fenocin y de la Feine, dos de las organizaciones convocantes de este paro. Los representantes de esas organizaciones conversaron aparte.
A las 15:30, Iza salió de esa reunión y se encontró durante siete minutos con los representantes de las otras organizaciones. Juntos caminaron hacia el salón Julio Matovelle para dar una respuesta al Gobierno.
Los primeros en hablar fueron Virgilio Saquicela, Diana Atamaint (CNE) y el defensor del Pueblo, César Córdoba. Todos enfatizaron la necesidad de un diálogo que atienda los planteamientos de la Conaie y ponga fin al paro.
Luego hablaron Gary Espinoza, Eustaquio Toalá y Carlos Sucuzanay, presidentes de la Fenocin, Feine y Ecuarunari, respectivamente.
El primero fue el encargado de anunciar que mientras no se vuelva a instalar el diálogo, la movilización se mantendrá. Luego intervino Iza.
El presidente de la Conaie optó esta vez por un tono conciliador. Pidió al presidente Lasso que no deslegitime a la dirigencia indígena y mostró su disposición para que el diálogo se reinstalara. Incluso, pidió la participación de la Conferencia Episcopal.
Para cerrar su intervención pidió a sus seguidores, en todo el país, que no interrumpan la llegada de gas de uso doméstico, de oxígeno medicinal, de alimentos y de otros bienes de primera necesidad a las ciudades del país.
A las 21:00, dirigentes indígenas manifestaron que se encuentran en vigilia a la espera de una respuesta del Gobierno para reabrir espacios de diálogo.
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