Quito, sin partidos ni figuras políticas que la representen
Quito es sede de, al menos, una docena de partidos políticos, tiene 1,9 millones de electores y puso varios presidentes. Pero, ahora no tiene una representación política sólida.
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Quito tiene 1,9 millones de votantes, pero ninguna figura o partido político que la represente. Los candidatos y las autoridades electas responden a grupos específicos de la población y, principalmente, a la coyuntura, pero ninguno llega a aglutinar a los diferentes distritos electorales y menos aún a mantener continuidad en el tiempo.
Los otros siete cantones de la provincia juntos suman 304.266 votantes. En total, Pichincha cuenta con unos 2,27 millones de electores, pero su votación desde hace 15 años cambia de tendencia con cada sufragio.
Pese a ser la segunda ciudad y provincia con más electores, a tener la sede administrativa del gobierno nacional e, históricamente, a haber sido la cuna de varios líderes políticos nacionales, ni Pichincha ni Quito son consideradas como bastiones políticos en la actualidad.
Y, por primera vez desde el retorno a la democracia, un alcalde capitalino no termina su periodo de gestión. La remoción de Jorge Yunda marca el punto más bajo en la historia política del Municipio de Quito.
Si bien 'LoroHomero', como se conoce al alcalde removido en sus programas radiales, tuvo la mayor votación en 2019, fueron apenas 296.094 de 1,3 millones de votos válidos emitidos. Es decir, el 21% y la cifra más reducida de los últimos 30 años.
Esto ya anticipaba una gobernanza difícil para este periodo en el Concejo Municipal, también altamente fraccionado y con una mayoría correísta.
Ahora, el nuevo alcalde de Quito es virtualmente Santiago Guarderas, quien ha vestido las camisetas de la extinta RED, el Partido Social Cristiano (PSC) y Unión Ecuatoriana, con la que llegó al Municipio de la mano del mismo 'LoroHomero' y respaldado por 40.000 votos del distrito Sur.
Esta falta de representación, fragmentación y crisis de los partidos políticos se reflejó en la última y más extensa papeleta para la Alcaldía con 18 candidatos.
La segunda más votada fue la candidata del correísmo, con apenas 30.000 votos menos que Yunda. Y los dos siguientes, Paco Moncayo y César Montúfar, con alrededor de un punto porcentual por debajo cada uno.
Aunque esta fragmentación no sucedió en los dos periodos previos, desde 2009, el alcalde de la ciudad no ha tenido capital político propio, ya que ha llegado aupado por otro líder político o por la oposición.
Sucedió con Augusto Barrera, que llegó de la mano de Rafael Correa al Cabildo, en 2009. Pero en la reelección de 2014 perdió frente a Mauricio Rodas, quien con un intento presidencial fallido y sin capital político, aglutinó a los votantes que se oponían a la continuidad de Alianza PAIS en la capital.
Previamente, hubo figuras políticas fuertes a la cabeza de la ciudad. Por ejemplo, Paco Moncayo y Roque Sevilla estuvieron dos periodos seguidos a cargo del Cabildo capitalino. Y en la década de los 90, la extinta Democracia Cristiana puso tres alcaldes consecutivos: Rodrigo Paz, Jamil Mahuad y el mismo Sevilla.
Los dos primeros intentaron llegar a la Presidencia, pero solo Mahuad pudo dar el salto.
Ahora no hay un partido que pueda abanderar las lides electorales en el Distrito Metropolitano, ni tampoco una figura que pueda trascender políticamente al periodo de gestión.
Barrera desapareció de la vida política tras su derrota y después fue temporalmente ministro de Lenín Moreno. Rodas también desapareció de la vida pública y dejó de lado su proyecto político para dedicarse a la academia.
La representación política cayó en todas las dignidades
Candidatos quiteños y por Quito hay muchos y se multiplican a medida que pasan las elecciones, pero ninguno de los que alcanzan las dignidades de elección popular sobrevive a los vaivenes de la coyuntura nacional o mantiene un capital político.
