Legislativo queda en manos del correísmo, PSC y dos facciones rebeldes
La Asamblea Nacional es un territorio cada vez más hostil para el Ejecutivo, que, por ahora, tiene solo el respaldo de su bancada.
De izq. a der.: Nathalie Arias, Virgilio Saquicela, Esteban Torres, Darwin Pereira, Ronny Aleaga y Marcela Holguín, en la sesión de este 21 de julio de 2022.
AN
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Las decisiones que el Pleno tomó este 21 de julio de 2022 son la muestra de que el apoyo al presidente Guillermo Lasso es mínimo, por no decir inexistente.
La designación de los dos vicepresidentes de la Asamblea y la recomposición del Consejo de la Administración Legislativa (CAL) consolidaron la nueva mayoría integrada por la bancada correísta Unión por la Esperanza (UNES) y el Partido Social Cristiano (PSC), junto a los rebeldes de Pachakutik y de la Izquierda Democrática (ID).
Este grupo decidió también archivar la iniciativa de Ley de Libertad de Expresión, en una clara demostración de que la nueva mayoría opera.
Ambas votaciones evidencian que el espacio de negociación que el Ejecutivo puede tener, al menos en el futuro inmediato, es mínimo.
La relación del Ejecutivo con la Asamblea se tensó desde marzo, cuando el Legislativo archivó la Ley de Inversiones. Empeoró con la fallida iniciativa de muerte cruzada durante el paro nacional. Con la nueva mayoría en funcionamiento, la relación quedará más resentida aún.
El nacimiento de la nueva mayoría
La actual Asamblea se instaló en mayo de 2021 con una mayoría integrada por la oficialista Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), Pachakutik y la ID. Pero esa alianza legislativa duró poco, y se deshizo apenas designadas las autoridades e integradas las comisiones.
Desde entonces, lo que hubo fue un escenario de mayorías móviles. Hasta que la intención de remover a Guadalupe Llori de la presidencia de la Asamblea juntó a la bancada correísta de UNES, el PSC y los rebeldes de Pachakutik. A ellos también se sumaron los rebeldes de la Izquierda Democrática.
Actualmente, esta alianza legislativa tiene al menos 71 votos asegurados. Es decir, mayoría absoluta (la mitad más uno del Pleno), suficientes para aprobar o negar leyes, o para destituir y censurar funcionarios públicos en juicios políticos.
En este escenario, el Gobierno se queda solamente con el bloque oficialista, y de momento el respaldo de las facciones orgánicas de la ID y de Pachakutik. Pero en ambas bancadas tienen problemas internos y rupturas, que también se evidenciaron en esta reestructuración.
Pachakutik se rompe más, y la ID no logra la unificación
Minutos antes de la votación para las vicepresidencias, Guadalupe Llori anunció que Pachakutik no votaría a favor de los nombres propuestos. Pero esto no se cumplió. En las tres votaciones, una parte de la facción "orgánica" de esta bancada votó junto a los "rebeldes", apoyando la postulación de Marcela Holguín (UNES) y Darwin Pereira (rebelde de Pachakutik).
En la votación para nominar a Holguín, 10 de los 18 asambleístas del Pachakutik "orgánico" apoyaron la propuesta. De hecho, el único voto en contra de esta bancada fue el de Llori, y hubo siete abstenciones.
Entre los legisladores de Pachakutik que dieron el voto a favor de Holguín está Dina Farinango, quien propuso junto al correísmo el informe de minoría ya aprobado como reformas a la Ley de Comunicación.
Esta iniciativa de Farinango incluye las propuestas presentadas por la Conaie a esta normativa.
Mientras que la ID, que buscaba mostrar unidad tras las pugnas internas por la presidencia del partido, no lo logró. La posición de la facción "orgánica" del partido era votar en contra o abstención, según anunció el jefe de bancada, Marlon Cadena.
Pero los cinco "rebeldes" de esta bancada se mantuvieron junto a la nueva mayoría. Alejandro Jaramillo, Johanna Moreira, Lucía Placencia, Xavier Santos y Amparo Gualoluisa votaron a favor en las tres mociones.
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La reestructuración de las autoridades legislativas permitió al PSC obtener un asiento en el Consejo de la Administración Legislativa.
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