En estas últimas elecciones, siete de los 16 candidatos a la Presidencia de la República eran quiteños. Sin embargo, solo Lucio Gutiérrez, César Montúfar y Gustavo Larrea tenían trayectoria política previa y algo conocida.
Pero, a la vez, ninguno de los tres superó el 2% de votos y sus partidos apenas consiguieron 1 legislador cada uno en todo el país. Además, el gutierrismo siempre ha tenido su mayor apoyo en la Amazonía, especialmente en Napo.
Los más votados fueron dos guayaquileños, Guillermo Lasso y Xavier Hervas; un cuencano, Yaku Pérez, y el quiteño Andrés Arauz, pero este último con el capital político del expresidente Rafael Correa. Mientras que los tres primeros se llevaron los votos opositores o que buscaban un reemplazo a la dicotomía correísmo-anticorreísmo.
Además, en las 12 elecciones presidenciales desde 1978 estuvieron en segunda vuelta solo cuatro representantes de la ciudad: Rodrigo Borja, Jamil Mahuad (lojano de nacimiento, pero previamente Alcalde de la capital), Gutiérrez (con su bastión en Napo) y Arauz (apoyado por el correísmo).
La mayoría de ellos solo entre 1978 y 2002. Ya que en las últimas cuatro elecciones, los candidatos más votados fueron de Guayaquil. Y desde 2017, el actual presidente Guillermo Lasso compitió contra candidatos herederos del correísmo, sin capital político propio.
De todos ellos, el único que sigue siendo una figura nacional, pese a su retiro de la vida pública, es Borja, cuyo partido renació como fuerza partidista el pasado febrero y lo mantiene como su líder histórico.
Mientras que Mahuad no terminó su periodo y se exilió en Estados Unidos, Gutiérrez tampoco terminó el periodo y su partido está cada vez más cerca de desaparecer, y Arauz regresó a México, tras su única contienda electoral y tras abandonar las filas del partido que abanderó al correísmo.
En el caso de los legisladores, para las elecciones de 2021 hubo 272 candidatos de 17 listas para las 16 curules provinciales. De todos ellos, apenas unos 13 eran nombres que podían ser reconocidos en parte de la opinión pública, sea porque iban por la reelección, porque salieron de movimientos sociales o porque fueron funcionarios de rango medio en administraciones pasadas.
Y de los candidatos a legisladores nacionales, solo seis de las 17 listas que se presentaron estuvieron encabezadas por figuras quiteñas. Y apenas dos lograron una curul: Wilma Andrade y Fernando Villavicencio.
Entre ambos, Andrade fue la tercera legisladora más votada y la única con una larga trayectoria política en la ciudad, puesto que encabezó la refundación de la ID y ese capital político le alcanzó para que el segundo de la lista entrara con ella a la Asamblea Nacional.
Mientras tanto, Villavicencio llegó por las minorías y fue auspiciado por Concertación y el Partido Socialista.
Los partidos en la capital
La ciudad consta como sede de varios partidos nacionales: Alianza PAIS, Pachakutik, Izquierda Democrática, Unidad Popular, SUMA, Sociedad Patriótica, Partido Socialista, Avanza, Democracia Sí, Construye, Concertación, Unión Ecuatoriana.
Diez de ellos sin capital político vigente y entre estos apenas seis tienen una mínima representación local, sea en el Concejo Metropolitano o en la Asamblea Nacional. Las excepciones son el movimiento indígena y el partido naranja, que renacieron en las elecciones generales.
Aunque el primero tiene su fuerza política fuera de la capital y el segundo fue refundado en 2012 y continua su proceso de crecimiento. Mientras que los demás, tienen pequeños grupos de simpatizantes en otras provincias o están a punto de desaparecer del registro de organizaciones políticas.
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